Caza mayor nacional Reportajes caza mayor
Esperas, rompiendo t贸picos
Quiza虂s sea este uno de los temas que ma虂s circulan entre los esperistas, la relacio虂n que mantienen los jabali虂s con el resto de visitantes que pueden frecuentar nuestros cebaderos. Al respecto hay comentarios muy fundamentados y otros, en cambio, que no lo son tanto. Lo que a continuaci贸n voy a citar responde a varios a帽os de experiencia y trabajo en el campo
Los visitantes a los que me refiero son los que, de alguna manera, pueden hacer que los jabali虂s entren al cebadero con ma虂s confianza o, por el contrario, no lo hagan.
Asi虂, uno de los posibles visitantes es el corzo, que pasa por el cebadero seguramente ma虂s movido por la curiosidad o buscando la comida que pueda encontrar en los sembrados pro虂ximos que por el grano que contenga el cebadero, ya que no acostumbran a comer ni el mai虂z ni el resto de cereales que contienen. En la zona donde cazo me han entrado bastantes veces los corzos, y a lo ma虂s que han llegado es a dar una pequen虄a patada al bido虂n y seguir su camino olfateando el puesto.
Es un placer contemplarlos, pues han llegado a pasar muy cerca de mi虂 sin descubrir mi presencia, animando la espera de la mejor manera; esto es parte tambi茅n de la caza. Lo que si虂 he comprobado es que su ronco ladrido puede alertarnos de la presencia de los guarros. Esto me ha pasado varias veces, aunque no siempre ocurra, dependiendo del motivo de su alarma. Los corzos ladran porque haya algo que los moleste o alerte.
Si ese algo es una piara de jabali虂s o un solitario es muy probable que en unos minutos se nos presenten en el puesto. La u虂ltima vez que me ha pasado esto fue al principio de esta misma temporada de esperas, y el causante de los ladridos del corzo fue el jabali虂 que acompan虄a estas li虂neas, un macho solitario que aparecio虂 en el puesto unos minutos despue虂s del ladrido del corzo.
De los ciervos no puedo opinar, pues en la zona donde cazo no esta虂n presentes, aunque en algunos cotos colindantes si虂; y su presencia tambie虂n es, por lo que me cuentan los amigos que cazan en ellos, bastante espora虂dica como para sacar conclusiones de ello.
La cabra monte虂s suele entrar a los puestos y, a diferencia del corzo, deleitarse comiendo el mai虂z del bido虂n. Mientras las cabras este虂n en el cebadero es muy difi虂cil que el jabali虂 entre en e虂l. Las he tenido comiendo ma虂s de una hora en el puesto, dando patadas al bido虂n para sacar el mai虂z.
Recuerdo un macho monte虂s que entro虂 au虂n de di虂a y despue虂s de una hora de reloj comiendo se marcho虂 tan tranquilo; cuando pense虂 que el cebadero habi虂a quedado libre entro虂 otro macho monte虂s y ocupo虂 su lugar. Decidi虂 espantarlo haciendo ruido para que se fuera. El macho me miro虂 desafiante y lanzo虂 un silbido que llego虂 a asustarme al no esperarlo.
Tras unos eternos segundos cruza虂ndonos las miradas decidio虂 marcharse. Al cabo de unas horas entro虂 un jabali虂 que, todavi虂a recuerdo, falle虂 al disparar por haber manipulado las bases del visor creyendo que el punto no variari虂a, otra cosa que no volvera虂 a pasarme despue虂s de aquello.
Otro visitante muy frecuente es el tejo虂n. Este muste虂lido de aspecto rechoncho y gracioso es bastante agresivo. Muchos dicen que cuando esta虂 comiendo en el puesto los jabali虂s no entran. He podido comprobar que esto no siempre es asi虂. El tejo虂n puede entrar a comer y pasarse horas entretenido comiendo.
Si en el cebadero hemos puesto mai虂z y lo hemos tapado con piedras o ramas se dedica a moverlo todo para llegar a e虂l, y no digamos nada si adema虂s hay almendras o nueces, que son su perdicio虂n. Los bidones los tocan pero no los suelen mover mucho, por lo que su presencia se delata muchas veces si vemos las piedras movidas pero el bido虂n sin tocar apenas. Tambie虂n, por sus caracteri虂sticas huellas, que son como las de un oso en miniatura.
He comprobado como un grupo de jabali虂s pasaban a varios metros del puesto donde comi虂an dos tejones sin entrar en e虂l, y hacerlo una vez los tejones habi虂an decidido irse.
Esta misma temporada vi salir del puesto a un tejo虂n cuando llego虂 un grupo de seis jabali虂s. Por ello pienso que si el tejo虂n o tejones aguantan en el puesto al llegar los jabali虂es, depende de lo fuertes que se sientan sobre los guarros ma虂s que de un patro虂n fijo de comportamiento.
Otro muste虂lido cada vez ma虂s frecuente de ver es la pequen虄a gardun虄a. Entran al puesto a curiosear y comer lo que encuentran cerca de e虂l. Ni que decir tiene que, por su taman虄o, su presencia no influye para nada a la hora de que los jabali虂s entren o no en el puesto.
Quiza虂s de todos los visitantes del cebadero el que ma虂s sorpresa provoque sea el zorro. Todos conocemos el dicho que asegura que tras el zorro entra el jabali虂, y asi虂 suele ser muchas veces. La creencia es que si entra el zorro no hay que dispararle porque espantaremos a los jabali虂s y estos no entrara虂n.
Mi experiencia me dice que no es una regla tan segura. Adema虂s creo que tanto en batida como en espera se debe disparar al zorro, y el control poblacional de estos animales aconseja hacerlo, por supuesto, siempre que se pueda.
El zorro es un animal difi虂cil de cazar y tiene muchas ma虂s dificultades que el jabali虂, tanto por su pequen虄o taman虄o que obliga a afinar bien el tiro como por su comportamiento que hace que pocas veces se detenga y ofrezca un blanco o虂ptimo para disparar.
Por ello su caza resulta especialmente atractiva y siempre que tengo ocasio虂n les disparo. Hace ya varios an虄os en una espera, casi de noche ya, aparecio虂 un zorro en el cebadero. Me percate虂 de su presencia y sin pensarlo dos veces le dispare虂.
La raposa cayo虂 muerta junto al bido虂n de mai虂z. Pense虂 en levantarme a recogerlo y dar por terminada la espera, pero dado que todavi虂a era muy pronto decidi虂 no tocar nada y permanecer en el puesto. Aproximadamente una hora ma虂s tarde entro虂 un buen jabali虂 solitario con toda franqueza.
Esto mismo me ha pasado despue虂s bastantes veces y he abatido a ambos en la misma espera. El ma虂ximo lo logre虂 hace dos temporadas con dos zorros y un solitario que entro虂 totalmente confiado al puesto donde estaban los dos zorros muertos. La explicacio虂n que le doy a este hecho es que los jabali虂s olfatean el fuerte olor de los zorros, piensan que si esta虂n es porque no hay peligro y entran muy confiados al puesto.
Roberto Coll
0 comentarios
No hay comentarios
Puedes ser el primero Comenta este post