La espera ha merecido la pena. La fecha marcada en rojo en nuestro calendario cinegético ya ha llegado y vuelve a inundarnos la ilusión por disfrutar de una nueva campaña estival. Sin embargo, también nos surgen los grandes interrogantes de cada año: ¿cuál será el estado real de las migratorias en nuestro coto? ¿Daremos con las africanas o, como viene siendo habitual en las últimas temporadas, no habrá ni rastro de ellas? ¿Qué medidas podemos tomar los cazadores para combatir a las grandes amenazas de estas especies? Las respuestas, en las siguientes líneas.
La media veda ya está a la vuelta de la esquina y son muchos los aficionados que desempolvarán las escopetas para salir de nuevo al campo. No está de más quitarnos el óxido tirando un día al plato para “desempolvarnos” también nosotros, a no ser que hayamos disfrutado del descaste. Poner a punto al perro y al cazador es algo necesario para obtener buenos resultados, pero, por desgracia, no siempre depende sólo de nosotros y de nuestro fiel compañero…. Son muchos los aficionados que ya apenas salen en la media veda o, si acaso, el primer día por si suena la flauta, porque la tónica de los últimos años en muchos cotos es volverse con una paloma despistada y poco más. Y no digamos ya las tórtolas… Las codornices pueden llegar a salvar el tema en algunos lugares, pero en otros muchos, donde los rastrojos carecen de protección alguna, siguen la misma tendencia que las otras dos especies.Claro está, esto no pasa en todos los cotos, ni mucho menos, pero sí en muchos.
Varios factores son los que pueden influir en que nuestro coto presente poblaciones aprovechables de estas migratorias, o bien que apenas tiremos algún ejemplar despistado o bien “sedentarizado”. Es difícil competir con los grandes cotos comerciales, que pueden permitirse gastar un dineral en cebar o en siembras exclusivas para estas especies. Sí, podremos aprovecharnos si estamos próximos, pero poco más…
COBIJO, ALIMENTO Y AGUA
Las tres especies, como todas en general, requieren de cierta tranquilidad y de disponibilidad de cobijo, alimento y agua. En caso de carecer de estos elementos, o tenemos la suerte de estar en el paso de alguna o poco podremos aprovecharlas.
Actualmente hay en marcha una campaña en contra de la media veda por parte de organizaciones ecologistas que persiguen su prohibición, aparentemente excusadas en que las especies están aún en época de cría o en sus descensos poblacionales. Realmente creo que muchos cazadores estarían de acuerdo en adelantar la codorniz, pues cuando empieza la temporada, en muchos lugares ya se han ido… y, en cambio, retrasar el comienzo de la campaña de la tórtola y la torcaz, pues en muchas zonas es cierto que abatimos pollos volantones.
Generalmente, la caza no es inconveniente para estas especies, si bien hay que decir que aquellos cebaderos en los que no se respeta el cupo no me parecen la mejor forma de cazar estas especies. ¿El verdadero problema? La suma de estos tres factores: pérdida de hábitats propicios, aumento de los predadores y cambios en las tendencias migratorias.
Son especies tendentes a soportar una gran presión de caza, sin que ello merme las poblaciones, pero el verdadero problema no es la caza, si bien es cierto que si por una causa ajena descienden las poblaciones, los cazadores, como auténticos conservacionistas, siempre ajustamos nuestros cupos, o así debiera ser.
Pero, como siempre, lo más fácil es arremeter contra la caza y no solucionar los verdaderos problemas de la especie. Ya se demostró con el bucardo o con el urogallo cantábrico. Es más, en muchas ocasiones los cazadores son los únicos que controlan y velan día a día por estas especies. Por ello es importante dar un repaso por cada una de las especies para ver cuáles son las principales amenazas a las que se enfrentan y cómo podemos combatirlas para mejorar nuestro coto.
¿QUÉ ENTENDEMOS POR “POBLACIÓN”?
Antes de nada deberíamos definir un concepto muy importante a la hora de analizar una especie… y más si es una migratoria: la población. Estos últimos años escuchamos informaciones de que la tórtola va a peor, de que sus poblaciones se reducen, pero… ¿qué poblaciones? Se trata de los conteos habituales en pasos migratorios tradicionales, de seguimientos de capturas, de censos… pero ¿a qué nivel? ¿Autonómico, local, provincial, nacional o quizás europeo? Y, por supuesto, ¿quién firma estos estudios o seguimientos de poblaciones? ¿Organizaciones sin ánimo de lucro con la colaboración de voluntarios (sin formación alguna en muchos casos), administraciones, universidades…?
Es necesario que los estudios reflejen estos aspectos y darles la veracidad que merecen desde un punto de vista técnico y profesional y no como aficionados. La propia RAE define población en su acepción relacionada con la ecología como: Conjunto de individuos de la misma especie que ocupan una misma área geográfica. En primer lugar, deberían relacionarlo más
propiamente con la Zoología, pero dejan una parte imprescindible por detallar. Población es el conjunto de individuos de una misma especie que ocupan un área geográfica de manera fija o temporal y que interactúan entre sí. Además, deberá contar con un mínimo de individuos para considerarla como tal.
