Si hay algo que nos une a la mayor parte de los cazadores son los perros, nuestros fieles compañeros, pues sin ellos no seríamos nada en cada jornada cinegética. Desde los rehaleros hasta los cazadores de menor, todos vamos acompañados de nuestras mascotas y en la revista Trofeo quiero dar visibilidad al mundo canino.
Mi nombre es Raquel del Amo, cazadora desde los catorce años, más o menos, cuando comencé mis pinitos en esta fantástica afición. Acompañada de mi padre y familia, abatí mis primeras piezas. En casa siempre hubo perros de caza, daba igual la raza que fueran, hasta «chuchos» hemos tenido, por lo que, desde que tengo uso de razón, mi memoria siempre recuerda momentos al lado de un perro.
He pasado de continentales a británicos, explorando varias razas a lo largo de los años, y recuerdo con especial cariño uno de los que más me marcaron, un braco alemán, con manto negro y blanco, de nombre Toby. También tuvimos un podenco albino, un grifón korthals, un drahthaar…
Con el paso de los años, me introduje en el mundo de la competición de caza menor, concretamente en la modalidad de San Huberto, apadrinada por mi tío, subcampeón del mundo de esta modalidad, con más de veinte años a sus espaldas en San Huberto. Él fue quien me introdujo en este mundo de perros, quien me enseñó un poco más en profundidad el adiestramiento canino para caza, etc.
A los dieciocho años empezó lo que para mí ha sido mi perdición y locura, y con la llegada de la mayoría de edad también vino mi primer perro en propiedad: Lupo, un setter inglés blanco y negro, que era la única raza que no había pasado por mi casa y nadie podía explicarse por qué ansiaba aprender sobre ella.
Me enamoré de esta raza en un campeonato de España, sólo con ver su elegancia, su muestra felina, su instinto cazador, el carácter tan noble característico de ellos… y, a día de hoy, puedo decir que en mi perrera hay más de diecisiete setters ingleses.
El tiempo pasaba y yo seguía interesándome más a fondo por el mundo canino, por cada raza, adiestramiento, etc., hasta tal punto que me saltaba mis clases en bachiller para irme a entrenar con los perros al campo.
Se cruzó en mi vida una persona muy especial que, a día de hoy, me ha enseñado prácticamente todo lo que sé de perros. Renuncié a mi trabajo para estar con ellos las veinticuatro horas, lo que me ha permitido viajar por Europa (Serbia, Polonia, Italia, Portugal…) de campeonato en campeonato caninos de pruebas de trabajo (gran busca y búsqueda de caza), nos hemos otorgado el título de campeones de Europa con un setter inglés, he representado al equipo español en setter inglés y pointer inglés en el Campeonato del Mundo de Búsqueda de Caza que tuvo lugar en 2022 en Andalucía, siendo la primera mujer en España en conseguir esto…
Siempre que salgo a presentar un perro lo hago rodeada de hombres y jamás diré que me he sentido discriminada por ello, todo lo contrario, me han acogido con los brazos abiertos y mantengo a día de hoy una gran amistad con muchos de mis compañeros.
En definitiva, únicamente quiero mostraros mi pasión por esta preciosa afición canina, ¡y no sólo en la caza menor! Es bien sabido que yo no poseo rehala ni perros de rastro, pero, como buena montera y recechista, valoro a los canes que nos acompañan en cada jornada como si fueran oro, porque tan importante es el perro de caza menor para cobrarnos una pieza, ya sea de pluma o pelo, en monte o en llano, como un perro de rastro para recuperar ese animal que, por mala fortuna, no ha tenido un lance perfecto y hemos dejado herido, por lo que hay que pistearle… O esas recovas en montería que mueven las reses hacia los puestos para que podamos abatirlas e, incluso, los agarres que hacen feliz a cualquier perrero y que ponen los pelos de punta al montero en su puesto…
Todos pasamos noches en vela cuando tenemos una perra parida, nos ilusionamos cuando sacamos cachorros, esperando a poder campearles para seleccionar y mejorar, disfrutando de ellos en cada salida.
Por todo esto, desde hace bastante tiempo tengo una idea rondando en la cabeza: dar el sitio que se merece a nuestros fieles guerreros, porque sin ellos no seríamos nada. Pero no seré sólo yo quien hable de ellos, seréis vosotros, sus dueños.
Autora: Raquel del Amo. @Raquel.setterhuntress