Si ahora el lector es un poco observador, se habrá dado cuenta que hasta el momento he escrito la palabra ‘calibre’ entre comillas. Y lo he hecho con absoluta premeditación. El motivo es muy sencillo: los tres cartuchos (que es el término correcto) que comparamos arriba son exactamente del mismo calibre. Por lo cual, si hablamos de calibre, poca comparación podríamos hacer y habríamos terminado aquí.
Los tres cartuchos que revisaremos hoy utilizan exactamente el mismo diámetro (calibre) de bala, que son 308 milésimas de pulgada en mediadas anglosajonas. Ya hemos visto en alguna ocasión que una pulgada son 2,54 centímetros en medidas europeas. Por tanto, una simple regla de tres nos dará que su calibre en medidas europeas es equivalente a 7,8232 milímetros.
Sin embargo, los tres cartuchos son completamente diferentes por el tamaño y volumen de su casquillo y la cantidad de pólvora que por ello puede contener. Y, ya puestos, diré que el volumen de un casquillo se mide por la cantidad de grains de agua que puede contener.
Y, por supuesto, y muy importante, ¡no son bajo ningún concepto intercambiables! Aunque, en algunos casos, sí sería posible meter por error uno en la recámara de un rifle recamarado para el otro. Y dado que este error puede tener funestas consecuencias para su rifle y su integridad física, ¡mucho cuidadito, por favor, querido lector! Tome este punto como el más importante de todo lo que va a leer hoy. No vaya a ser que, por liarnos con las palabrejas calibre, cartucho o bala, acabemos chamuscados y tullidos en los eternos cazaderos de Manitú, antes de tiempo.
Respecto al calibre, debemos utilizarlo para denominar la medida del diámetro de nuestro proyectil (bala) o de nuestro cañón. Pero nunca para denominar un cartucho.
La cosa se nos puede complicar un poco, puesto que un cañón tiene dos calibres. El del diámetro del cañón medido desde los lomos de las estrías o diámetro pequeño (Bore Diameter, en inglés), que es realmente el diámetro del cañón antes de tallar las estrías. La otra medida es el diámetro del cañón medido desde el fondo del surco de las estrías o diámetro grande (Groove Diameter) que, lógicamente, es mayor. Con este diámetro es con el que coincide la bala que se dispara. De este modo, las estrías agarran fuertemente la camisa de la bala y la hacen girar a altísima velocidad, lo que la dota de su estabilidad en vuelo.
Por esto es fácil entender que el diámetro de la bala y el diámetro de la base del estriado del cañón (Groove Diameter) deben coincidir. Es necesario para que los gases de la combustión de la pólvora empujen con fuerza nuestro proyectil. Si no coincidieran, perderíamos gran parte de su capacidad propulsora de los gases de la combustión, que escaparían por la rendija existente.
Para liar un poco más el tema, la denominación comercial de un cartucho ‘puede’ coincidir con el diámetro, grande o pequeño, del cañón que lo dispara. Y, para complicar más la ecuación, a veces el nombre comercial de un cartucho puede no coincidir con ninguno de los dos diámetros del cañón que le dispara. Dado que en ocasiones el diámetro real de una bala es una cifra difícil de recordar, algunas veces las grandes marcas utilizan para su comercialización una cifra cercana redondeada.
Hemos visto que todos los cartuchos denominados .300 tienen un diámetro real de 308 milésimas de pulgada. En fin, que dentro de la denominación comercial de un calibre como el .300 tendremos muchos cartuchos diferentes, como podrían ser los que vamos a analizar a continuación: el .308 Winchester, el .30-06 o el .300 Winchester Magnum. Pero también tendremos el .300 Weatherby, el .300 RUM o Remington Ultra Magnum, o el .300 WSM o Winchester Short Magnum, por citar solo algunos. Todos comparten el mismo calibre o diámetro de bala de 308 milésimas de pulgada, y sus balas son totalmente intercambiables. Pero, ¡ojo!, su casquillo y, por tanto, el cartucho ¡es totalmente diferente y nunca intercambiable!
Bien, pues ahora que ya sabemos a qué referirnos como calibre y cartucho, pasemos a analizar a estos tres magníficos cartuchos veteranos que, a pesar de su avanzada edad, gozan de una inmejorable salud. Lo vamos a hacer en función de su edad y fecha de nacimiento, pues alguna ventaja y respeto nos merecen las canas…
Poco puede decirse de un cartucho que lleva 115 años en el mercado y sigue siendo tal vez el más popular del mundo. Y, como español, debe saber que en su creación tuvo mucho que ver nuestro país. El .30-06 nació como consecuencia de las durísimas humillaciones que España infringió a EE. UU. en Cuba, en 1898, en las batallas terrestres. El Gobierno de EE. UU. planteó un concurso para desarrollar un nuevo cartucho que sustituyera al obsoleto 30-40 Krag, que demostró ser mucho menos eficaz que el magnífico 7×57 que usábamos los españoles. El primer diseño fue del año 1903 con una bala de 220 grains y punta redonda que volaba a unos 700 metros por segundo.
