Llegó diciembre, estamos en mitad de temporada y la sequía sigue pasando factura en los resultados monteros.
Habrá que plantearse alguna vez que no se puede montear con temperaturas que, en muchos casos, superan y con mucho los 30 ºC. Los que se llevan la peor parte son los perros de las rehalas; esta temporada el número de los que han muerto por golpes de calor ha sido muy alto, y eso a pesar de que muchos organizadores han dispuesto puntos de agua en las fincas.
Los perros de rehala utilizan principalmente el olfato y después la vista para descubrir y levantar las reses que están encamadas, pero con el calor y, principalmente, la sequía que padecen nuestros campos los rastros se pierden pronto y el trabajo realizado no logra los resultados esperados.
No podemos olvidar tampoco las heridas en las patas debidas al terreno reseco ni los efectos del excesivo polvo que se levanta al transitar por lugares en los que no ha caído una gota de lluvia en meses, lo que merma en gran medida el olfato de nuestros canes.
¿Deberían tomar medidas nuestros responsables en materia de caza sobre si es positivo montear en condiciones de sequía y calor extremo? Esta es una pregunta que dejo en el aire para que pueda ser respondida por quien corresponda.
Ha sido un principio de temporada en el que durante el mes de octubre solamente llovió un día, y no en todos los sitios, y en el que las primeras lluvias se dieron ya empezado noviembre. El frío se hizo esperar demasiado y más parecía que se estaba monteando en verano que ya a punto de comenzar el invierno.
Los resultados de monterías y ganchos se han resentido bastante debido a las condiciones climáticas, en especial en las fincas abiertas.
La berrea tan tardía hizo que, monteando a finales de octubre, se escuchase aún berrear a los venados. Esto traerá, con seguridad, un retraso en la paridera y hará que las nuevas crías que nazcan vean muy mermadas sus esperanzas de supervivencia; y, lo que es más grave, su desarrollo no será satisfactorio, lo que dará ejemplares más débiles.
El celo de los cochinos también se ha visto retrasado por la climatología adversa, así que habrá que esperar para poder cobrar los mejores ejemplares, que solamente se dejan ver en época de celo.
Los resultados obtenidos a mitad de temporada han sido en general discretos, si exceptuamos las fincas cercadas donde, gracias a una mejor gestión y al aporte regular de agua y comida, los resultados se han mantenido en cifras iguales a temporadas pasadas. Esperemos que en esta segunda parte de la temporada la climatología nos sea más favorable, se pueda montear en mejores condiciones y ello nos lleve a conseguir unos mejores resultados.
Las organizaciones ecologistas han aprovechado estas condiciones de sequía para pedir de nuevo que se suspenda la caza en todo el territorio español; para ellos la primera fase de su anhelo: lograr prohibir definitivamente la caza, sin comprender los grandes males que ello traería consigo, y no solamente económicos, sino principalmente de control de las poblaciones de animales salvajes, especialmente de jabalíes, cuya proliferación sería imparable entonces.
Mucha suerte en esta temporada, buena caza y, como siempre me gusta destacar, no olvidemos la precaución al manejar las armas. Si dudamos antes de ejecutar un lance es mejor no disparar, y así no tendremos que lamentarnos más tarde.
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Félix Sánchez Montes
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