Partiendo de esta base, podríamos profundizar hasta escribir varios libros, pero lo que está claro es que los censos sobre la misma especie deben arrojar datos por lo menos lógicos. Ya no entramos en determinados censos en los que resulta que los animales crían más o tienen picos de migración en días festivos… ¡Qué casualidad! ¿No será que en los días festivos lo que hay son picos de voluntariado para salir al campo con prismáticos? Un buen reflejo de las poblaciones, en las zonas en las que no ha variado la presión cinegética ni el terreno (cultivos, agua…) son las cifras de capturas. Pero las estadísticas hay que saber estudiarlas y tener como punto de referencia cómo se han realizado y quién facilita los datos para su confección. En global, sí es cierto que parece que se observa un cierto descenso en las poblaciones de tórtola, pero ni mucho menos como dicen algunos.
Las codornices fluctúan mucho según el año, aunque las poblaciones parecen estables. La torcaz, en cambio, experimenta un proceso de crecimiento en Europa, de aumento de la “sedentarización” en la Península y de cierto cambio en las rutas migratorias.
LA IMPORTANCIA DE SI GESTIÓN
Para la tórtola y la torcaz, en las fincas de monte en las que también anidan, aprovechando pastos y siembras cercanas, el mantenimiento de la cobertura vegetal correcta será imprescindible.
En este sentido, el pastoreo o, en su defecto, la caza mayor en densidades óptimas se ocuparán de mantenerlo en condiciones. Recalcar de nuevo que resulta imprescindible planificar bien las cosas: si cebamos, en primer lugar, que esté permitido en nuestra comunidad autónoma y, en segundo, hacerlo en base a lo que tenemos, de la manera más natural posible y siempre pensando en cómo vamos a colocar los puestos.
La ubicación y el acondicionamiento de los puestos para palomas y tórtolas es mucho más importante de lo que creemos, pues si nos ven de lejos, que nos suelen ver, no pasarán a tiro. El puesto debe ser alto, debemos estar bien tapados y, si podemos, evitar que el sol refleje en los cañones. No dejar el coche a pocos metros del cebadero y no entrar ni salir cuando ya estén comiendo son factores también muy importantes. En los cotos con muchos socios resulta a veces imposible realizar algunas de las labores comentadas y organizar a la gente, pero en esos detalles puede estar la diferencia entre pegar tiros o volvernos “bolos”.
En este tipo de cotos siempre es tentador el aprovechar los primeros días para tirar en las proximidades de los dormideros que estén tomados. Efectivamente, podemos lograr una tirada buena o quizás dos, pero a medio y largo plazo, estamos sentenciando el dormidero a su abandono. Esa frase de “si no las tiro yo hoy, las van a tirar otros mañana” hace mucho daño a la gestión responsable de los cotos.
Otra conducta característica del “egoísmo” de algunos “cazadores” es tirar las palomas y las tórtolas muy altas o largas por aquel “Si cae… ¡Vaya tiro!”, pero realmente no suele caer. En todo caso, se irá plomeada y morirá al enfriarse. No lo hagamos, pues podemos cargarnos el paso si nos dedicamos a pegar tiros a diestro y siniestro sin medir distancias. Hay que dejarlas cumplir… y si se van, ya volverán. Una moratoria sobre la tórtola como la que propone la SEO no va a salvar ni mucho menos a la especie. Seguramente, la sentencie a muerte. Pero nosotros debemos cumplir con nuestra parte y cazar de manera responsable y respetando los cupos, pues lo que defendemos en el fondo es nuestra imagen y nuestros propios intereses.
Espero que con el tiempo la Administración vea en los cazadores a los más importantes aliados para la conservación y a la hora de tomar el pulso al campo y a las especies (anillando, por ejemplo, o realizando censos); mientras tanto, que, por lo menos, actúen contra los verdaderos problemas para estas especies, como la pérdida de hábitats y las actuales prácticas agrícolas. Quizás la nueva PAC incluso ayude. Ah, y por último, no olvidemos la importancia del control de predadores. Los gatos asilvestrados, las urracas y demás córvidos pueden hacer estragos en los nidos. Debemos controlarlos todo el año… y si entra al puesto una urraca, tirarla. En mi caso particular, el año pasado cacé en un puesto más urracas que palomas. Les deseo unas buenas jornadas de media veda y que disfruten del campo.
TRES ESPECIES, UN PROBLEMA COMÚN
En general, las tres especies tienen un problema clave en la transformación de su hábitat, lo que implica un cambio en sus hábitos y comportamientos migratorios. Esta primavera ha sido escasa de lluvias… y las que han llegado al final de la misma han sido más perjudiciales que otra cosa.
