Podemos entender que la toma de decisiones transcendentales es un acto de enorme complejidad y más cuando se trata de una situación única y extraordinaria como la que está provocando el Covid-19. Podemos entender que, en algunas ocasiones ante retos desconocidos se produzca el efecto ensayo-error, somos razonables, los cazadores siempre lo fuimos.
Pero también Somos conscientes de que la caza tiene que tener la importancia que le corresponde ante una situación que nos sobrepasó y nos sobrepasa a todos. En estas difíciles circunstancias los cazadores también mostramos nuestro lado solidario como cualquier ciudadano responsable.
Pero lo que no logramos a entender es que en el BOE del pasado 9 de mayo se haga una mención expresa de la caza para diferenciarla del resto de los deportes con el único fin de prohibirla, discriminando a los cazadores del resto de los deportistas.
Explíquenos señor “ministro todopoderoso en tiempos de pandemia” ¿qué razón técnica o sanitaria existe para prohibir la práctica de una modalidad individual de caza como es el rececho o la espera?. Usted Sr. ministro, posiblemente por sus muchas preocupaciones actuales, no se ha parado a pensar que cuando un cazador practica el deporte en un coto de 5.000 hectáreas, es el único jugador en un espacio equiparable a más de 5.000 campos de futbol, ¿piensa usted que un jugador de fútbol que entrena solo en 5.000 estadios pone a alguien en peligro?.
Agradecemos el apoyo decidido de la Xunta de Galicia al sector de la caza y más intensamente al de la pesca, lógicamente nuestros compañeros pescadores están más afectados por estar inmersos en plena campaña fluvial… el sector cinegético también solicitó el mismo apoyo porque lo necesitamos.
Agradecemos esa puerta abierta a la caza por daños, que como tal es una labor esencial en defensa de las cosechas y no podemos calificarla de deporte ni actividad lúdica, pues se trata de, nuestra fiel colaboración con los agricultores y ganaderos gallegos en estos momentos esenciales del calendario para evitar que se produzcan cuantiosos daños en nuestros campos y cultivos.
En dicha publicación del BOE se cita la caza hasta en tres ocasiones, y en todas ellas se hace para denigrar una actividad que practican alrededor de un millón de personas y que es a día de hoy el tercer deporte de España –EL TERCERO- con más licencias federativas, sólo por detrás del fútbol y baloncesto.
En Galicia 40.000 cazadores y es el segundo deporte, con mayor número de federados… estando representada la caza por sociedades deportivas en la totalidad de los ayuntamientos gallegos.
Es decir, que en medio de toda esta confusión, y cuando los cazadores federados –a falta de respuestas oficiales- habían dado por hecho que podían salir al campo a realizar entrenamiento físico, solos o con sus perros, alguien ha dedicado sus esfuerzos en dejar claro que eso pueden hacerlo todos los deportistas federados de España menos los cazadores y los pescadores.
Alguien se ha preocupado y esforzado por dejar muy claro que la caza es un deporte que depende del CSD, pero que no merece ningún respeto ni consideración por parte del Gobierno. Y lo ha hecho utilizando nada más y nada menos que el Boletín Oficial del Estado.
No es justo ni es razonable, porque no hay razones técnicas ni sanitarias que expliquen que la caza quede relegada a la fase dos más allá de una regulación jurídica que algunos están aprovechando para atacar, una vez más, a los cazadores.
¿Saben ustedes qué modalidades de caza son las que se permitirían en estas fechas en una situación normal? recechos y esperas, es decir, modalidades que se practican en soledad, a cientos de metros de cualquier otra persona.
Se permite correr y andar por céntricas calles abarrotadas de las ciudades… pero no salir a cazar o a pescar al campo en solitario. Se permite que un grupo de hasta diez personas se siente en la terraza de un bar… pero no salir a cazar en solitario.
Se abren los comercios, pero se impide que un sector económico que genera más de 100 millones de euros al año solo en Galicia eche a andar. Se tiene el máximo cuidado con los perros de casa… y se obvian las necesidades de los perros de caza.
No nos gusta ese olorcillo político anticaza que emana la decisión tomada, esperemos que en el próximo Consejo de Ministros acierten con la decisión, aunque una vez más el acierto tenga que llegar por la rectificación y la presión.
Este artículo sigue la línea del artículo “una desescalada a la vieja anormalidad” publicado por nuestro compañero José María Gallardo, presidente de la Federación Extremeña de Caza.
Javier Nogueira Diz
Presidente de la Federación Gallega de Caza