Podencos, la fuerza del instinto.

 

Descendientes de un antiguo linaje.

Son algunas de las razas caninas más antiguas que existen y, sin embargo, las que más han tardado en alcanzar su reconocimiento oficial. Hoy sabemos, gracias a los estudios de importantes cinólogos como Manuel C. Jarén Nebot, que en el Egipto antiguo –antes de las dinastías–, hace unos seis mil años, ya algunos miembros de esta estirpe eran los perros favoritos de los reyes. Sus imágenes se destacan en los murales de las tumbas y pirámides que por siglos después fueron construidas.

Lo que además se ha comprobado es que su historia está íntimamente ligada a la cuenca del Mediterráneo y que seguramente fueron introducidos, y diseminados, por sus variadas costas por fenicios y romanos, formando parte indiscutible de la caza de esta zona, especialmente la del conejo.

 

Similitudes y diferencias de los podencos.

Diversos criadores y estudiosos apasionados de la raza señalan que las similitudes que poseen las distintas razas de podencos residen fundamentalmente en la procedencia de todas ellas, del mismo tronco racial, habiéndose ido diferenciado unas de otras con el paso de los años a causa de su diferente ubicación geográfica.

Así, por ejemplo, describen al podenco canario (el cual podría ser declarado patrimonio cultural genético etnológico de Canarias) como un podenco muy rápido, que trabaja con altas temperaturas y que, a su vez, es la que mayor similitud tiene, seguramente, con el podenco andaluz.

El podenco ibicenco es un perro que, como el anterior, se utiliza para la caza a diente casi en exclusividad; emplea vista y oído, y por eso da esos saltos y esas paradas que parecen casi muestras. Se utilizan, además de en sus islas de origen, en la zona del Levante.

Por el contrario, el podenco andaluz recurre primero a localizar a la pieza a través de su olfato (tanto en el rastro como en el venteo) y, luego, persigue latiendo, ayudado por el oído y la vista.

En la actualidad se emplea poco para la caza a diente y más para cazar con escopeta, sumado a su gran plurivalencia, la de cobrador en puesto, al salto tras las perdices, en mano y con recova para la caza del conejo, en ganchos al jabalí… Es por ello que los entusiastas del podenco andaluz lo describen como “aquel perro que es capaz de hacer lo que hacen otros perros de caza y, sin embargo, no hay ninguna otra raza que sea capaz de hacer lo que hace el podenco”.

Una buena parte de criadores y cazadores podenqueros a los que hemos solicitado su opinión, coinciden al describir a su “podenco andaluz ideal” como un ejemplar de talla media, entre 46 y 48 cm, prácticamente cuadrado, pero un poco más alto que largo, de color canela tirando a rojo, de pelo liso/corto, bien musculado de pecho, con buenos aplomos y que ya al mirarlo su imagen impacte.

Podenco andaluz

Podenco andaluz.

Además, añaden, que en el campo mantenga un movimiento armónico, con un alegre rabeo cuando siga el rastro de la caza, con un buen latido, mucha afición y perseverancia, que sea buen cobrador, con un carácter noble y que “admire” a su dueño.

 

¡Hasta nueve variedades!

En su caso, la morfología está estrechamente ligada a la función y el podenco andaluz, en concreto, es un animal que está excepcionalmente dotado para la caza. Por ello, a simple vista, ya se observa que es un perro armónico, compacto, muy rústico y bien aplomado. Es una raza que presenta tres tallas diferentes y dentro de estas, a su vez, existen tres variedades de pelo distintas.

Las tallas son:

Podenco andaluz de talla grande: machos: 54-64 cm.; hembras: 53-61 cm. Peso: 27 kg (+/- 6 kg)

Podenco andaluz de talla mediana: 43-53 cm.; hembras: 42-52 cm. Peso: 16 kg (+/- 6 kg). Es la más numerosa de las tres variedades.

