Uno de los peores episodios a los que se puede enfrentar una rehala es que alguien dispare en un agarre o pegue a los perros para que suelten y después disparar.
Además del alto riesgo de matar a uno de ellos, un tiro en un agarre o las pedradas, palos o voces a los perros para que, amedrentados, abandonen la pieza agarrada, destroza a la rehala que, espantada por la detonación o la violencia ejercida sobre ellos, a partir de ese día soltará siempre a la llegada de cualquiera, dejando solo frente al animal a quien acude al agarre.
El resabio que cogen los perros por estos hechos cuesta muchísimo corregir y algunos de ellos quedan traumatizados, de tal manera, que son inservibles para la rehala.
Para evitar en el futuro estas situaciones, las principales asociaciones de rehalas que aglutinan la mayoría de ellas, ASOCIACIÓN ESPAÑOLA DE REHALAS (AER), ASOCIACIÓN DE REHALAS REGIONALES CAZA Y LIBERTAD (ARRECAL), ASOCIACIÓN DE REHALAS DE CÓRDOBA y REAL CLUB DE MONTEROS (RCM), aconsejan realizar las siguientes acciones: