¿Sabían que esta afección, muy frecuente en la especie canina, es una de las más complicadas de diagnosticar y tratar? Podemos decir que es una de las grandes “olvidadas”… pero mucho cuidado con ella, porque cuando aparece puede acabar con una perrera en muy poco tiempo.
Y es que es capaz de reducir hasta en un 80% la producción de cachorros. En el peor de los casos, la única solución efectiva será deshacerse de los reproductores afectados.
La brucelosis es una enfermedad producida por una diminuta bacteria sanguínea denominada Brucella canis que afecta al perro y más raramente a las personas.
Este microorganismo actúa sobre diferentes órganos, como la sangre y el sistema linfático, así como en ganglios, bazo y médula ósea. Pero donde tiene especial relevancia es en el aparato reproductor, provocando inflamación o atrofia testicular en los machos y abortos o infertilidad en las hembras.
La transmisión se realiza a través de la ingesta de material contaminado, aunque la transmisión por vía sexual también es posible. España es uno de los países donde está reconocida la existencia de esta enfermedad, estimándose que su incidencia puede rondar entre el 1 y el 18%.
En algunos países en los que se ha estudiado más a fondo la prevalencia de esta bacteria, se ha visto que puede llegar hasta un 25 ó 30% en perros abandonados y vagabundos. Afecta a canes de todas las edades, pero principalmente a aquellos que han llegado a la madurez sexual.
Tampoco tiene predilección por ninguna raza en concreto, aunque ha sido descrita con mucha frecuencia en el beagle, y afecta por igual a machos y a hembras.
LA SINTOMATOLOGÍA DE LA BRUCELOSIS
Uno de los grandes problemas de la brucelosis es que no tiene una sintomatología determinada; es más, se considera una enfermedad casi asintomática. Además, incluso en los análisis rutinarios no se suele descubrir ninguna alteración.
El veterinario puede comenzar a sospechar de brucelosis cuando aparecen abortos, existe fracaso reproductivo o los machos presentan enfermedades en el aparato reproductivo. Y aunque la enfermedad puede presentar síntomas generales indefinidos, como tristeza, pérdida de la líbido, aumento de los ganglios linfáticos o dolor en el lomo, normalmente los animales presentan un estado físico normal y un buen apetito.
Los síntomas más claros de la enfermedad son diferentes en los dos sexos:
– El principal en la hembra es el aborto, que se suele producir al final de la gestación, aunque también puede darse en cualquier otro tramo de ésta. También aparece infertilidad, es decir, el macho cubre a la hembra pero ésta no se queda en gestación en repetidas ocasiones. En cuanto a los cachorros que nacen vivos de perras infectadas, pueden estar o no infectados.
– En los machos, los síntomas son diferentes y afectan a los órganos reproductores. Los más frecuentes son la tumefacción del escroto, muchas veces con dermatitis asociada, aumento de tamaño y dureza de los testículos (concretamente del epidídimo) o, por el contrario, atrofia de uno o de los dos testículos en perros con la enfermedad cronificada.
Como indicaba al inicio, la exploración física es normal, no apareciendo síntomas clásicos de infección como fiebre y los análisis de sangre y orina suelen ser también normales.
¿CÓMO SE DIAGNOSTICA LA BRUCELOSIS?
El único método fiable de diagnóstico de la brucelosis es la serología específica de la enfermedad: buscarla con técnicas específicas. Y aunque existen varios métodos estandarizados, parece que se resiste a ser descubierta, pues incluso suelen producirse algunos falsos positivos.