Podenco andaluz de talla chica: 35-42 cm.; hembras: 32-41 cm. Peso: 8 kg (+/- 3 kg).

De cabeza mediana, bien proporcionada y fuerte, tiene forma tronco-piramidal, sin presentar fuerte depresión entre cráneo y cara, cuya terminación no es puntiaguda, sino más bien cuadrada y hocico terminado en un ligera subconvexidad.

Las orejas son triangulares y las mantienen erectas. Sus ojos son de tamaño pequeño y forma redondeada. Las patas son fuertes, con una musculatura desarrollada. La cola es larga; cuando entra en acción la llevan hacia abajo y media curvada hacia atrás, de lo contrario caída pero no entre las patas. Su piel es de mediano grosor, fuerte, bien ajustada y de gran resistencia, sin pliegues ni arrugas en ninguna parte del cuerpo. Es de coloración clara o en armonía con el color del pelo, el cual puede ser de tres tipos:

Tipos de pelo:

Pelo liso o corto: 2 cm (+/- 1cm).

Pelo duro o cerdeño: 5 cm (+/- 1 cm).

Pelo largo o sedeño: 8 cm (+/- 2 cm).

Textura:

El pelo liso o corto al tacto es duro y asentado

El pelo duro o cerdeño al tacto es recio

El pelo largo o sedeño al tacto es sedoso. Tanto en el tipo sedeño como en el cerdeño el perro está revestido por abundante pelo por todas las regiones corporales, presentándose algo más corto en las extremidades y en la cabeza, destacándose la ausencia de subpelo.

Referente al color del manto, la capa del podenco andaluz puede ser blanca o canela, o bien integrada por ambos colores. El color blanco existe en sus variantes plateada, mate y marfil; y el canela puede variar desde el claro al canela encendido.

Aunque el movimiento preferido por los jueces en los concursos y exposiciones es el trote, en el campo el podenco anda a trote rápido intercalado con galope.

 

Podenco portugués, cada vez más popular.

Cada día son más los aficionados interesados en él, gracias a las enormes cualidades y prestaciones que este animal demuestra en la caza del conejo entre los zarzales y jarales más espesos, y en las dehesas del monte mediterráneo.

Algunos de los expertos que crían, seleccionan y trabajan con el podenco portugués, y en concreto con el de talla mediana y pelo duro, opinan que la raza mantiene todas las características del tipo general de podenco.

 

Cazadores con podencos

Un temperamento muy activo en la caza es una de las cualidades del podenco portugués.

 

Entre algunos de estos caracteres cabría resaltar, con las debidas excepciones respecto a otra clase de podencos, una talla mediana (40 cm a la cruz, aproximadamente), equilibrados, con un temperamento muy activo en la caza convirtiéndolos en auténticos “kamikazes” dentro de los matorrales, utilizando más el olfato que la vista o el oído, y algo más “latidores”.

Algunos de estos especialistas en la raza añaden a esta descripción: “de excelente nariz, aprovecha su vocación natural de cazador de conejos para cazar en jauría o solo. Es un “perro de castigo”, preparado para cazar en los sitios más extremos (entre las zarzas y tojos), bastante latidor que se relata en el rastro caliente para que el cazador sepa en todo momento cual es la dirección de huida del conejo, capaz de cobrar cualquier pieza muerta o herida y, por supuesto, de inmejorable carácter”.

 

Polivalencia, resistencia, adaptación al medio y a cualquier modalidad de caza

Como hemos comentado anteriormente, los podencos son razas multivalentes, nacidos para cazar, con capacidad de adaptación a cualquier tipo de terreno y ecosistema, rápidos y valientes, con un excelente olfato y muy resistentes, extremadamente inteligentes, nobles, sociables con otros perros y con una actitud siempre alerta antes los posibles cambios que se puedan producir a su alrededor.

