Hace veinte años una finca con la que lindamos tenía muchos eucaliptos, y por estas fechas, antes y después, miles de torcaces migratorias dormían en ellos y luego entraban a comer a nuestras encinas. Unos días entraban más y otros menos, pero siempre se veía alguna. Y las manteníamos toda la temporada porque nunca las tirábamos en su dormidero. Luego cortaron los eucaliptos y dejaron de venir esos bandos que a veces tardaban un rato en pasar.
El eucalipto es elegido por las palomas y otras aves para dormir, al igual que los pinares. Son árboles frondosos y altos donde las palomas se sienten seguras y protegidas de las heladas nocturnas. Pero durante muchos años, aquí en la provincia de Huelva, se les tiraba cuando iban a dormir, precisamente cuando ya estaban posadas buscando su rama para pasar la noche, con la intención de matar más de una de un tiro, disparando un segundo y hasta un tercero para hacer más carne.
Este acoso, que comenzaba al amanecer cuando iban a comer en las dehesas y terminaba ya casi de noche en sus dormideros, amén de los cohetes lanzados por los ganaderos porcinos, consiguió que las palomas dejaran de visitarnos y se fueran al Algarve portugués. José, uno de los socios más leídos, me explica las razones: «Tío Calañas, el suroeste portugués está lleno de centenarios alcornoques –no en vano es el principal productor de corcho del mundo– en los que apenas hay ganado, y por tanto no hay ganaderos echando a las palomas con cohetes; los aficionados portugueses son pocos; y, lo más importante, está prohibido cazar la paloma en los dormideros. Y mientras haya bellota de alcornoque, la paloma se quedará en Portugal porque come y duerme tranquila, y solo cuando esta bellota escasee o se acabe vendrán a España, principalmente a la sierra de Huelva y Extremadura, donde recibirán muchos más tiros, incluso en sus dormideros».
Ya es hora de que los cazadores aprendamos a respetar la dormida de las aves; no solo de la paloma, también del zorzal. Las aves aprenden y, si la presión cinegética es muy elevada, sobre todo si les tiramos en sus dormideros, buscarán lugares más tranquilos. No hay nada mejor para espantar un ave de una zona que tirarle en sus dormideros. Dejemos a palomas y zorzales que duerman tranquilos y cacémoslos cuando vayan a comer; es la mejor forma de que estén en nuestra zona toda la temporada.
Es también muy habitual tirar los zorzales por las tardes a la entrada de los dormideros, y esta es la mejor manera de que se vayan de la zona.
Tío Calañas