El evitar incidentes es obligación de todo montero: no caer en provocaciones en caso de conflictos que se puedan dar con agentes externos como ecologistas, senderistas o seteros, y primar por encima de todo la seguridad durante la montería. En ocasiones se hace pesado, pero el recordar las normas durante el sorteo nunca está de más. Siempre hay gente con poca experiencia o que está empezando, e incluso a veces es más necesario recordárselas a algún montero experimentado.
Por este motivo me voy a permitir recordar las más generales a continuación:
Estos puntos, para la gran mayoría de sobra conocidos y sin duda de gran utilidad para los noveles, deben ser nuestros mandamientos, pero parece ser que en más ocasiones de las deseadas los cazadores sufren de falta memoria, pues rara es la temporada que no se ve algún ‘montero’ que se salta una o varias de estas recomendaciones. Y casualmente no suelen ser noveles.
Los novatos acostumbran a preocuparse más por estas normas aunque solo sea porque no les saquen los colores. Recuerdo una de mis primeras monterías en la finca de un primo mío; tenía al lado a mi amigo Jaime Castillo y entró un jabalí como un camión. Lo sentía aproximarse rompiendo el monte cerrado como un bulldozer; solo lo tuve a tiro en línea con el puesto de Jaime, así que esperé a tirarle más adelante y me hizo un quiebro perdiéndose en la espesura. No he vuelto a ver un marrano así, o quizás lo he mitificado, pero por supuesto jamás se debe tirar poniendo en peligro al puesto contiguo, porque además cazamos entre amigos y pegarle un tiro a alguien, aunque solo sea un rasguño, nos puede destrozar la vida.
Todos los años me encuentro a alguno que se cambia de lado en el cortadero para que le dé el solecito, se pone a pistear un guarro en medio de la montería o se mejora el puesto subiéndose al viso porque estima que así domina más terreno y es mejor, jugándose la vida y molestando al de al lado.
Debemos cuidar nuestra imagen y evitar accidentes y malas noticias en torno a nuestra afición, así como el organizador debe cubrirse las espaldas en caso de conflicto, señalizando bien la mancha y las posibles vías de acceso, y, en caso de ser zona conflictiva, solicitando la presencia del SEPRONA, que está para ayudar.
Luchar contra la legislación es más complicado, aunque, defendiendo nuestros intereses y mereciendo el apoyo demandado, siempre será más fácil, porque a este paso, dentro de poco, como nos descuidemos, les van a exigir a los perreros tener la carrera de Veterinaria.
Juan Pascual Herrera Coronado