Tras haber logrado la correcta sociabilización de nuestro cachorro, es hora de ponernos manos a la obra para enseñarle unas órdenes básicas de obediencia. Que acuda raudo a nuestra llamada, se siente, permanezca a nuestro lado o cace batiendo todo el mayor terreno posible son algunos de los objetivos que intentaremos conseguir con los siguientes ejercicios.
Mucha paciencia y persistencia son fundamentales para que nuestro trabajo dé sus frutos. Ánimo, no desesperen.
En este artículo seguiremos una serie de pasos con el objetivo de lograr que nuestro compañero de caza nos obedezca en el campo y no nos estropee nuestras jornadas cinegéticas.
Personalmente, y desde mi más humilde punto de vista, no soy muy partidario de someter demasiado a los perros de caza, únicamente lo imprescindible. Pienso que cuanto menos influyamos en su carácter y personalidad será más beneficioso para el can y sus aptitudes. Es lo que en el argot de los cazadores se llamaría “robotizar” al animal.
Concretamente vamos a practicar los siguientes ejercicios: “sienta”, “junto”, “quieto”, el laceo delante del cazador.
Evitar que el perro cace de punta, la superación del miedo a los tiros, el cobro y la fijación de la muestra puedes verlo aquí
1. EL “SIENTA”
En este ejercicio nos hará falta el collar metálico o corredero y una correa.
Puede realizarse de varias maneras: premiando con algún tipo de golosinas, salchichas, halagos, caricias… Cogeremos a nuestro compañero y lo situaremos a nuestra izquierda.
Debemos tener en cuenta que este ejercicio será un eslabón más para el siguiente paso, el “junto”.
Una vez colocado el perro a nuestra izquierda, es importantísimo confirmar siempre, en cualquiera de los ejercicios, que disponemos de la máxima atención del alumno. Para ello daremos unos pequeños tirones de nuestra correa, llamando de esta manera su atención.
Una vez que lo hayamos conseguido, cogeremos la correa con la mano derecha, y con la mano izquierda presionaremos sus riñones a la vez que le decimos “sienta” o “sit”.
Repetiremos este ejercicio todos los días durante aproximadamente 15 minutos. En más o menos una semana lo asimilará perfectamente, sin ningún problema, aunque ello dependerá de la capacidad de cada perro en cuestión.
2. EL “JUNTO”
Con éste intentaremos conseguir que nuestro compañero camine a nuestro lado. Esta tarea tiene mucho de práctico en nuestras jornadas de caza, pues nos puede servir para que el perro no se eche encima de la cama en cualquier asomada.
Es conveniente hacernos con un collar metálico de eslabones y corredizo con una anilla a cada lado, además de con una correa con mosquetón. Posteriormente le colocaremos dicho collar y lo situaremos a nuestro lado izquierdo.
Partiremos de la postura de “sentado” antes de empezar el ejercicio. De esta manera, arrancaremos con un gesto que realicemos con nuestra mano, con una palabra (“ale”, “vamos”) o haciendo sonar un silbato.
Como he comentado anteriormente, lo llevaremos siempre a nuestro lado izquierdo, sujetando la correa con nuestra mano izquierda a 20 centímetros del collar del perro y llevando la mano derecha a la altura de nuestra cadera derecha.
Cada tres pasos repetiremos la palabra “junto” a la vez que tiramos de la correa hacia nosotros.
También podemos acompañar el ejercicio de unas pequeñas palmadas en nuestra pantorrilla. Lo repetiremos aproximadamente durante una semana, 15 minutos cada día.
3. El “QUIETO”
Este ejercicio nos será de gran utilidad cuando permanezcamos en el puesto con el perro o cuando vayamos a transponer algún cerro.
Simplemente con ordenar a nuestro perro con la palabra “quieto” nos podemos adelantar y tener la posibilidad de sorprender a la caza.
Para llevar a cabo este ejercicio es fundamental que el alumno tenga muy bien aprendido el “sienta” explicado en puntos anteriores.
En este ejercicio el material que necesitaremos será correas de varias medidas, collar metálico y correa extensible.
Yo he inventado un sistema, que consiste en un gancho amarrado al suelo, portátil y ligero, por el que pasará la correa extensible.
Así, cuando nos apartemos del can y éste quiera venir hacia nosotros, con un ligero tirón, el sistema permite que el perro tire al contrario de donde estamos.
A continuación sentaremos a nuestro perro, nos colocaremos enfrente suya con la correa puesta y, con la mano derecha levantada, le diremos “quieto, quieto” y le iremos soltando metros de correa.
Cuando el alumno intente venir hacia nosotros, le corregiremos y le volveremos a sentar, empezando nuevamente.
En este ejercicio deberemos tener mucha paciencia, probablemente más que en ninguno de los otros.
4.BÚSQUEDA CRUZADA
Trataremos de que nuestro perro de caza bata un amplio terreno y lo haga concienzudamente, de derecha a izquierda, corriendo aproximadamente unos 50 metros a cada lado y pasando siempre a tiro de escopeta, por delante de nosotros. De esta forma siempre tendremos mayor posibilidad de localizar la caza.
La técnica de la búsqueda cruzada es muy sencilla. Un perro de caza novato siempre tiende a cazar de punta y a buscar las emanaciones. Así, un perro inexperto al que no se le haya entrenado cada vez que encuentre algún rastro siempre tenderá a alejarse de nosotros, con el inconveniente de que toda la caza que nos saque saldrá fuera de tiro, sin posibilidad de abatirla.
El material que necesitaremos para este ejercicio será un collar metálico o corredero y una correa extensible, incluso algunos adiestradores siguen utilizando cuerdas largas.
Una vez que contamos con todas estas herramientas, procederemos de la siguiente manera:
Es imprescindible que realicemos este ejercicio durante 15 minutos al día y siempre en lugares donde no haya caza que complique el adiestramiento.
José Antonio Sanz
Hola, soy chileno y me regalaron una perrita Braco de 10 meses, a esa edad mi compañera de caza puede aprender las técnicas con facilidad o hay que enseñar de alguna manera especial?