LOS ORÍGENES
En el año 1740 el duque de Frías, gran aficionado a la caza, decide establecerse en el corazón de La Mancha, en estas tierras cercanas a la localidad de Munera, al sur de Villarrobledo, viendo su alto valor cinegético. Para ello manda construir su refugio de caza, que es actualmente la gran casa solariega ubicada en el corazón de la finca.
Dos siglos más tarde, en 1964, dadas las excepcionales condiciones de la zona para la caza de la perdiz, se funda el coto de Sotuélamos, por iniciativa de un grupo de cazadores catalanes, encabezados por el Ilmo. Sr. Conde Godó.
EL CAZADERO
Las casi siete mil hectáreas del coto son el tradicional entorno natural de la perdiz roja, donde se alternan viñedos, cultivos, monte bajo y matorral. En él, de octubre a febrero, los responsables celebran cacerías en ojeo, siendo uno de los referentes de esta modalidad del territorio nacional, así como en mano y con reclamo.
Además se ofrecen jornadas de descaste de conejo, de media veda y puestos de palomas.
Los lances se suceden sin dar descanso a la cuadrilla, que comprende el éxito y la fama que tiene este coto para la perdiz, un terreno variado en el que se alternan viñedos, siembras y monte bajo.
José, Ángel y Antonio, los guardas, ayudan a los cazadores en todo lo que puedan necesitar.
EL ALOJAMIENTO
Apenas a dos horas de Madrid, a medio camino entre la capital, Murcia y Valencia y a 30 minutos del aeropuerto de Albacete, este coto dispone de un alojamiento de primera, una casa solariega con 15 habitaciones, varios salones con chimenea, comedor, sala de TV, casa para personal de servicio y chóferes, jardines, piscina y un próximo spa.
Ana, Tamara, Tita, Cristina, Noelia y Paula atienden la cocina y los comedores.