Estudios de campo revelan que el mayor riesgo de transmisión de enfermedades entre ungulados silvestres y ganado doméstico se encuentra en los abrevaderos, especialmente manantiales y charcas con un diámetro inferior a 20 metros. Así se desprende de un trabajo realizado por el Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC) tras evaluar 100 explotaciones extensivas (45 porcinas y 55 bovinas) para conocer los focos de transmisión de enfermedades compartidas y prevenirlas mediante planes de bioseguridad.
Tras analizar las explotaciones y detectar los puntos de interacción de riesgo alto entre el ganado y cérvidos, jabalíes u otros ungulados silvestres, se ha comprobado que la mayor parte de esos focos de transmisión se encuentran en puntos de agua estanca o continua, como son manantiales y charcas con diámetro inferior a 20 metros. El estudio ha desvelado que las áreas de alimentación, así como las instalaciones para manejo, suponen un riesgo bajo o muy bajo.
Ante estos resultados, el Grupo Operativo de prevención frente a la peste porcina africana (GO Prevpa) trabaja en colaboración con el IREC en la transferencia de herramientas innovadoras en bioseguridad para reducir los riesgos asociados a la fauna silvestre, en este caso el jabalí con la transmisión de la PPA. El Grupo Operativo diseña planes personalizados de acciones específicas de bioseguridad en ganaderías extensivas porcinas. Para ello, se describen, geolocalizan y fotografían los puntos de agua, alimentación, cerramientos, etc., con la intención de identificar todas las áreas de riesgo y recopilar la mayor información posible. El propósito es diseñar y aplicar un plan de acción abordable por el ganadero, recalcando siempre que el riesgo cero no existe, pero que el objetivo fundamental es atenuar el riesgo al máximo, aclaran desde Go Prevpa.
Teniendo esto en cuenta, el siguiente paso es jerarquizar las actuaciones en función a los riesgos detectados, priorizando buscar tanto la segregación del uso del agua entre especies reservorio como que cada abrevadero sea más seguro. Las medidas propuestas van desde la instalación de vallados permanentes o de acceso selectivo hasta la sustitución de estos puntos por bebederos artificiales adaptados a cada especie.
La estimación económica de aplicar las medidas prioritarias supone un coste medio para el ganadero de 14.730€ en cada explotación, 25.7€ por hectárea y 799.4€ por cada punto de riesgo. No obstante, desde el IREC también recomiendan la aplicación de otro tipo de medidas que no suponen ningún coste para el ganadero y son altamente efectivas, como la rotación de parcelas respetando los periodos de vacío sanitario, repartir el alimento a primera hora y en cantidad justa o colocar comederos lejos de pasos y zonas querenciosas para la fauna silvestre.
El Grupo Operativo, en base a toda la información recopilada por el IREC, aplicará las medidas que considere necesarias para analizar el riesgo del jabalí frente a la bioseguridad externa en explotaciones de porcino intensivo y extensivo, como parte de su plan de acción. Miembros del GO Prevpa van a visitar explotaciones intensivas para preparar al sector ganadero en la prevención de la PPA y demás riesgos asociados al jabalí, recordando que la bioseguridad es la medida de prevención por excelencia y debe considerarse como una inversión de mejora a todos los niveles.