Muy estimulables, sus reacciones denotan las especiales condiciones de su carácter: vivo y equilibrado. Estas cualidades son las que precisamente más enamoran a sus seguidores incondicionales. Les encanta ver su alegría y, al mismo tiempo, quietud en el campo. Y aunque muchos piensan que el “podenco ideal” no existe, algunos sí se atreven a representarlo como un perro cariñoso, noble y con mucha pasión por la caza. Recordemos, nuevamente, que el podenco es un perro que ante todo se caracteriza por su enorme inteligencia.

En familia se comportan como un animal cariñoso, leal y muy apegado, lo que les confiere una gran capacidad para el adiestramiento. Esto, a su vez, exige que ya desde cachorro se mantenga el contacto muy estrecho con ellos; Y, sobre todo, se debe tener mucho cuidado con no tratarlo injustamente o reprenderle inadecuadamente, pues es muy posible que se conviertan en perros “despegados”.

 

El futuro pasa por mantenerse en la cría de ejemplares funcionales.

Los podencos son perros rústicos y resistentes, muy versátiles, que se adaptan a cualquier estilo de vida y que no necesitan de atenciones especiales, ¡ni tan siquiera su pelo!: basta con un buen cepillado de manera periódica. Pues bien, a pesar de ello y su popularidad, su situación no acaba de ser del todo la ideal.

Algunos criadores de podenco portugués nos expresan su opinión acerca de cómo ven el futuro de la raza, con cuestiones comunes al resto de variedades de podencos: “El principal problema aquí es que la caza menor, poco a poco, está en declive. Cada vez hay menos agricultura y la poca que hay, es excesivamente dañina debido al empleo de productos altamente nocivos para la fauna. Las enfermedades del conejo siguen latentes, incluso la vírica cada vez tiene más mortandad. Nos enfrentamos a un escenario en donde la caza menor tiende a desaparecer si nadie pone remedio. Respecto a las pruebas de trabajo, en España debemos esforzarnos, aún más, en conseguir ejemplares de mayor calidad y emocionalmente equilibrados”.

 

Cazadores con podencos

 

Quizás el podenco andaluz de talla pequeña sea el que mejor lo tenga, como nos señalan algunos cazadores y criadores de manetos, volcados en promocionar la raza: “El maneto ha pasado de ser casi un desconocido a ser un perro popular y muy querido por los aficionados gracias al trabajo desplegado por el club y al aumento de las diversas ferias caninas y de caza. Es un perro muy querido y destacado por los cazadores, y es raro no ver un maneto entre las cuadrillas de aficionados.

Somos varios los criadores que continuamos trabajando considerablemente para crear unas pautas adecuadas selección de ejemplares que, por otro lado, ya están bien definidas en el estándar del maneto a nivel morfológico y trabajo en el campo.

Quizás el mayor problema al que se enfrenta la raza en estos momentos, como les ocurre a otras, es que hay quienes se están fijando más en la crianza de ‘perros bonitos’, olvidando que el maneto es un perro rústico y desperdiciando sus cualidades de trabajo en el campo”.

Desde esta perspectiva, aconsejan a todo aquel que vaya a adquirir un ejemplar que haga todo lo posible por poder ver los perros en su hábitat de caza antes de adquirir un maneto, a fin de evitar desagradables sorpresas y poder estar contento de su perro. “El maneto es un perro de caza y no sólo de exposición.

El consejo a los aficionados es que tengan especial cuidado con los “criadores oportunistas” y recomendarles que se pongan en manos de un criador serio que los ayudará y aconsejará. Antes de elegir esta raza, deben informarse bien y, si pueden ver un ejemplar en acción ¡mucho mejor!, para comprobar si realmente es lo que están buscando para el tipo de caza que desarrollen y en los terrenos donde lo hagan. Y, cuando verdaderamente estén seguros, que trabajen con él y le dediquen tiempo, ya que, de no ser así, aunque traiga buena casta, pueden echar a perder al mejor de los ejemplares”.

 

Pablo A. Montiel

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