La familia de visores Leica Visus i LW, está formada por tres miras de aspecto clásico y con relación de aumentos 4x. Se caracterizan por su robusta mecánica, alto rendimiento óptico y gama de aumentos apropiados para las distintas modalidades de caza. A continuación publicamos la prueba y características del modelo 3-12×50, el más potente y adecuado para cazar en rececho y espera.
No sé si fue porque me gusta todo lo clásico o quizás porque me llama poderosamente la atención que Leica haya vuelto a lanzar al mercado miras de alta calidad con relación de aumentos 4x (puesto que lo normal es que actualmente se comercialicen miras ‘caras’ con una relación de 6 o más aumentos), pero lo cierto es que desde que supe de su existencia tenía muchas ganas de probarlas.
Tienen un precio más económico que los visores Magnus i (que poseen relación de aumentos 6x, en vez de 4x), que es la familia de miras Leica de mayor precio.
Está formada por tres modelos:
- Un visor para batida y montería con aumentos 1-4×24 (en 1x su campo es de 32,8 metros)
- Otro con aumentos 2,5-10×42, ideal para cazar de día en recechos e incluso en montería si no se necesita disparar muy cerca (porque el campo en 2,5 m es de 12,8 m)
- El visor 3-12×50, protagonista de estas notas y más adecuado para recechos y esperas.
DISEÑO LIGERO Y ELEGANTE
Los Visus se comercializan con o sin carril de montaje y con dos acabados: brillo o mate, este último más económico.
El tubo anodizado de los de brillo, que es de aluminio de alta calidad, se pule a mano durante varias horas; mientras que el tubo de la misma calidad de los visores mate se termina mediante chorro de arena. Luego, en ambos casos, las inscripciones se graban con buril y se colorean a mano, obteniendo como resultado unas miras que se caracterizan por un impecable acabado, además de por un diseño clásico y estilizado muy elegante, como se puede apreciar en las fotos que corresponden a un modelo 3-12×50 mate.
Además, y como no podría ser de otra manera en una marca con la experiencia de Leica, las nuevas miras están diseñadas mecánica y ópticamente para que ofrezcan al usuario la mayor precisión de ajustes y altas prestaciones.
Así por ejemplo, salvo la copa del ocular (que es de caucho para evitar que, a causa de un retroceso no controlado, dañe la ceja), todas las piezas mecánicas son metálicas y su óptica ofrece imágenes muy contrastadas y claras incluso cuando se utilizan al amanecer o al anochecer, porque la transmisión total de la luz es, según indica Leica, mayor o igual del 90 por ciento.
Los objetivos están tratadas con Aqua Dura, un revestimiento patentado por Leica que repele la humedad y evita que la suciedad se adhiera a las superficies de las lentes.
Y por supuesto también son impermeables, por lo que se pueden utilizar en cualquier condición de uso climático por adverso que podamos imaginar.
Por otro lado, los tres modelos se ofrecen con mandos de ajuste que corrigen por clic a razón de 1 cm a 100 metros, así como con unidad de iluminación ‘inteligente’ de la retícula para luz día y noche: detecta la posición o el movimiento y lo desactiva si el arma permanece en reposo más de 3 minutos o se apunta con una inclinación de 70 o más grados y lo conecta cuando el arma se empuña o adopta la posición de tiro.
Además, la unidad de iluminación permite seleccionar 9 niveles de intensidad de luz para poder utilizar las miras de día o de noche.
Cabe añadir que lo dicho sobre el ocular de caucho no significa que no sean visores seguros. Lo son incluso cuando se utilizan con calibres potentes porque tienen una distancia de seguridad al ojo de 10 centímetros.
PROBANDO EL VISOR 3-12X50
Recibí un modelo 3-12×50 con cuerpo para anillas tipo Weaver desmontables montado sobre una base tipo Picatinny en un rifle Haenel J10 con un nuevo acabado sintético de color naranja, calibre .300 Winchester Magnum, así como nuevos cartuchos Hornady cargados con punta InterBond de 180 grains.
Lo primero que hice fue comprobar la colimación de la mira y descubrí que el montaje no era correcto porque el visor quedaba demasiado alto sobre el carril Picatinny.
No obstante, por fortuna con el mando de ajuste de altura girado al máximo (tres clics antes del tope) el colimador me indicaba que a 100 metros, en caso de impactar bajo, sería muy poco con respecto al centro del blanco, así que decidí probarlo en el campo de tiro.
Y efectivamente, tras realizar tres tiros de prueba, comprobé que impactaba unos 10 m a la derecha y unos 4-5 centímetros bajo. Así que corregí la deriva, cambié de blanco y, apuntando al número 9 vertical (‘a las 12’), conseguí la agrupación que aparece en la foto.
Una ‘pena’ lo del montaje porque, si hubiera podido apuntar al parche blanco lo habría hecho con mayor precisión y creo que habría obtenido un mejor resultado porque los rifles Haenel tiran bien y siempre que he probado la munición Hornady he conseguido muy buenos resultados.
La prueba se realizó en el Club Deportivo Centro de Madrid, disparando con 12 aumentos y con estos podía ver perfectamente el número 9 tomado como referencia de puntería, lo que habla muy bien en favor de la calidad de la mira. Pero aún me gustó más comprobar, ya en casa y desmontado del arma, la calidad de la imagen realizando observaciones (en un parque) con y sin la retícula iluminada al anochecer.
En suma, si le gustan los visores de aspecto clásico estoy seguro que los nuevos Leica Visus i LW terminados en brillo o mate le colmarán de satisfacciones.
Además de su diseño tradicional, muy elegante, proporcionan al cazador altas prestaciones mecánicas y ópticas, propias de las mejores miras de alta gama.