La revista Trofeo elabora la Guía de Seguridad en la Caza, en colaboración con Mutuasport, donde se detallan las principales precauciones que debemos adoptar todos en cada una de las principales modalidades de caza y así minimizar el riesgo de accidente.
Aunque la caza pueda ser considerada una actividad de riesgo, bien es cierto que teniendo en cuenta el número de cazadores, que en España se sitúa en torno al millón, al que habría que sumar todos los extranjeros que vienen a nuestro país a cazar, en función del número de accidentes que suceden podría considerarse más de riesgo un deporte como el ciclismo, con muchos más accidentes y fallecidos.
En España la media de muertes por accidente de caza se sitúa en torno a los 50 al año, lo que podría suponer un 0,005 % del total de los practicantes de la actividad. Si, en cambio, estudiamos el número de accidentes sin tan trágico final, se sitúan en torno a los 3.800 al año, lo que supondría un 0,38 % del total de los cazadores.
Aunque no se trata de porcentajes elevados, ni van en aumento, es cierto que la caza se practica de manera mayoritaria con arma de fuego, lo que requiere una especial precaución en el manejo de la misma para evitar este tipo de sucesos. Por pocos que haya, siempre serán demasiados. Sobre todo porque muchos de ellos son claramente evitables con un poco de sentido común.
Nos sorprendería conocer el contexto de muchos de estos accidentes, que responden a conductas realmente sorprendentes; y este es el problema principal, la falta de precaución exigible a alguien que practica una actividad en la que se requiere el uso de armas de fuego y que sabe que los compañeros o puestos vecinos también están cazando, lo que requiere la máxima concentración y prudencia por parte de todos.
El movernos del puesto, por ejemplo, en una montería antes de que nos recoja el postor, cuando el resto de puestos continúa cazando, es algo imprudente y que nunca se debe hacer.
Cuando cazamos en mano o al salto, cazar con el dedo en el gatillo o con el seguro quitado mientras avanzamos en una mano, con el consiguiente riesgo de tropezar y que se dispare el arma, por ejemplo; o dejarlas cargadas e incluso sin seguro, apoyadas en un coche mientras tomamos el taco, pudiendo ser derribadas por el viento o el paso de un perro, son otras de las acciones que, si realmente pensamos en frío y detenidamente, nunca realizaríamos, pero que sin embargo se ven en el campo con más frecuencia de la que debería, y tenemos que centrarnos en que no se produzcan, ya que este tipo de imprudencias provoca el mayor número de accidentes.
La seguridad debe ser la prioridad absoluta tanto para cazadores como para organizadores, por encima de las piezas o de los ingresos, y eso es algo que nunca debe olvidar nadie, pues no merece la pena lo que se pone en juego.
Por ejemplo, el forzar el número de puestos en una montería con el objetivo de aumentar los ingresos, primando esto en lugar de la colocación de los mismos en base a la seguridad y a los pasos o trochas de las piezas, es algo que nunca debería pasar pues, además del peligro de accidente, es muy posible que el número de capturas disminuya.
Por esa misma razón Trofeo Caza ha decidido elaborar una Guía de Seguridad en la Caza, con la colaboración de Mutuasport, en la que repasa las principales modalidades de caza que se practican con arma de fuego, detallando las principales precauciones que deben adoptarse en cada una de ellas, así como lo que nunca debe hacerse para que la seguridad esté siempre presente de manera protagonista y así minimizar el riesgo de accidente.