Nunca es tarde para probar el modelo que ha revolucionado los concesionarios de la marca española. El Seat Ateca ha sido el tercer modelo
más vendido de su segmento en lo que va de año, todo un éxito si tenemos en cuenta los grandes gurús del SUV a los que se enfrenta y es que Seat ha acertado plenamente con su primer todo camino.
Y nunca es tarde…
Cuando se entra en el segmento SUV, pues a pesar del enorme retraso de Seat para tener presencia en este segmento no podía haber entrado con mejor pie.
Es cierto que Seat ha sabido jugar bien sus cartas levantando gran expectación, igual que ha hecho con el Arona, de tal manera que tenía el mercado calentito y ávido de unidades en los puntos de venta.
Su acogida no pudo ser mejor, en 2017 ha sido el tercer modelo más vendido de su segmento. Por fin Seat tiene algo más que Ibiza y León, y ¡qué modelo!
No le falta la importante imagen de familia, toma las líneas maestras de sus hermanos de gama y las sabe aderezar con los toques que lo convierten en un todo camino de aspecto atractivo:
- Un frontal potente
- Protecciones para bajos y carrocería
- Pasos de rueda ensanchados
- Una altura al suelo de 187 mm.
El Seat Ateca comparte con el León sus elementos estructurales y con una longitud de 4,36 metros tiene como su rival más directo al todopoderoso Nissan Qashqai.
En el primer año completo de ventas poco le ha costado acercarse al referente. Todo un éxito.
A veces, tener unas dimensiones compactas suponen un problema, la habitabilidad interior. En esta ocasión, Seat nos engaña con el Ateca pues al tener la misma distancia entre ejes que el León ST dispone de una habitabilidad bastante buena en su interior, especialmente en lo que se refiere a distancia para las piernas de los pasajeros traseros, la cota que más importa.
La anchura a la altura de los hombros está como en los restantes competidores, es decir, algo justa para tres ocupantes, pero nada que no sea pueda pasar por alto en desplazamientos cortos.
En los más largos tres adultos deben jugar un poco al Tetris con sus articulaciones. La plaza central, más endémico en casi todos los modelos de su segmento, es más apta para los pequeños de la casa.
El maletero del Ateca cubica unos impresionantes 510 litros, que en el caso de optar por el 4Drive, como nuestra unidad de pruebas, la capacidad se reduce a 485 litros.
DESCONEXIÓN DE CILINDROS
El Ateca dispone de una amplia oferta de propulsores y cambios. Nos hemos fijado en la versión de gasolina; tal y como están las cosas en las grandes ciudades por temas de contaminación hay que empezar a poner en el punto de mira los motores de gasolina, con tracción a las cuatro ruedas 4Drive, ideal para escapadas camperas, y cambio manual de seis marchas, si bien el DSG de 7 velocidades puede ser mejor opción de compra, por el confort que aporta este cambio y que solo eleva el precio del coche en 490 €.
Este motor de 1,4 litros y turbo desarrolla una potencia de 150 caballos. Destaca por su funcionamiento, por cierto muy silencioso –hay que mirar el cuentarrevoluciones para darse cuenta de que está su motor en marcha–, y el agrado de conducción que ofrece.
Se trata de un motor que funciona perfectamente a bajos regímenes no haciendo falta apurar cada marcha para sacar lo mejor de este motor EcoTSI. Su respuesta es muy lineal, progresiva y elástica si nos decidimos a apurar la zona más alta del cuenta. La entrada en acción del turbocompresor apenas se nota, su aporte es muy suave, pareciendo un motor atmosférico y no turboalimentado.
Otro de los puntos fuertes de este motor son los consumos. Los gasolina no son lo que eran hace unos años, la tecnología los ha convertido en motores ahorradores, casi tanto como los diésel, y así lo atestiguan las cifras homologadas.
Es cierto, y siempre lo decimos, que los reales están algo lejos de las homologaciones, pero en el caso de nuestra prueba con el Ateca nos movimos en cifras de consumo en el entorno de los 7 litros a los 100 km, una cifra que para la potencia y prestaciones del coche está francamente bien.
Evidentemente la versión diésel arroja consumos más eficaces, pero a los diésel les están empezando a contar los días. En estos bajos consumos tiene mucho que ver el sistema ACT que desactiva dos cilindros en marcha al levantar el pie del acelerador y también cuando pisamos muy poco el pedal. Salta un aviso en el cuadro de instrumentos y se enciende el testigo de eco.
En ciudad su tamaño lo hace idóneo para moverse con agilidad, igual que en la red general de carreteras donde su afinada suspensión nos hace disfrutar de su conducción y comportamiento; tiene mucho de León, incluso su dinamismo en carretera y la sensación de aplomo.
La versión 4Drive destaca por disponer en el Seat Drive Profile de dos programas específicos para fuera del asfalto, el de nieve y el de off road. Gracias a ellos y a la electrónica se modifica la actuación del embrague multidisco Haldex que le permite buenos escarceos por el campo, eso y que su altura libre al suelo de casi 19 centímetros son garantía de no quedar atrapados a la primera de cambio.
Evidentemente, no es un coche para aventurarse por trialeras, pero sabiendo abordar ciertas dificultades el comportamiento del Ateca llegará a sorprender a muchos, más si optamos por unos neumáticos mixtos, como pueden ser las Michelín CrossClimate, un neumático de invierno que se comporta muy bien en verano.
El Ateca tiene también a su favor una dotación de equipamiento muy completa desde las versiones más bajas, con paquetes interesantes para los bolsillos más ajustados.
Según se suben escalones en los acabados se mejora la dotación, y para los más pudientes ofrece una batería tecnológica en opción muy importante, como los faros full led, el reconocimiento de señales de tráfico, el aparcamiento asistido o el asistente de conducción en atascos Traffic Jam Assist.