Esto puede llegar a crear un conflicto entre los intereses de los agricultores por cosechar pronto y los de los cazadores por aguantar a que llegue la media veda. Lo que está claro es que si cuando las especies llegan a nuestro coto lo encuentran como un solar, volveremos a salir simplemente el primer día a ver si suena la flauta… y poco más.
¿CÓMO PODEMOS TENER MÁS EN NUESTRO COTO?
Analizamos, especie por especie, qué podemos hacer para incrementar su presencia en nuestro acotado.
Codorniz común (Coturnix coturnix)
La reina de la media veda para los amantes de los perros de muestra, ha visto cambiar mucho los campos de España. Los pasos tradicionales, sobre todo en el Levante, se vieron afectados por el boom inmobiliario. Y el tiempo de dar el salto a la Península también cambiaron, pues con los regadíos que encuentran antes de salir del continente africano, la necesidad de la migración es menor, pero acaban pasando. Lo que sí que no las puede retener es un coto con rastrojos “pelaos” o incluso ya sin ellos. La codorniz busca tranquilidad, refugio, comida y agua para la cría. Si no lo tiene, directamente se va.
Podemos poner puntos de agua, cebar incluso aprovechando la ceba para palomas y tórtolas, plantar especies de alta palatabilidad para ellas, como los cereales (trigo, centeno, cebada), las gramíneas silvestres y leguminosas… También influye, y mucho, la disponibilidad de insectos, por lo que deberemos mantener los linderos anchos y poblados, y si se cosecha, dejar los rastrojos con al menos 15-20 centímetros de altura. No es tan difícil de conseguir si lo hablamos antes con los agricultores y les compensamos incluso los dos duros que van a dejar de ganar .
Tórtola común (Streptopelia turtur)
La tórtola común, porque así se llama, y no europea (como parece que está de moda llamarla), necesita en las proximidades del nido, además de tranquilidad, comida y agua. Si una de las dos falta, no anida. Todo ello, además, sumándole la disponibilidad de arbolado para la nidificación. Para tirarla no hay nada como el girasol, pero para poder tener la siembra a punto hay que sembrarla más bien tarde y protegerla del jabalí, que también tiene mucha afición a la pipa. Hay grandes parcelas de varias hectáreas de girasol donde el éxito puede estar casi asegurado, pero hay que prepararlo, pues si escoges una esquina al azar, lo mismo te sorprenden entrando en la otra punta y fuera de tiro, claro.
Si cebamos podemos utilizar mezclas ya hechas de manera industrial que llevan pipas, trigo, maíz, guisante y veza. Pero si es una finca con presencia de caza mayor, mejor cebar al alba. Es obvio que la elección del punto donde cebemos será decisiva. Debe ser un lugar tranquilo, donde ya hayamos visto paso o donde tengan querencia natural de otros años. Es ideal un rastrojo con algo de protección. Y si cebamos con un solo producto, que sea algo que haya en la zona, a ser posible, lo que hubiera sembrado en el rastrojo en cuestión. En relación a los puntos de agua, algo imprescindible en las proximidades del nido para la tórtola, es recomendable que sean puntos de agua naturales. Aunque sean balsas o “charcos”, por pequeños que sean, son mucho más tomados que los bebederos utilizados para especies de caza menor.
Por último, cabe destacar la marcada filopatría de la especie, a raíz de la cual cobra especial importancia el mantenimiento de un hábitat correcto para la cría si queremos mantener las poblaciones.
Paloma torcaz (Columba palombus)
Últimamente, la tendencia de esta especie a las proximidades de las grandes ciudades se acentúa. Allí encuentran arboledas tranquilas para dormir, donde nadie las molesta, y comida. Es una especie que recorre mayores distancias para ir desde el nido a por agua y comida que la tórtola, por lo que tiene mayor tolerancia a habitar zonas con menos disponibilidad de agua o, al menos, no tan cercana al nido.
En su paso otoñal, la bellota es una de sus perdiciones, siendo muy común el poder tirarla en montes y dehesas de alcornoques y encinas. Pero ahora, en su paso estival, las mismas siembras que para la tórtola le son de gran apetencia. En muchos lugares de Europa está considerada como plaga, debido al aumento de sus poblaciones. En España no es que haya menos (que en muchos cotos pasa), sino que han variado sus pasos tradicionales y se producen grandes concentraciones en zonas periféricas de grandes urbes y en fincas con grandes cebaderos que celebran tiradas más propias de Argentina que de la España actual.
Juan Pascual Herrera Coronado
(Ingeniero Técnico Forestal. Experto en Caza y Pesca)
Conozco bien el sector inmobiliario y su desarrollo en Levante y dudo mucho que haya afectado al paso tradicional de la codorniz por esta zona. Además me parece un tema más bien político que se aleja del espíritu del cazador. Si observamos la superficies de suelo ocupadas por la construcción durante el boom inmobiliario no difieren mucho de las ocupadas anteriormente y simplemente son el desarrollo de planes urbanísticos aprobados previamente por la administración.