En octubre, comenzó la temporada general de caza menor y, un año más, la perdiz sigue siendo la especie predilecta por los aficionados. Puede ser que os halláis decidido a adquirir un perro que os acompañe y ayude en la caza de la perdiz al salto y en mano en vuestros cazaderos habituales. Esa decisión va a venir justificada, en gran medida, por la vegetación y orografía del “territorio de caza “, así como por las especies que en él más abunden. Es común en estos cotos encontrar la vegetación típica del bosque esclerófilo mediterráneo, con algunas encinas salpicas en la campiña, acebuches, retamas, jarales, tamujos, zarzales (en las proximidades de los cursos de agua), campos de viñas, tomillares, rastrojos, linderos y terroneras, … Todo ello hace que ir tras las perdices sea labor costosa en tiempo y sudor, pero muy gratificante cuando uno ve que el perro ha trabajado bien y juntos conseguís bloquear -al menos a una-, tirarla y completar el lance cobrándola.
Para ayudaros en vuestra elección os hemos preparado el siguiente artículo en el que analizamos las principales características de algunas de las razas continentales y británicas más populares que campean en nuestros cotos perdiceros. Para ello hemos contado con la valiosa opinión de criadores y cazadores expertos dedicados a la selección de estas razas, basada en la conservación de sus cualidades morfológicas, psíquicas e instintivas para la venatoria.
Los expertos nos recomiendan seleccionar perros procedentes de líneas cimentadas que sean resistentes, capaces de mostrar con seguridad perdices salvajes y demostrando -a su vez- gran pasión en la caza, excelente nariz, que sean elegantes en sus movimientos y con un gran instinto y estilo en la muestra, además de ser equilibrados mentalmente para poder convivir en casa y con otros perros. Debemos elegir, por tanto, aquellos que cacen con elegancia, con la cabeza alta para coger bien las emanaciones y con una muestra firme. Perros que, en la maleza, tan abundante en muchos cotos, cacen bien y que, a pesar del frio y de la lluvia, soporten sin problemas mojarse y continúen cazando al mismo ritmo.
Varios de estos criadores que se esfuerza por seleccionar, nos explican, además, que para poder disfrutar al máximo de estas razas de perros de muestra, es necesario conocer los métodos de adiestramiento adecuados e invertir mucho tiempo en el adiestramiento de nuestro perro…” desde cachorro, el perro debe comportarse correctamente con personas, con otros perros, en el coche y en casa. Durante sus primeros meses de vida hay que intentar despertarle los instintos que su genética le marca, ponerlo en contacto con caza en diferentes terrenos, introducirlo en el agua y familiarizarlo con las detonaciones y piezas de caza muertas. Respecto a su introducción en la caza, sobre los 7 u 8 meses -si el cachorro demuestra afición por la caza tanto en campo como en agua-, es entonces cuando empezaremos el verdadero adiestramiento que finalizará a partir de los 12 meses, en función de los aspectos en los que quiera adiestrar al perro. Comenzando con la obediencia básica, obediencia en el campo en presencia de caza, búsqueda cruzada, fijación de la muestra, cobro en tierra y agua, así como desalojo de pájaros. A partir de ese momento se puede completar su adiestramiento con el rastreo de sangre, respeto al vuelo y al tiro o cualquier otra función que esté dentro de las numerosas posibilidades que estas razas tienen”.
Existen varias razas que cazan estupendamente las perdices, incluso autóctonas como los pachones navarros, los perdigueros de Burgos (destacando su potencia y rusticidad, sus excelentes vientos, su tranquilidad y aplomo para la búsqueda y muestra, su habilidad para el cobro y su ductilidad para el adiestramiento), e incluso algunos ejemplares de podencos andaluces, perros polivalentes y válidos en todas sus facetas, plurivalentes y muy resolutivos en todos los terrenos españoles. Pero las más populares en la caza de perdiz en mano y al salto, todas foráneas, os las comentamos a continuación:
Muchos aficionados coinciden en la opinión de que ambas razas comparten muchas similitudes: son polivalentes y muy completas, cazan a la mano, además de ser muy precoces ya que rompen a cazar muy pronto en comparación con otras razas. Valientes a la hora de meterse en las zarzas, ¡no se lo piensan dos veces!, de modo que, si entran a las malezas y espinos, y detectan que alguna pieza, no salen de ellas hasta que la desalojan, aunque salgan ensangrentados. “Ese es el verdadero espíritu del perro de caza, el que se deja la piel cazando y vive por y para la caza”, nos señalan algunos de sus criadores para quienes el perro tiene un papel protagonista en cualquier jornada de caza y el cazador dedica gran parte de su tiempo a adiestrarlo, considerando al perro como un miembro más de su familia.
El Braco Alemán, la “eficaz máquina germánica” como muchos le definen, es un perro fácilmente adiestrable que, gracias a su fuerza, resistencia y velocidad, así como a su gran capacidad olfativa, se adapta sin problemas a todo tipo de terrenos y situaciones, por muy duras que estas resulten, motivo que le han llevado a ser unos de las razas preferidas por miles de cazadores en Europa.
El Drahtaar, el perro del “pelo de acero”. Creados para los grandes trabajos y todos los terrenos, son tremendamente ambiciosos y que nunca dan nada por perdido, ni por imposible. Es un perro que por lo general caza cerca, caza pendiente de la escopeta. Pero si hay algo que destaca de ellos, por encima de la minuciosidad con la que exploran el terreno, es el cobro. Es prácticamente imposible que, con un Drahthaar de tres años, cazado, se quede una sola pieza muerta o herida en el campo
Es un cazador a galope de resistencia, con la nariz de excelente finura portándola alta al viento. Lo cierto es que esta es excepcional para tener eficacia en su forma rápida de cazar. Con una mínima emanación, casi indetectable para otros perros, determina con seguridad dónde está la pieza.
Respecto a su muestra, esta es segura y muy firme para que galope y nariz sean eficientes, aguantando el tiempo que sea necesario en tanto que la pieza permanezca quieta. Si esta se mueve apeonando, realiza esos seguimientos nerviosos y a tirones tan típicos y espectaculares en la raza, hasta volver a bloquearla.
Continúa siendo, a pesar de los tiempos y sin lugar a dudas, una de las “castas” caninas más populares entre los aficionados a la venatoria. Incansables, polivalentes, inteligentes y muy valientes, se habitúan a cualquier tipo de caza y son ideales para cazar perdices en vuestros cazaderos habituales. Tanto es así que muchos la consideran la raza más completa para el perdicero al salto a guerra galana y para quien sale a perdices en mano.
Es un perro polivalente que sirve para cazar a los conejos en los regueros, las perdices en mano, cobrar patos en agua y los zorzales en puesto, e incluso como auxiliar de aves de cetrería. Sus seguidores se afanan en la selección de aquellos ejemplares con mayor movilidad y rapidez en el cobro de la pieza.
Por último, nos gustaría acabar recordándoos un pequeño consejo: no os olvidéis que a cazar se sale a disfrutar y no a enfadaros con el perro. Solo así lograréis buenas perchas de perdices.
Texto y fotos: Pablo A. Montiel