Hoy vamos a hablar de un destino bastante poco conocido del cazador español. Pero a la vez precioso, deportivo, de paisajes increíbles y de caza autentica y deportiva. Y además son pocos días de viaje y muy asequible de precio. Vamos a ver el rececho de Urogallos en el norte de Suecia. Y como justo se realiza en estos los meses de Diciembre y Enero creo que puede ser interesante para aquellos lectores que, como a mí, les quedó la caza del urogallo, como “asignatura pendiente” en nuestro país.
Tal vez mis amables lectores no sepan que además de los famosos “renos voladores” de Santa Claus , Laponia tiene una de las mayores poblaciones de caza variada de Europa. Hoy veremos la caza de urogallos a rececho. Pero además tiene la mayor población de osos de Europa, después de Rumania cobrándose unos 200 al año, la mayor densidad de alces del mundo, cobrándose más de 100.000 al año aunque por desgracia de muy malos trofeos, muchísimos linces, algunos lobos, enormes rebaños de caribúes, enormes corzos, gallos liras, ptarmigans….
Y lo que casi seguro que no saben los pacientes lectores. Es que además esos urogallos se cazan de día a rececho, con rifle del 222 y además con esquís. Sí he dicho con esquís. Pues así lo ha hecho el pueblo Saami durante infinidad de años. No les hace falta ni celo, ni amanecer del mes de Mayo, ni canto, ni escopeta, ni cartucho de doble 00, ni nada; solo unos primitivos esquís, un rifle y a recechar !Toma ya!
Cazando con esquís en Laponia.
Como todos los viajes de caza empezamos con el habitual vuelo Madrid-Estocolmo donde tras una corta escala de tres horas, tomas una especie de avión/autobús de dos hélices y unas 60 plazas que en una hora y media te deposita en Vihelmina capital de la Laponia sueca.
Desde el aeropuerto de Viehlmina como en una hora de coche te llevan al Lodgde, si has elegido este alojamiento, pues también hay hoteles, donde se hospedan los cazadores. La primera sorpresa de este viaje -que tiene muchas- el Lodge , principal es muy acogedor. Rustico y en mitad del bosque, y aunque menos cómodo que los hoteles para mí tiene más gracia.
El lodge.
Esta agradable casita es totalmente de madera pues en Laponia toda construcción es de este material.
4 dormitorios de cazadores, un par buenos baños con duchas con agua hirviendo, una buena chimenea, comedor, un pequeño cuarto de estar y una buena cocina y cocinero. Además cuenta con sauna y un Jacuzzi de agua hirviendo en el exterior.
Al día siguiente a cazar ¡con esquís! Bueno pues esto que puede parecer tan difícil a quién no esté iniciado en este deporte, no lo es. Primero porque no se esquía, simplemente se anda con los esquís. En ningún momento te deslizas cuesta abajo ni coges velocidad, simplemente te limitas a andar llaneando detrás de tu guía y por la huella que él ha abierto.
Una parada durante la caza a tomar un té y unos chocolates, que se agradecen muchísimo por el frío.
Hay que estar en mediana forma física, o de ahí para adelante. Esta cacería no es para comodones. La combinación de baja temperatura, cierto ejercicio y frío hace que sea una cacería para gente, digamos al menos “durilla”.
Aunque el alojamiento es bueno y la comida magnífica, fuera hace frío, frío de verdad y no hay otra manera de avanzar por los bosques, aunque iba a decir que a patita, es mejor decir que con los esquís. Cada mañana después de una aproximación en coche al cazadero y a veces en motos de nieve que puede distar de uno a veinte kilómetros del alojamiento, empezará a recechar Urogallos y Gallos Liras pues también se pueden tirar.
Le voy a dar unas ideas de la ropa ropa pues en estas cacerías es especialmente importante.
Debe ir “bien” abrigado, pero fíjese que digo “bien” y no “muy” abrigado. Si no elige bien, el continuo ejercicio físico le haría que empezase a sudar y al parar y enfriarse ese sudor es cuando sentiría frío de verdad. Utilice ropa que transpire y deje salir el sudor sin absorberlo con tejidos modernos usados por los montañeros que se secan en unos minutos y le mantendrán seco y confortable.
El difícil tiro con rifle y bala blindada a un urogallo. Tumbado en la nieve a 20 grados bajo cero.
Una primera capa interior de camisa y pantalón de estos tejidos que saque fuera la humedad del sudor, una camisa del mismo tipo o forro polar, un forro polar mediano mejor con membrana Wind Stopper que para el viento y una delgada y ligera chaqueta de Gore-tex para que le permita transpirar y corte el viento, es suficiente. Un pantalón medio también sintético y mejor de forro polar, pero que transpire. Un sobre pantalón de montaña fino y transpirable, que tiene una cremallera lateral de la cintura al tobillo y se puede poner con las botas y esquís puestos, seria lo ideal.
Un buen gorro de lana, un cuello polar y gafas de ventisca para las motos de nieve.
Por las botas no se preocupe pues se las alquilan allí. Son las que utilizan para las motos e nieve y son dobles y ligeras, abrigadas e impermeables y se adaptan a las primitivas ataduras de cable de los esquís perfectamente. Sí, deben tener mucho, pero mucho, cuidado con los guantes. Lo ideal es unos de esquí muy amplios, con otros finos de forro polar seda o lana debajo para que se genere una cámara de aire caliente entre ellos.
