El Epagneul bretón, el perro de muestra más popular de Francia

El perro de muestra más popular de Francia cada vez levanta mayor pasión entre los cazadores españoles. Y no es para menos. Sólo hay que verle cazar y cómo muestra para su orgulloso dueño pieza tras pieza. Conocemos la historia de este ágil y veloz can en las siguientes líneas.

Desde que llegó a España en los 70, el epagneul bretón (el perro de muestra francés más popular) tiene muchos seguidores entre los cazadores y competidores en pruebas de trabajo españoles.

De hecho, es actualmente más numeroso que el braco alemán y el pointer y casi tan popular como el número uno de los perros de muestra, el setter inglés. Y esa popularidad tiene que ver con el hecho de que ofrece al cazador un máximo de calidad en una talla mínima.

Los epagneul bretón son rápidos, trabajadores dinámicos, nacidos con una gran pasión por la caza. El estándar de trabajo describe su estilo de correr como “alegre, vivo y espumoso”, y su galope como “enérgico y continuo”.

Así, en él también puede leerse que, mientras corren, su cabeza permanece “siempre móvil, demostrando una seguridad y una agilidad olfativa constantes en la búsqueda de la caza”.

Los epagneul bretón normalmente forman fuertes lazos con sus dueños, y esto se demuestra en el campo, donde no importa lo rápido o lo lejos que corran, siempre mantienen el contacto constante con su él.

La mayoría de los epagneul bretón tienen bien desarrollado un instinto natural para el cobro, tanto en tierra como en agua. Para entrenar a un can de esta raza, es importante tener en mente que pueden ser unos perros bastante suaves, por lo que no es necesario tratarles con puño de hierro.

Se puede ser firme, por supuesto, pero es mejor confiar en sus talentos naturales y en su deseo de cazar. En el entorno de casa son muy afectivos y, por naturaleza, buenos miembros de la familia. Y aunque tienen una gran energía y necesitan hacer ejercicio regularmente, su pequeño tamaño y su fácil personalidad los hacen ideales para familias, incluso para vivir en un pequeño apartamento.

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UNA RAZA CON SOLERA

La historia moderna del epagneul bretón está bastante bien documentada. Pero encontrar información anterior a la era moderna es difícil porque la región de donde es nativa la raza estaba (y en cierta medida lo sigue estando) aislada del resto de la nación.

Geográficamente, La Bretagne es una península en la lejana esquina oeste del hexágono francés. Culturalmente, su gente siempre se ha sentido algo así como separada del resto del país. Su lengua tradicional, el bretón, no es un dialecto del francés, sino del celta, relacionado con el galés y el dialecto de Cornualles.

De hecho, hasta la llegada del siglo XX la mayoría de los bretones ni hablaba, leía o escribía francés. Por lo tanto, no es sorprendente darse cuenta de que no hay virtualmente ninguna referencia en francés de los perros nativos de La Bretagne anterior a principios de 1900. Afortunadamente, sí encontramos muy buenas fuentes en otro idioma, el inglés.

ASÍ ERAN LOS PERROS DE BRETAÑA

Después de las guerras napoleónicas, viajar y cazar en el oeste de Francia se convirtió en una actividad muy popular para los adinerados cazadores ingleses. Y muchos de estos cazadores escribieron artículos y publicaron libros sobre sus aventuras. Leyéndolos en la actualidad emerge un fascinante lienzo de cómo eran los perros de Bretaña a mediados del siglo XIX.

breton-reportaje-muesdtra-pUna de las informaciones más detalladas es del libro “The Wanderer in Western France” (“Un vagabundo en el oeste de Francia”), escrito en 1863 por George T. Lowth. En él, Lowth describe que perros de muestra de pelo corto y largo “se encontraban por todos los sitios” en Bretaña:

Vi individuos de gran calidad como perros de muestra en numerosos pueblos. Eran parecidos a los pointer ingleses, con las mismas hermosas cabezas y ojos, y una estructura tan ligera y vigorosa comparada con el antiguo perro de muestra francés, que creí al principio que eran perros ingleses que alguno de nuestros cazadores aficionados a recorrer el campo (que se encuentran en cualquier sito del mundo donde se pueda disparar a un ave, o haya una animal que pueda ser cazado) había traído a Bretaña.

Naturalmente, mi pregunta fue “¿qué caballero inglés está viviendo en las cercanías?”. Para mi sorpresa, me dijeron que no había ningún inglés en la zona, y que esta es la raza común en la región. Posteriormente, vi perros de esta raza por todos lados.

