Si les parece complicado elegir el peso y tipo correcto de bala según el calibre que usan, seguro que les será muy útil la cartuchería sin plomo que les presentamos.
La fabrica en Alemania Sax Munition GmbH y, salvo excepciones, en todos los calibres se ofrece cargada con un único peso y tipo de proyectil, denominado KJG-SR, con el que es posible abatir todas las piezas de caza en cualquier modalidad.
El proyectil Sax KJG-SR ya lo conoceis «Cartuchos Sax KJG». Sin embargo, recientemente he conocido más datos interesantes sobre el comportamiento de esta curiosa munición y además he tenido la oportunidad de probarla en caza nada menos que en compañía del propietario de Sax y diseñador del proyectil, Tobias Büttner, y de Antonio Teruel, responsable de Scandinavia Distribuciones & Logística, que es la empresa española que distribuye la munición Sax, por lo que he decido volver a tratarla.
USO UNIVERSAL
Se trata de un proyectil de caza hecho de una aleación especial de cobre en cuyo diseño Tobías Büttner invirtió nada menos que 11 años y otros 2 más en perfeccionarlo.
Posee en su punta una inserción de polímero (de color rojo en la munición comercial y negro en las puntas para recarga) y en su cuerpo unas delgadas bandas de rozamiento con las estrías de baja fricción, en vez de un recubrimiento antifricción para evitar que se ‘encobren’ los cañones.
Además, y como ventaja adicional (que personalmente he constatado en mi campo de tiro), el cañón, al estar sometido a una fuerza de rozamiento menor, se calienta (y se desgasta) menos. Igualmente, también he notado que el retroceso es menor.
Pero la característica que más lo diferencia de los demás proyectiles convencionales de plomo (y de otros proyectiles ‘ecológicos’ de) es que, salvo contadas excepciones, en cada calibre el proyectil KJG-SR se ofrece con un único peso con el que se puede utilizar para cazar todas las especies de caza mayor en cualquier modalidad de caza, con la única condición de utilizar un calibre con potencia adecuada. Y, por tanto, se trata de una bala más universal y muy fácil de emplear porque tan solo hay que usarla, en cualquier modalidad, con el único peso en el que la ofrece el fabricante.
Este comportamiento universal se debe a que su balística de efectos se ha calculado para que no mate al liberar energía por deformación, como sucede con las balas convencionales, lo que obliga para un mismo calibre a utilizar balas de diferentes pesos para conseguir que se deformen correctamente al impactar (más ligeras en piezas de escaso peso o cuando se usan a larga distancia; al revés, balas más pesadas a corta distancia, etc.).
La bala KJG-SR mata por fragmentación parcial del siguiente modo: en un punto del cuerpo lleva una zona de ruptura para que, tras penetrar unos 2,5 cm dentro del animal, pierda su punta y además esta se fragmente (por reacción a la acción de la inserción plástica), por lo que se ve bruscamente frenada y libera una gran cantidad de energía, mientras que el resto del cuerpo sigue penetrando y atraviesa la pieza para que sangre abundantemente y, si queda herida, se pueda pistear con facilidad.

Prueba en gelatina balística: tras unos 2,5 cm la bala Sax pierde la punta (se fragmenta) y libera la máxima energía en los siguientes 20,5 cm.
Los fragmentos de la punta, que en disparos cercanos pueden atravesar también la pieza, crean heridas adicionales que pueden minimizar los efectos de un disparo mal colocado. Según el fabricante, entre un 20-25 por ciento de la masa del proyectil se convierte en unos pocos (5-6) fragmentos, por lo que, dependiendo del calibre, estos pueden tener un tamaño muy considerable a la hora de producir heridas ‘extras’.
Cabe añadir que KJG son las iniciales alemanas de «proyectil de caza de cobre»; y SR significa «punta de plástico balística con punto de rotura controlada».