Sobre las armas no se preocupe. Se las alquila la organización a un precio muy razonable. Tiene rifles Tikka o Sako del 222, 243 y algunos del 6,5×55 el famoso calibre Sueco militar que mas Alces ha matado del mundo. Pero al Gallo siempre con bala blindada con lo cual solo le ahces un ojal y no destrozas el pajaro. Suelen ser de “Kevlar” y acero inoxidable los cual es vital pues el rifle esta sumergido en nieve la mitad del día y digamos que se oxidan menos, porque también se oxidan. Los tienen bien en tiro y además los probará en unos curiosos blancos que son una diana urogallo.
Avanzará tranquilamente, regulando su propia temperatura con sus esquís entre bosques es uno de los paisajes más bonitos que haya visto en su vida. Que siente frío, avanza un rato; que se acalora, pues para y a gemelear. Irá buscando los urogallos que en ese momento están en grupos o banditos de machos posados en lo más alto de los árboles ¡si he dicho bandos! Aunque le parezca increíble en invierno los verá en grupos de 4, 6 u 8 machos en los árboles y posados en su copa. Si los descubre a prepararse para el tiro.
Esto es más importante y difícil de lo que parece. Dar a un Urogallo de no más de 5 Kg.- y no digamos a un Gallo lira- con un 222, y entre 100 y 200 metros pues sin celo no hay quien se arrime más, no es nada fácil.
Roque Armada nos muestra el resultado de caza en un mismo día de dos de sus cazadores.
El guía suele llevas una especia de potro parecido a los que se usan en los campos de tiro y te lo coloca. Pero el famoso potro se hunde en la nieve en polvo, la mano se enfría en apenas un minuto, de ahí la importancia de un segundo guante interior de seda, el anteojo se empaña y usted esta semicongelado y nervioso como un flan. Pero por favor tome su tiempo y tranquilícese pues los gallos no se van a ir.
Recuerde que solo se debe quitar el guante exterior con los dientes unos segundos antes de tirar y con el pájaro apuntado y la postura perfecta. Además después de tirar lo normal es que den un vuelo de 500 o 1.000 metros y se vuelvan a posar pues con el frío intentan moverse lo menos posible para ahorrar las energías. Si caza con un compañero puede tener otra oportunidad en apenas media hora, como de hecho nos ha ocurrido varias veces.
Roque Armada junto al guía sueco Emile, con un gallo lira recién cobrado.
Como estará viendo, esto no es nada fácil. Además de la dificultad del tiro influye el tiempo. Si hace mucho frío, -digamos que a partir de 25 grados bajo cero– y viento los urogallos se entierran en la nieve y poco podrá hacer. Se podrá entretener con los gallos liras que se dejan ver mejor y más cerca de las escasas carreteras transitables.
El día ideal será nublado, sin viento y con los árboles cuajados de nieve y unos 10 o 15 grados bajo cero. Entonces los urogallos para evitar que ésta les caiga encima se posan en lo más alto de los árboles y los podrá ver desde muy lejos. Increíblemente bonito. Pero si aclara y sale el sol se meterán en lo espeso del pino para esconderse, pues entonces su mayor enemigo, las águilas reales, los pueden ver desde muy alto.
Sí, es duro, hace frío, los tiros son difíciles, pero… !Qué belleza! Los bosques están cubiertos de nieve, los lagos helados, las auroras boreales, las preciosas cabañas de madera de Laponia, o sus confortables hoteles y lo deportiva de la caza dejará un recuerdo imborrable entre sus recuerdos de caza.
Al regreso o mejor aún a la ida, aconsejo dejar un día para visitar la preciosa ciudad de Estocolmo. Situada en un archipiélago de islas y llena de canales es una preciosidad. Alójese en el casco antiguo o en la isla de Staadsholmen la isla mayor de la ciudad antigua o Gamla Stan donde aun hay muchos edificios del siglo XV y el precioso palacio Real de la casa Real Sueca cuyo máximo esplendor fue en los siglos XVII y XVIII.
Por todo el casco antiguo de “Gamla Stan” podrá comprar muchísimos recuerdos de artesanía Saami, magníficos jerseys de lana sueca, pieles de Caribú, y todo tipo de regalos para la familia y sentir su ambiente casi medieval.
No deje de visitar la magnífica y elegante armería “Walter Borg” en la calle Kungsatan 57 B, donde encontrara magníficos equipos para el frío. Y si hace esta visita turística a Estocolmo antes de subir a Laponia, mejor. Podrá completar su equipo con artículos desconocidos en España, sobre todo de guantes y manoplas para la cacería en el norte.
Como despedida le diré que es una cacería difícil pero muy, muy bella, deportiva, y a un precio muy razonable.
Si consigue localizar los urogallos, -y lo conseguirá tarde o temprano-, se aproxima sin ser visto, se quita los esquís sin hacerse un lio y quedar despatarrado, logra la difícil posición del tiro, se concentra, recupera la respiración, mantiene la sangre fría y el dedo índice caliente,- el cuerpo ya lo tendrá frío tumbado en la nieve- y le acierta, lo conseguirá cobrar. Le aseguro que habrá conseguido uno de los trofeos más bellos, elusivos y misteriosos del mundo, de una manera súper deportiva y diferente, que ya nunca, pero nunca en su vida, podrá olvidar y guardará entre sus más bonitos recuerdos de cazador.
Roque Armada.