Se parecen a nuestros pointers, tienen los mismos hermosos ojos, el mismo movimiento activo, la misma velocidad de paso cuando corren y su apariencia indica que fueron criados para trabajar.

Viajando al sur del país, hay una raza muy similar en todos los aspectos, solamente algo más pequeña, pero que posee todas las hermosas características de la raza grande. También hay una raza de setters, bastante iguales a cualquiera en Inglaterra, y de hecho no se pueden distinguir de ellos.

Estos animales se reivindican en Bretaña como una raza nativa, pero uno no puede dejar de tener dudas de su origen, ya que no hace muchos años algunos de nuestros emigrantes se asentaron en diferentes partes del país después de la guerra, tentados por el bajo coste de la vida allí y de sus ventajas para la caza, dos atractivos irresistibles.

LO NORMAL ERA CRUZARLOS

También el cazador John Kemp escribió sobre sus aventuras de caza en Bretaña y dijo que era una práctica frecuente los cruces entre spaniels y setters.

He cruzado un spaniel con una perra setter de buen origen, y he tenido la suerte de combinar las fluctuantes cualidades de la última con la perseverancia en la caza del primero. Los franceses han intentado este cruce con mucha frecuencia.

Últimamente he adquirido uno de estos ejemplares, y puedo decir que pocos perros lo hacen mejor en el campo que éste. (2) Otro libro clásico de esta época es “Wolf Hunting and Wild Sports in Brittany” (“Caza del lobo y deportes al aire libre en Bretaña”), escrito en 1875 por Edgard William Lewis Davies, quien vivió en Bretaña dos años entorno a 1850.

Mencionó que los cazadores locales cortaban la cola a sus perros. ¿Nacían estos perros de forma natural sin cola, una característica propia del epagneul bretón? Alrededor de 1906, un veterinario llamado Dr. Grand-Chavin, oficial del ejército francés, escribió que había visto pequeños perros de cola corta, de pelaje blanco y marrón, blanco y negro, o blanco y naranja alrededor de la ciudad de Pontivy. Estos perros deben haber sido choupilles (pronunciado “shoo-pee”) y epagneuls de Fougères, pensó entonces.

El experto y escritor sobre perros Ronan de Kermadec, que había visto choupilles de niño, los describe a mediados de 1950 como un mezcla de un pequeño spaniel con on ne sait de quoi (vete tú a saber qué).

Escribió que eran seleccionados y entrenados principalmente para cazar cerca del cazador y para levantar aves y conejos de la densa vegetación; básicamente la versión francesa de los spaniel levantadores ingleses.

Sobre el epagneul de Fougères, Gaston Pouchain escribió sobre ellos diciendo que eran ligeramente patilargos, con cola corta, blancos y marrones y blancos y negros. También describió otro perro del país que era más común en el centro de la península. Era “corto y rechoncho, blanco y negro, incluso naranja, y algunas veces tricolor o blanco y marrón”.

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DIFERENTES VARIANTES 

Probablemente, todos los perros de la región eran simples variantes locales del ubicuo epagnuel de Francia, descendiente de los chiens couchants y chien d’oysels mencionados por Gaston Phébus.

Perros similares se encontraban más al norte, en Normandía y Picardia, e incluso en Holanda y el noroeste de Alemania. Con el tiempo, poblaciones aisladas comenzaron a presentar ligeras características diferenciales y fueron todavía más modificadas con los cruces de perros ingleses que vinieron en grandes cantidades en torno a 1800.

Pero más que nada, el bretón estuvo influenciado por la tierra y la cultura de su región de origen. Era generalmente más pequeño que el resto, presentaba una variedad de capas y era famoso por su robusta constitución.

Esto es así en las ovejas, cabras y caballos (de Bretaña)… Tanto los hombres como los animales se mostraban rechonchos, cortos de lomos y espalda, sólidos, muy resistentes y con una incomparable fuerza natural, escribió Pouchain.

En 1896, un perro tricolor de cuatro años llamado Pinçon Royal se presentó en una exposición canina en París. Aunque estaba inscrito en las categorías de “Spaniels varios”, se le considera el primer bretón presentado a un concurso, pues provenía de la zona y era propiedad de un aristócrata local, el Vizconde de Combourg.

A lo largo de los años siguientes, se presentaron un gran número de perros de Bretaña, y en 1905 un macho llamado Boy fue inscrito en el L.O.F. (el Libro de Origen Francés). Fue el primero que se registró como epagneul bretón.

