Estamos en pleno invierno. Los perros de caza realizan su trabajo los meses más fríos del año, y esto influye en las enfermedades que pueden padecer durante el apogeo de la temporada. Vamos a detenernos en las patologías que están relacionadas con las bajas temperaturas del invierno.
Pero antes de empezar, tenemos que tener en cuenta que el frío influye de diferente manera según el tipo de perro. En este sentido, el pelo es un factor determinante para proteger al perro de las condiciones extremas, por lo que de manera genérica diremos que los perros con más pelo estarán mejor protegidos del frío y de la humedad.
Pero si afinamos un poco más, podemos ver que los perros tienen dos tipos de pelo, el pelo exterior, más largo, visible y que sirve de protección, y un pelo interior, corto y lanoso, que denominamos subpelo. En este segundo recae la responsabilidad de evitar que el perro pierda temperatura, por ello, los perros que presenten más subpelo, serán los mejor protegidos contra el frío.
Además, este subpelo está impregnado de una grasa natural que lo hace impermeable, por lo que estos perros resisten la lluvia y el agua mucho mejor. También hay que tener en cuenta otro factor, el tamaño del animal. Los perros más grandes soportan mejor el frío que los pequeños, ya que la superficie corporal de un perro grande, es decir la superficie expuesta al frío, es menor en proporción a la masa del cuerpo.
Este hecho se sintetiza en el principio de Bergmann, que dice que la misma especie, en su distribución, es más grande cuanto más al norte. Así, los osos pardos (Ursus arctos) que viven en la Península Ibérica rondan los 150 kg., mientras los que viven en el norte de Rusia o Canadá, sobrepasan los 500 kg., y tiene que ver con que los animales más grandes, soportan mejor las bajas temperaturas. Hechas estas consideraciones, tenemos que decir que, en general, los perros soportan bastante bien el frío, probablemente mejor que el calor.
De aquí tenemos que quitar lar razas de pelo muy corto (como el pointer) o los perros muy pequeños (como los teckel). De hecho, los perros cazan mejor cuando la temperatura exterior es baja, a cuando ésta es alta. Neumonia A pesar de esto, hay momentos y situaciones que un perro lo puede pasar mal y suponer que termine con un problema relacionado con el frío.
Y aunque los perros son especialmente resistentes a padecer problemas respiratorios (al menos mucho más resistentes que los humanos), he visto perros con problemas de neumonía asociado a un mal manejo. Hay que tener especial cuidado con los perros dedicados al cobro de patos, cuando se caza en pleno invierno en zonas frías, ya que húmedos y bajo cero, pueden permanecer inmóviles en un puesto durante tiempo. También los perros que se transportan en remolques sin aislantes pueden tener problemas.
Después de cazar en un día lluvioso de invierno, se les introduce en el remolque empapados, y tienen que soportar varias horas de viaje hasta la perrera. También una perrera mal diseñada, húmeda y fría, puede ser una fuente de problemas. Una neumonía puede no dar síntomas muy aparentes en el perro. Es muy frecuente que el primer síntoma sea la falta de aguante cazando, inapetencia, decaimiento y falta de actividad.
El dueño percibe que el perro está enfermo, pero no sabe muy bien por qué. En otros casos, los más aparentes, aparecen mocos abundantes, legañas, tos y estornudo y el propietario inmediatamente lo asocia a un catarro o a una neumonía. En ambos casos, hay dos síntomas determinantes, la fiebre y la disnea (dificultad para respirar).
En general, si no hay enfermedades que compliquen el proceso, las neumonías suelen responder bien al tratamiento. Este consiste en aplicar el antibiótico correcto durante un tiempo que puede prolongarse durante varias semanas. Debemos, además, mantener el perro en reposo durante el tratamiento, incluso alguna semana más, hasta su total recuperación, en un lugar cálido y tranquilo.
También hay que vigilar su alimentación, que sea completa y rica, y en caso necesario que recupere peso, ya que muchos perros con neumonía suelen estar delgados por encontrarse en plena temporada de caza. Hay que tener en cuenta que, al menos al comienzo de la enfermedad, no suelen tener mucho apetito, y estimularles con algo de carne fresca no les va mal.
Juan J. García Estévez
Veterinario
Queria comentar que el perro lleva una semana que chilla y aulla no sabemos porque si es frio que debemos hacer porque duerme en una caseta de madera