UNA BALA MUY VELOZ
Si se utiliza un calibre de potencia adecuada (evidentemente no vamos a pretender buenos resultados si usamos un .222 para cazar un oso o un 7×57 para cazar un eland), la segunda condición para que el efecto de fragmentación letal del proyectil KJG-SR se produzca es que impacte con una velocidad igual o mayor de 630 metros por segundo.
Pero esto no supone ningún problema porque la mayoría de los cartuchos Sax cargados con esta bala desarrollan esta velocidad o son más veloces a 300 metros. Incluso los calibres estándar más ‘modestos’ (7×57, 7×64, 8×57 JS, etc.) llegan a 300 metros con velocidad suficiente, no digamos los estándar más potentes o los Magnum.
Esto se debe a que, al ser de cobre, las balas KJG-SR pesan mucho menos que las convencionales con núcleo de plomo por lo que, utilizando una pólvora adecuada de buena calidad, se pueden disparar a velocidades altísimas. Impensables para la munición de plomo: por ejemplo, la cartuchería Sax .30-06, que se ofrece cargada con bala KJG-SR de 8,0 gramos (123 grains), tiene una velocidad inicial de 1000 metros por segundo; el .270 Winchester cargado con bala de 6,20 gramos (95,7 grains) arroja 1070 m/s y ¡1115 m/s! la del .270 WSM con el mismo peso de bala.
Dicho de otro modo: a efectos de velocidad, con esta bala los cartuchos estándar se convierten en Magnum, y en hiperveloces los Magnum.
APTA PARA RECECHO Y MONTERÍA
Si a las ventajas descritas sobre el modo de ceder energía y la notablemente mayor velocidad inicial que desarrollan estos proyectiles añadimos que también son aerodinámicos debido al diseño de su punta, así como muy regulares y precisos porque los cartuchos los manufactura Sax casi de forma artesanal y con componentes de primera calidad (la pólvora es la RS suiza y utiliza máquinas de carga casi manuales), es fácil intuir que, particularmente en España, tienen que dar muy buen resultado tanto en rececho como en montería.
En rececho porque, debido a su gran velocidad, describen trayectorias más tensas que los proyectiles de plomo, hasta tal punto que convierten determinados calibres inútiles, o por lo menos poco útiles para cazar en esta modalidad, en calibres de rececho. Por ejemplo, el 9,3×62 cargado con bala KJG-SR de 10 gramos desarrolla 976 metros por segundo y puesto a tiro de forma que impacte a 100 metros 3,8 centímetros alto hace blanco a 200 metros. Así que imagínense lo que tiene que ser utilizar esta bala en un calibre estándar más adecuado, como el .30-06, no digamos Magnum (7 mm Rem. Magmum; .300 Win. Mag, etc.) o hiperveloz (.270 Wby Mag; .300 Wby Magnum, etc.).
Y en montería por dos motivos fundamentales:
- Porque a las distancias que se tira el efecto de fragmentación de la punta y la consecuente cesión máxima de energía está asegurada.
- Porque al tener una velocidad inicial muy alta no tendremos que adelantar nada o menos a las piezas. Les recuerdo que hemos dicho que el 9,3×62 desarrolla 976 m/s y 1000 m/s el .30-06.
Y al ser tan ligera la bala, ¿no será muy sensible al viento? ¿No la desviará el matorral? Sobre estas cuestiones les puedo decir que Tobias Büttner afirma que la desviación por viento es similar a las de plomo porque, «son más ligeras pero también más rápidas y están expuestas también un tiempo menor a la acción del aire». Y con respecto al matorral, asegura que al chocar contra hierbas o ramas la bala no se fragmenta.
Yo estoy convencido de lo primero, pero en montería me sentiría más cómodo utilizando en un terreno sucio un calibre grande, porque pienso que una cosa es que al chocar con una ramita no pierda la punta y otra que una bala pequeña, ligera y muy veloz no se desvíe.
Me cantaria vuestros proyectiles con varios calibres tipo youtuber varios rifles y calibres [email protected]