Solo tres años después se acortó ligeramente la vaina y se cargó con una bala agudizada de 150 grains, que alcanzó la entonces magnífica velocidad de 820 metros por segundo. Este diseño es el que adoptó el ejército de Estados Unidos en 1906 y de ahí su denominación: calibre .30 del año 1906. Y la leyenda comenzó.
Fue el cartucho más popular en su país de origen durante noventa años y uno de los más populares del mundo. Su retroceso razonable nos facilita colocar los tiros donde debemos, que es la premisa fundamental en rececho. Es el cartucho que muchísimos cazadores utilizan en España en monterías, lo cual, solo cambiando la bala, ¡y comprobando la puesta en tiro, por favor!, lo hace familiar y conocido para recechos. Permite cañones cortos de 60, 55 e incluso 52 centímetros, con lo que salen rifles cortos, compactos y manejables.
La variedad de munición que hay para él es probablemente la mayor del mundo, pues es el cartucho más vendido de la historia. Esto nos permite encontrar todo tipo de peso y dureza de balas, desde 125 –ideales para rececho ligero que hoy estamos tratando– a cargas que llegan a 220 grains, lo que le hace tremendamente polivalente.
He oído en ocasiones la frase de que el .30-06 “no mata”, y siento decir que es de los mayores disparates que se pueden oír en temas de balística. Solo entre su año de introducción, 1906, y los primeros desarrollos Magnum de Roy Weatherby en 1947, se utilizó en decenas de miles de safaris africanos habiendo cobrado toda la fauna, incluidos búfalos, leones y bastantes elefantes en aquellos años dorados de los safaris. Y solo en Norteamerica contribuyó a la casi desaparición de la fauna de ese país, hasta que se empezaron las primeras medidas proteccionistas cerca de la Segunda Guerra Mundial.
Es de destacar la hazaña del médico americano J. Y. Jones quien, entre los años 1960 y 2000, cobró las 47 especies de Norteamérica con un simple .30-06, incluyendo alce, jaguar, oso Kodiak y oso polar. Sin duda, bastante tarea para un rifle que “no mata”.
Este cartucho fue diseñado para sustituir al .30-06 como munición del Ejército de EE. UU. Se denominó militarmente como T-65 y luego como 7.62×51 NATO cuando se adaptó por las fuerzas de la OTAN. Introducido comercialmente por Winchester en 1952 con la denominación de .308, fue ganando popularidad entre los cazadores. Hoy se disputa los primeros puestos a nivel mundial, compitiendo por las primeras plazas en popularidad con el .30-06, .270 W y 7 mm Rem. Mag.
Con una vaina de 51 milímetros de longitud compite con el .30-06 en un cartucho mucho más compacto, aunque muy cercano en prestaciones. Además, puede usarse con cerrojos de acción corta, lo que permite construir rifles más cortos de cañón y de longitud total. Además, serán rifles más ligeros, compactos y manejables, pues quema perfectamente su pólvora en cañones de 50 centímetros.
En la banda ligera, sus balas de 150 y 165 grains vuelan en torno a los 850 metros por segundo, muy poco menos que el viejo .30-06. Cuando subimos de peso de bala a 180/200 grains, la diferencia de tamaño de vaina se deja notar y las deferencias de velocidad aumentan. Pero para construir un rifle de rececho muy corto y muy ligero para rececho en España de animales, en torno a los 100 kilos o poco más, es difícilmente superable. Además, ha demostrado en numerosos campeonatos de precisión ser un cartucho tremendamente preciso, lo cual lo hace ideal para el rifle de rececho que buscamos en estas páginas.
Por su tremenda popularidad existen innumerables tipos de balas con diferentes controles de expansión y coeficientes balísticos que nos resolverán casi cualquier situación de rececho. Por último, y para mí lo más importante, diré que su retroceso es suave y comodísimo, lo cual permite colocar los tiros fácilmente a cualquier tirador y, sobre todo, practicar y tirar cómodamente al blanco con él, lo que es el secreto del éxito en un complicado tiro de rececho.
El .300 Winchester Magnum fue presentado por la popular casa americana en 1963. Fue el último de los diseños clásicos de Winchester con cartucho corto, lo que los permitía recamarar en rifles de acción de longitud estándar, como la del popular .30-06. Con ello se evitaban los excesos de peso y de coste de producción que acciones largas, como las que Weatherby o Holland necesitaban es sus diseños de calibre .300.
El .300 Winchester Magnum se presentó con balas de 150 grains, rondando la mítica barrera de los 1.000 metros por segundo. Con sus balas pesadas de 180 y 200 grains podía pasar de los 900 m/s. Estas velocidades eran magníficas para los años sesenta, conseguidas con un casquillo que admitía 87 grains de agua. Esta velocidad produce un retroceso severo, pero aceptable. Apoyado por la tremenda popularidad del rifle Winchester modelo 70, le hicieron ser desde entonces y hasta ahora, el cartucho magnum de calibre .300 más popular de la historia.
