Tan antiguo como las armas de repetición por sistema de cerrojo de fuego central, el cartucho 8×57 JS, pese a su origen militar, siempre ha sido una munición de caza muy apreciada en los países centroeuropeos. En España no es tan conocida, pero los cazadores que la ‘descubren’ ya no la cambian por ninguna otra.
Siempre he escuchado hablar muy bien del 8×57 JS y de su excelente comportamiento en todas las modalidades de caza españolas, por lo que hace unos años decidí comprarme un rifle de este calibre y probarlo, y la verdad es que a mí también me está cautivando este cartucho, que he probado tanto en esperas como en rececho y montería.
Por esta razón, porque sinceramente pienso que se trata de una munición a la que no se le presta la atención que merece al no haber podido competir en nuestro país con el .30-06, me he decido a escribir estas notas sobre su origen y prestaciones cinegéticas que, espero, sean de su interés.
ORIGEN MILITAR
Como sucede con otros cartuchos que utilizamos hoy para cazar (como el .30-06), el origen del 8×57 JS es militar y está íntimamente ligado al desarrollo de las armas de cerrojo.
Efectivamente, el sistema de repetición por cerrojo es el resultado de la evolución de un tipo de cierre que fue ideado en 1863 por los hermanos Wilhelm y Paul Mauser para obturar las recámaras de los fusiles monotiro de aguja y de pólvora negra, antes de que se generalizara el uso de la vaina metálica.
Estas armas poseían un cerrojo parecido a los actuales y tenían una aguja muy larga para que, al disparar, pudiera atravesar la carga de pólvora contenida en el cartucho de papel que disparaban y percutir sobre una pastilla de fulminante que estaba alojado en la base del proyectil.
Pues bien, al generalizarse en los años siguientes el uso de cartuchos metálicos de pólvora negra, los hermanos Mauser modificaron su cierre y lo adaptaron al nuevo cartucho, lanzando al mercado el fusil mod. 1871, calibre 11×60 R Mauser, que seguía siendo monotiro.
Unos años después, en 1880, le acoplaron un cargador tubular y ocho años más tarde Paul Mauser modificó de nuevo su fusil para que alimentara con un cargador vertical que pudiera disparar los nuevos cartuchos de pólvora sin humo que acababan de adoptar algunos ejércitos europeos.
De esta manera nace el Mauser mod. 88 Commission, calibre 8×57 J, fusil que, tras varias mejoras para hacerlo más rápido y robusto, termina convirtiéndose en el Mauser 1893, que fue adoptado por el ejército español, y por fin en el Mauser 98, considerado como el fusil de cerrojo más robusto de cuantos se han diseñado y que ha dado origen a la mayoría de los rifles de caza actuales porque los fabricantes deportivos rápidamente adoptaron sus mecanismos de cierre y alimentación (depósito situado debajo del cerrojo que almacenaba los cartuchos al tresbolillo y que en los fusiles militares se alimentaba mediante láminas-cargador o peines de 5 cartuchos).
Los mecanismos del arma del Mauser 98 eran tan perfectos que ya no se modificaron más y desde su creación el fusil fue reglamentario en el ejército alemán (y en otros muchos ejércitos, incluido el español) hasta 1945, pero el cartucho sí se mejoró.
El 8×57 J disparaba balas de punta redondeada muy poco aerodinámicas de 8,08 mm (.318 pulgadas), por lo que en 1905 se mejoró la munición y para ello no se modificó el diseño de la vaina: solo se cargó con balas cilíndrico-ojivales de punta aguda de menor peso (150 grains, frente a la bala de 228 grains del 8×57 J), que tienen un diámetro mayor: 8,2 mm (.323 pulgadas), dando lugar al 8×57 JS.
‘J’ es, en ambos cartuchos, la inicial de la palabra alemana ‘infantería y ‘S’ significa ‘bala de punta aguda’ en alemán.
Nótese que al tener la misma vaina, ambos cartuchos, J y JS, entran en la recámara, pero no son intercambiables porque si se dispara la munición 8×57 JS en armas J se produce una peligrosa sobrepresión y, al revés, se pierde la precisión.
Por último, comentar que el 8×57 JS también se conoce con el nombre militar de 7,92×57 Mauser porque 7,92 es el calibre del cañón de las armas que lo disparan.
Buen día: desde que adquirí hace unos diez años un Mauser Oberndorf Mod 1910 8×57 Js. dejé de usar mi 300WM. en mi primer salida de caza en La Patagonia abatí en rececho un jabalí de unos 150 Kgr. con balas de 196gr. no me fue necesario rastrearlo ya que quedó muerto en el lugar, desde ese momento he cazado unos cuantos, ninguno se fue herido. A mi entender es un gran calibre para la caza mayor de mediano peso como hay en mi país Argentina.
Le he montado un visor Carl Zeiss 1.5 x6x36 con montaje de garra Akah, pienso yo que es un gran equipo para la caza, no lo abandonaría no ningún arma de las modernas.
Saludos desde Argentina
El Matrero.