Un glotón ventajista
En el caso del jabalí, el hábitat, por ejemplo, no es un problema relevante y ha sabido adaptarse a muchos ecosistemas distintintos, desde calurosos secarrales semidesérticos en el sur, a los húmedos y fríos bosques norteños. Lo que no perdona un guarro es la comida. Esta puede ser variada, el jabalí hace ascos a pocas cosas y come cualquier tipo de vegetal silvestre, cultivo o raíz, incluso un diez por ciento de las proteínas que ingiere son de origen animal, y gazapos, insectos o carroña también forman parte de su dieta. Pero tiene que tener comida cerca y en abundancia, y el resto de circunstancias de su existencia dependerán directamente de la disponibilidad de alimento, que es el parámetro que condiciona, sin duda, su ciclo vital.
Por ejemplo, el momento en el que un jabalí, tanto machos como hembras, alcanza su madurez sexual depende más que de la edad que tenga, de su peso, y las hembras tendrán su primer celo al alcanzar los treinta kilos aproximadamente, independientemente de que esto suceda con siete o doce meses de edad. Así que será antes en la medida que dispongan de más cantidad de alimento.
Otro ejemplo de esta dependencia es el mito de que un jabalí recorre decenas de kilómetros cada noche, lo que al parecer no es más que eso, un mito, y estudios realizados demuestran que sus correrías nocturnas no son tan maratonianas como se creía y la mayoría de las piaras encaman muy cerca de la fuente de alimento, cuando no lo hacen en la propia fuente.
Y así sucede con el resto de variables de su vida: las hembras mejor alimentadas serán más gordas, estarán más sanas, entrarán antes en celo y tendrán camadas mayores; los machos serán más fuertes y lustrosos para vencer a sus contrincantes y conquistar a las hembras más rollizas, etc., etc.
Esto hace que su ciclo vital sea muy variable, desde el momento en que pueden nacer jabatos en cualquier mes del año dependiendo de las bonanzas o dificultades de éste y de las zonas concretas.
En cualquier caso sí que hay fases de la vida del jabalí que pueden llevar una pauta temporal independientemente de que se produzca en una época del año u otra. Es decir, si bien es cierto que pueden nacer jabalíes en cualquier estación, su periodo de lactancia es de unos tres meses y pasará de rayón a bermejo aproximadamente a los cinco o seis; y el tiempo de celo y de gestación de las hembras también es fijo, y así otros muchos factores.
En la infografía que puede encontrar al pasar esta página, hemos organizado estos acontecimientos de la forma que puede ser más común, aunque advirtiendo que esto puede cambiar de una zona a otra o en distintos años. Lo que variará poco será la relación de unos datos con otros, que en general estarán separados en el tiempo de una forma más o menos constante, ya que en muchas ocasiones unos son consecuencia de otros. Esperamos que, teniendo en cuenta este posible baile de los meses, sea suficiente para hacerse una idea de los avatares en la vida de este glotón oportunista.
Pincha en la imagen que aparece debajo de estas líneas y descarga el PDF con el Calendario Biológico del Jabalí.