El jabalí no tiene un depredador natural que le pueda hacer mella. Únicamente los lobos se atreven con las crías y con los enfermos cuando están desahuciados y solos. Los lobos prefieren otras presas a enfrentarse con esos grupos matriarcales donde una hembra vigila por turnos, otra es la dominante y se juntan cuatro o cinco más con unas crías que muerden y no sueltan.
Ah, y si hay algún jabalí más por el contorno y las hembras avisan, que lo hacen siempre, los machos, tanto solitarios como en grupo, acuden como almas que lleva el diablo a darle caña al lobo para que les deje en paz. Por eso el corzo sale a campo abierto para hacer noche y día y no es raro verlos en Tierra de Campos o en La Moraña (Castilla y León), donde no hay ni un solo árbol para asustar al viento.
El número de cazadores está disminuyendo como consecuencia de la edad y, por ende, de la carestía de la caza en general y de la mayor en particular. A esto hay que añadir la mengua de la falta de relevo generacional. Y luego, además, constantemente se está ridiculizando, tergiversando, criminalizando… a la actividad cinegética en general.
Pero no se están dando cuenta de que si se dejara de cazar el jabalí tres años, sería imposible circular por todas las redes viarias de España. Es más, si no se cazara el jabalí a partir del próximo año, la agricultura en España sería inviable en cuatro o cinco años más.
Los cazadores están hartos de sufrir la absurda burocracia de la Administración en general y, sobre todo, en lo que a rehalas se refiere. Al Gobierno le empiezan a preocupar los gastos por accidentes en carretera y sabe de sobra que los pasos subterráneos, los elevados o las mallas en las carreteras son muy caros, hay que mantenerlos y nunca dejarían de ser pan para hoy y hambre para mañana.
Los daños de casi un cuarto de millón de jabalíes que hay en España son muy elevados si los abona el Estado y, claro, se los endosan al titular del coto. Hay quienes abogan por soluciones químicas de castración, pero lo han hecho sin conocer a fondo la repercusión que eso puede acarrear sobre el resto de la Biodiversidad.
Los porcicultores tienen miedo a que, como en otras naciones de Europa, los jabalíes sean vectores de enfermedades que arruinarían sus legítimos negocios.
Las aseguradoras se quejan al Gobierno constantemente de una situación cada vez más grave. Cada día se producen casi cinco accidentes de tráfico en Galicia (4,9) ocasionados por colisiones con la fauna silvestre, que cuestan más de 100 millones de euros al año (lo que supone casi 16 euros por persona).
Los datos hablan por sí solos
La primera parte de este estudio en Trofeo Caza nº 544 de septiembre 2015 ¡Cómprala ya!
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