En sus primeros tiempos estuvo sometido a diversas críticas. Se decía que el cuello de su cartucho era demasiado corto. Los expertos en balística aconsejan, como mínimo, que el cuello de un cartucho sea de la misma longitud que su calibre, para optimizar rendimientos. Este cuello largo se supone que asienta mejor los cartuchos en la recamará y permite una mejor toma de estrías, lo cual puede incidir positivamente en la precisión. Además, el cuello corto del .300 Win. Mag. hace que, para respetar la longitud total del cartucho, las largas balas de 220 grains tengan que asentarse muy atrás en el cartucho. Por tanto, reducen el espacio disponible para la pólvora y, consecuentemente, la velocidad que alcanzan estas balas de 220 grains, lo que tampoco parece óptimo.
Pero, a pesar de estos posibles inconvenientes teóricos, el .300 Winchester Magnum ha ganado innumerables concursos en América de tiro a larga distancia, lo que parece minimizar el peso de estas críticas. Gracias al éxito que alcanzó, hoy –casi sesenta años después de su nacimiento– tenemos disponibles infinitos tipos de cargas, de balas y pesos de puntas. Esta variedad y suministro de puntas realimentan y colaboran en su popularidad, pues permiten resolver casi cualquier situación de caza del mundo.
Hoy partimos de la consideración de que estamos buscando un cartucho para rececho en España. Eso implica animales de un peso desde los 25 kilos de un corzo a los 90 o 100 de un macho montés. Tal vez un gran venado del norte de España puede acercarse a los 200, pero pare usted ahí.
Por ello, personalmente elegiría, en primer lugar, el. 308 Winchester. Permitirá un rifle ligero, corto de cañón y de longitud total. Será un rifle compacto y manejable, ideal para un largo día de rececho. Pero, sobre todo, un rifle cómodo y suave de retroceso que será fácil de disparar y de colocar bien los tiros. Y colocar un difícil tiro a distancia será lo más importante en un rececho.
En segundo lugar, yo escogería el venerable .30-06. Especialmente si, como hemos dicho antes, usted rececha grandes venados del norte, se puede sentir más cómodo con el pequeño margen de potencia, velocidad y, sobre todo, peso de bala que ofrece sobre el .308. Y con balas ligeras de 125, 140 o 150 grains le dará toda la rasante, velocidad y energía que pueda necesitar para un rececho en España.
Por último, me decantaría por el potente .300 WM. Es un cartucho magnífico de rececho, lo tengo en mi armero y lo he usado mucho fuera de España, especialmente en Norteamérica y Asia, pero siempre para animales de 300 a 400 kilos hasta los 700 u 800 que puede pesar un alce. Pero creo que, para un rebeco o un macho montés, que apenas va a llegar a 100 kilos, está sobrado de potencia y energía. Además, será un rifle mucho más pesado y largo de cañón y de longitud total, que los dos anteriores. Y, sobre todo, por su retroceso, le será mucho más difícil dominarlo y hacer un complicado tiro quirúrgico a un rebequito a 280 metros de distancia.
Como despedida y como siempre digo, la práctica y el continuo entrenamiento a distancias reales de rececho le serán mucho más importantes para lograr ese complicado tiro que unos pocos metros de velocidad en boca o de energía. ¡Practica, domina y conoce ‘tu rifle’, querido lector! Y, entonces, hasta podrás olvidarte de su ‘calibre’. Yo solo puedo contárselo y darle mi humilde opinión personal: la elección final siempre será suya. ¡Buena caza!
Roque Armada | Director de la Escuela de Tiro de Iberalia TV
La teoría es muy bonita pero la realidad es que el 308 y el 30.06 no tienen la fuerza de frenada que tiene el 300wm. Siendo puristas y haciendo un tiro perfecto en codillo, cuello o detrás de la oreja (jabali) prácticamente cualquier calibre mata, hasta un calibre 22 es capaz de abatir una pieza grande en España si haces un tiro quirúrgico. Pero la realidad es otra. La mayoría de disparos son disparos rápidos, sin buen apoyo y no perfectamente colocados, lo que harán que el animal no se desplome en el sitio y tengas por delante un complicado y largo pisteo del animal. Con un calibre 300wm con punta de plomo des donde des el animal caerá o en el sitio o a pocos metros. Yo personalmente tengo 2 calibres, 308 y 300wm y este último es sin duda el mejor y más polivalente para cualquier animal en España, tanto en rececho como en monteria, da una tranquilidad de acierto brutal. Pero para gustos los colores, claro está.
Esa foto del rebeco es en sobrefoz delante del bar de benigna?
Totalmente de acuerdo con su planteamiento, para España el 308W es mas que suficiente, recuerdo hace años, cacería de caribú en Canadá, no lleve rifle y mi guía nativo me presto un rifle Savage 223, con el que cace el caribú sin problemas.