Cazar con labrador

Hace muchos años que comencé a cazar con labrador y no cambio de raza, sin desmerecer al resto de razas de perros. Antes de tener labradores tuve un braco alemán, de nombre Rocco. Magnífico, tanto en la pluma como en el pelo. Fuerte, pero muy obediente. Cazaba mejor en terrenos con mucha vegetación que a campo abierto. Son perros que cazan mucho de nariz y suelen alargarse. Por eso ahora prefiero perros más tranquilos que aunque no hagan una muestra espectacular son buenos acompañantes para la caza, especialmente para el cobro.

Hasta la fecha he tenido cinco labradores: Sénia, Duba, Syrah, Coto y Blaki. Sénia y Duba ya no están conmigo. A Sénia la tuve que sacrificar después de estar 16 años conmigo. Pero la displasia de cadera que padecía ya le impedía levantarse y hacer una vida normal. Es la mejor perrita que he tenido. Con ella he disfrutado el mejor lance de caza que he vivido en toda mi vida cinegética, tras más de 43 años con la escopeta al hombro y pegando tiros. Sénia consiguió sacar un conejo malherido de un majano, utilizando las patas delanteras para poder meter la cabeza dentro de la madriguera y sacarlo porque estaba embocado. Lo cogió del culo y aún me lo trajo vivo. No apretaba la caza.

Cuando recuerdo aquel lance se me ponen todavía los pelos de punta. A Duba por desgracia la atropelló un coche, tras venir a mi encuentro. Yo me encontraba en una viña donde acababa de hacer una plantación y cruzó la carretera, sin percatarse de que venía una furgoneta. Era una perrita joven, solo tenía 2 años, pero lo hacía francamente bien. A Syrah ya no me la llevo porque tiene inicios de displasia y no la quiero forzar, aunque sé que si viniera conmigo, lo daría todo. Ha sido espectacular. Ahora cazo con un hijo suyo, Blaki, que cumplirá este próximo 24 de enero, diez meses. Tengo también a su hermanita Lía, que aún no me la he llevado a cazar, pero quiero hacerlo muy pronto antes de que termine la temporada. Tanto el padre, cartridge, cuyo dueño es un buen amigo mío, Jean Piere, como la madre son muy buenos cazadores y eso va en los genes.

Mi elección por los labradores como perro de caza, no solo de compañía que también es clara. Quiero perros tranquilos que sean buenos cobradores y que no se dejen caza en el campo. No hay nada peor para un cazador que dejar caza herida o muerta en el campo, sin cobrar. Tengo amigos que cazan con pointer y bracos y los que no llevan collar para aguantarlos se alargan, impidiendo muchas veces poder tirar a una perdiz en condiciones porque espantan la caza. Para un par de muestras que te hacen son más las oportunidades que te malogran.

Además, ya tengo una edad que no me permite ir corriendo detrás de los perros, tampoco de las perdices, como cuando era más joven. Me gustan los perros que cazan a la mano y no espantan la caza.

El labrador es un perro muy noble e inteligente. Son obedientes. Aprenden rápidamente. Tienen una constitución fuerte que les permite trabajar en todas las condiciones. No son tercos. Son además excelentes cobradores. Cazan muy bien en el agua. Es un perro bastante tranquilo, aunque los míos cuando llegan al coto se transforman porque hay mucha perdiz y mucho rastro. Cazan mucho de nariz.

Aunque no es lo más habitual en este tipo de razas también hacen muestra. Yo sabía cuando Sénia tenía un conejo dentro de un romero, solo con verla. Se quedaba estática, moviendo el rabo, rodeando la zarza. Es un espectáculo ver a estos perros.

 

Patricio Simó.

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