No es ningún secreto que las poblaciones de especies de caza mayor se incrementan frente al descenso de las de caza menor, pero si hay dos especies que han aumentado en los últimos tiempos son el corzo y el jabalí.
Si bien el corzo ha multiplicado casi por cinco su población en los últimos quince años, el jabalí ha doblado sus efectivos en este mismo período; teniendo en cuenta que se partía de densidades muy superiores, del orden de siete veces mayores, aunque el aumento porcentual sea menor se ha notado más.
Con sus baches y dificultades, algunos producidos por el hombre como el famoso gusano del corzo extendido en España por una introducción de animales sin control veterinario, o enfermedades como la tuberculosis, que afectan seriamente al jabalí, si bien es cierto que más como vector que como perjudicado, ambas especies se empiezan a estabilizar.
De hecho el aumento estos últimos años ha sido menor, aunque sigue habiendo crecimiento. En España en la temporada 2000/2001 se capturaron 117.305 ejemplares de jabalí, llegando a los 207.159 en la temporada 2009/2010, y según el anuario de estadística forestal, 222.692 en 2011/2012.
Pero cada especie es un mundo, y así como el corzo es una especie mucho más sensible a multitud de factores, como el alimento, el clima o la predación, el jabalí es un superviviente nato, con una capacidad de adaptación asombrosa y que puede generar numerosos problemas si pierde el miedo al hombre, como parece ser que está pasando en algunas ciudades, como Oviedo o Barcelona.
Sin ningún lugar a dudas, y como ha sido siempre, la caza es y debe seguir siendo la principal herramienta de gestión de las poblaciones de especies cinegéticas, y en este caso se debería aumentar la presión de caza sobre dicha especie, pero entran en juego multitud de variables.
Si la gente no está informada, y les hace gracia ver a los ‘cerditos’ cerca de su casa e incluso les tiran pan o maíz, el problema puede ser gravísimo.
Hace poco veía un vídeo en el que una familia grababa a cinco jabalíes corriendo en paralelo a la carretera, y decían «qué bonitos, mira, la mamá, el papá y tres hijitos»; falso, pues eran dos hembras, una de ellas más grande, seguidas de tres primarones. A los pocos metros, llegando a una curva, cruzan la carretera y un coche que viene de frente se empotra contra la hembra más grande.
La caza tiene una imagen negativa, algo grave en lo que deberían trabajar tanto las asociaciones y entidades del sector como la propia Administración antes de que sea demasiado tarde, porque es absolutamente necesaria.
No sé muy bien dónde, pero hace poco escuchaba a alguien, seguramente contrario a la caza, decir que la solución al problema del exceso de jabalí era esterilizar a las hembras.
Aparte de un negociazo para el señor que venda los ‘dardos esterilizantes’, ¿se imaginan el altísimo coste y la casi nula efectividad de esta medida? El jabalí, según la zona y el clima, puede criar casi todo el año, y al pensar en cómo se llevaría a cabo esa opción, en cuánto duraría, etc., no lo veo factible.
Si fuese, por ejemplo, a través de dardos, pocas más opciones se me ocurren, pues en zonas urbanas no sería recomendable atraer ejemplares con capturaderos; sobre qué porcentaje de las hembras totales de la zona estaríamos actuando; y, por otro lado, cuánto duraría, si fuera de duración anual o del período que fuese habría que repetirlo cada x tiempo.
Bajo mi punto de vista es un sinsentido absoluto, pues en el mejor de los casos, y si lo hiciéramos con capturaderos, apenas llegaríamos a un bajo porcentaje de las hembras fértiles, por no hablar de los costes tanto en producto como en personal.
Lo que sí podrían hacer en las zonas afectadas, y esto sí sería una medida más efectiva, es incentivar la caza del jabalí. Aumentando períodos hábiles o autorizando esperas nocturnas con foco, algo que, por ejemplo en Asturias, no se contempla.
La caza es la principal herramienta de gestión de las poblaciones de especies cinegéticas, si no contamos con ella para tal fin no se pueden augurar buenos resultados.
Claro está que suele valer más el quedar bien e ir de anticaza.
Quizás matando moscas a cañonazos piensen arreglar el problema; total, da igual, lo pagamos entre todos.
Juan Pascual Herrera Coronado