Tradicionalmente las codornices, a las que normalmente se les tiraba muy cerca, se han cazado con escopetas de pequeño calibre y cargas de perdigón muy fino, del número 10 o más pequeño aún.
Por ejemplo con armas de los calibres 28, 24 o 20, para los que se han fabricado numerosos tipos de escopetas de fuego central de cañones basculantes con chokes fijos, con o sin los martillos a la vista, con las que el cazador conseguía varias ventajas en la caza de esta especie, tan pequeña y débil, que no es necesario utilizar cargas pesadas de perdigones: entre otras, portaban una escopeta más o mucho más ligera que la del 16 o 12 y también podían llevar más cartuchos, menor peso de munición o se beneficiaban de ambas cosas porque los cartuchos de pequeño calibre pesaban menos y ocupaban menos volumen.
Además, con estos calibres se corría menor riesgo de destrozar la pieza, lo que era importante porque, aunque se cazara por placer, la caza casi siempre se consumía y la codorniz es un verdadero manjar (y en concreto para quien les escribe, la pieza de caza más exquisita).
Por otro lado, hasta los años setenta del siglo pasado se recargaba mucho porque la munición de fábrica era más cara y, aunque los cazadores pudieran pagarla, a veces no la podía conseguir con facilidad, por ejemplo porque vivían en cortijadas o casas de campo alejadas de las ciudades.
Y lógicamente utilizar armas de pequeño calibre representaba un ahorro de munición y de pólvora importante porque un cartucho del calibre 12 consume una mayor dosis de pólvora y con su carga de perdigones se pueden recargar dos del 28.
Hoy día, sin embargo, todo es diferente. Las personas hace años que no viven aisladas y se fabrican e importan numerosos modelos de cartuchos que no son caros y se pueden adquirir fácilmente, por lo que nadie tiene necesidad de recargar ni de emplear cartuchos de pequeño calibre que, además, ya no representan ningún ahorro, por lo que algunos calibres prácticamente han desaparecido o se utilizan muy poco.
Ni siquiera la ligereza de las escopetas que los disparaban representan ventaja alguna porque se fabrican armas del 12 que son casi tan ligeras como las del 28.
Por cambiar, hasta las costumbres de la codorniz han cambiado a la fuerza, pues también lo han hecho las prácticas agrícolas y no encuentra refugio en los rastrojos. Y, por supuesto, casi nadie valora la carne de caza.
ESCOPETAS DE CUALQUIER TIPO Y CALIBRE
La codorniz es una especie tan pequeña que, en teoría, con cualquier tipo de escopeta de caza, independientemente de su calibre, se pueden conseguir buenos resultados.
Sin embargo, teniendo en cuenta que se practica en verano y al salto (aunque normalmente por terrenos no muy abruptos), es recomendable que no sea muy pesada para evitar que con el calor y las caminatas su peso termine por convertirse en un serio inconveniente a la hora de encarar con la rapidez que exige el tiro a esta ave.
No es muy difícil abatirla porque normalmente se le dispara muy cerca (y ‘en guardia’ gracias al perro) y, por tanto, el cálculo del adelanto no representa un problema, pero un cazador sin reflejos por el cansancio termina por no acertarle a nada.
Lo más sensato es, como siempre se ha hecho, utilizar una escopeta bien equilibrada que no pese mucho.
Hoy día el calibre y tipo de escopeta no importan porque incluso en 12 se comercializan armas superpuestas y semiautomáticas muy ligeras.
Por supuesto también se puede usar una yuxtapuesta clásica, a ser posible en este calibre con chokes abiertos porque vamos a disparar cerca y si la escopeta tiene chokes cerrados (lo que es normal que los tenga, al menos en el cañón izquierdo) podemos destrozar la caza.
En calibre 12, independiente del tipo de escopeta a utilizar, debería estar bien equilibrada y pesar, como máximo, 3,0-3,1 kilogramos, aunque, si solo la pensamos utilizar para cazar la codorniz o para otras especies al salto, mejor sería emplear un modelo que pese menos de 3 kilos porque los cartuchos que se utilizan tienen poco retroceso.
Beretta, Benelli, Fabarm, Winchester, etc., fabrican escopetas semiautomáticas y superpuestas modernas muy ligeras en este calibre.

Escopeta Beretta A400 Ultralite, Winchester Select y semiautomática Fabarm L 45
No obstante, en general si utilizamos una escopeta del 20 será aún más ligera que la del 12, además de más compacta y manejable porque sus cañones, ‘caña’ y báscula son más delgados, lo que supone otra ventaja añadida.
Y para el 20 la oferta de cartuchos no tiene nada que envidiarle a la del 12 ni en calidad ni casi en variedad de marcas y modelos.
También se puede, cómo no, optar por una del 28, calibre con el que siempre se han cazado codornices utilizando escopetas clásicas yuxtapuestas y cartuchos 28-65 (que cargaban, como máximo, 18 gramos de perdigones) pero teniendo en cuenta que para este calibre encontraremos en las armerías una variedad de escopetas y de marcas de cartuchos, cargas y números de perdigones muy reducida en comparación con el 12 y el 20.
Sin embargo es un magnífico calibre que, tras unos años de olvido en Europa, vuelve a estar en auge como lo demuestra el hecho de que se comercializan algunos modelos de escopetas semiautomáticas y superpuestas modernas, con chokes intercambiables y con recámaras del 28-70, así como cartuchos 28-70 cargados con 21 o más gramos de perdigones.
Además, recientemente Benelli ha comercializado una semiautomática con recámara magnum (modelo Raffaello Ethos 28 Magnum, que pesa 2,4 kg) y Fiocchi cartuchería 28-76 mm que dispara cargas de perdigones superiores a los 30 gramos.
Esta cartuchería, que yo sepa, no está disponible aún en España pero para cazar codornices da igual porque les recuerdo que siempre se han cazado con las de 28-65 mm.
El calibre 24 que mencionamos al inicio de este artículo ha desaparecido prácticamente y el 16, aunque se resiste, no levanta mucho la cabeza.
Los fabricantes, incluso los españoles, lo siguen teniendo en cuenta y se comercializan cartuchos 16-70 mm, pero la oferta de armas y su presencia en las armerías es muy escasa, por lo que no lo mencionaremos en los siguienes apartados.
Espero que se recupere porque las escopetas de este calibre, además de más manejables que las de 12 y casi tanto como las del 20, tienen suficiente potencia para cobrar todas las especies de caza, incluidas las de caza mayor con bala en montería.
Cabe añadir que el largo de cañones más adecuado para esta caza es en armas de dos cañones basculantes de los calibres 12 y 20 el de 70-71 centímetros.
En las semiautomáticas igual, pero, si no se va a utilizar el arma para cazar desde puesto fijo, se puede elegir también con cañón de 66 cm porque se dispara cerca y, al estar montado el cañón a continuación del armazón de la escopeta, se consigue un radio de mira similar y la escopeta pesa menos.