En 1907, se crea el club de la raza en Loudeac, Francia. Presidido por un abogado llamado Arthur Enaud, prepara un borrador del estándar de la raza que es remitido para su aprobación a la SCC (Société Centrale Canine). Se aprobó al siguiente año con una importante enmienda: el negro se retiró de la lista de los colores aceptados porque se consideraba cruce con perros ingleses.

Después de la primera Guerra Mundial, la popularidad de los bretones creció rápidamente, pero no exenta de sinsabores. El cazador francés Louis de Lajarrige escribió sobre lo que les sucedió a los bretones cuando empezaron a ganar las pruebas de campo.

Todo cazador quería uno. ¡Reflexionen sobre ello! Su pequeño tamaño y su talento, igual o superior a los perros más grandes, los hacía únicos, prácticos y fáciles de tener en el coche y el apartamento.

Se empezaron a producir en masa, pero su éxito (debido a criadores demasiado entusiastas y demasiado poco informados) tuvo corto recorrido. La gente anunciaba cualquier perro de tamaño pequeño que vagamente se pareciera a la raza como “bretón”.

Ahora las cosas han mejorado. Se ha vuelto a la razón y criadores serios producen buenos y bonitos perros que hacen un excelente trabajo.(4)

SU SALTO A ESTADOS UNIDOS 

breton-reportaje-pEn los años 30, los bretones ya habían cruzado el Atlántico ya que el cazador americano Louis Thebaud los empezó a importar a Estados Unidos.

En 1936, Thebaud y un grupo de aficionados  crea The Brittany Spaniel Club of North America. Un segundo club aparece en 1942, y en 1944 los dos clubes se fusionan para crear el American Brittany Club. Durante la Segunda Guerra Mundial, los criadores franceses continuaron con sus esfuerzos, a pesar de las duras condiciones que sufrían.

Se puede entender que Gaston Pouchain, en su libro sobre la raza, evite profundizar en detalles de esos días negros, pero las pocas líneas que dejó revelan la dura realidad de aquel tiempo. (…) a lo largo de aquellos años los miembros del comisión de París, a pesar de la ocupación, se continuaron reuniendo, como era habitual todos los meses, en la casa de nuestro amigo Bony.

Hablábamos del pasado, de los perros que habíamos mantenido a pesar de las restricciones, pero sobre todo del futuro. Cuando al final llegó la liberación, mataron a mi pobre (perro) “Jobic” con una inesperada ráfaga de ametralladora en Plateau Beaubourg.(5)

Hacia 1960, el bretón se estaba convirtiendo en una de las razas de muestra más populares de Francia.

También empezaba a tener muchos aficionados en Europa, así como en Norteamérica, donde pronto se convirtió en una de las razas más populares en los circuitos de pruebas de campo.

El bretón es en la actualidad una de las razas de muestra más populares del planeta. Se pueden encontrar descendientes de los pequeños perros de La Bretagne sirviendo a cazadores desde Inglaterra a Siberia, desde las planicies de la Patagonia hasta la tundra de Alaska. Casi nada.

UNA RAZA DE CATEGORÍA 

Si realmente se quiere entender por qué los cazadores se enamoraron de este pequeño perro de Bretaña, solo hay que ver cómo cazan la becada o el faisán, y muestran para su orgulloso dueño pájaro tras pájaro.

O se puede asistir a una prueba de Primavera para observar a la flor y nata de los epagneul bretón volar por los campos en busca de perdices salvajes.

O preguntar a cualquier propietario de un bretón cómo se comporta en casa y solo escuchar alabanzas del amoroso carácter de la raza. He hecho todo lo que indico: he visto bretones en pruebas y cazado faisanes y becadas muchas veces; he hablado largo y tendido con propietarios y criadores de bretones, así como con los mejores adiestradores del mundo… Y cuanto más conozco de la raza, más la admiro.

El bretón es la realización del sueño francés de conseguir un mejor perro de muestra. Estoy seguro de que si los antiguos aficionados a los perros de muestra de la Bretaña pudiesen ver la raza hoy día, estarían emocionados de saber que ha conquistado el mundo entero.

1 George T. Lowth, The Wanderer in Western France, 26

2 John Kemp, Shooting and Fishing in Lower Brittany, 15-16

3 Gaston Pouchain, L’Épagneul Breton, 19

4 Louis de Lajarrige, Rustica, no. 11, March 16, 1930

5 Gaston Pouchain, L’Épagneul Breton, 25-26

Texto y fotos: Craig Koshyk

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