La característica nariz partida que presentan algunos ejemplares puede convertirse en un gran problema, pues en ocasiones nacen con el paladar hendido, un defecto que provoca que la bóveda superior de la boca presente una fisura que comunica con la cavidad nasal. La mayoría de los cachorros que padecen esta patología deben ser sacrificados. Sin embargo, por lo general, estos canes de esta raza son sanos, robustos y muy activos.
No sé si alguna vez he contado en esta sección que soy un apasionado de las razas españolas. Podencos, sabuesos españoles, pachones y mastines forman parte del mi entorno desde hace cuatro décadas y llevo muchos años conviviendo, cazando y criando con estas magníficas razas. Ello me ha brindado la gran oportunidad de conocer sus enfermedades… y no solo como veterinario en ejercicio, sino también como propietario y cazador.
SANOS Y RESISTENTES
Hace años que me involucré en la recuperación del pachón navarro ayudando a mi querido amigo y colega de profesión Carlos Contera. Desde entonces he seguido a numerosos perros de esta raza y puedo decir que, como la mayoría de las razas de caza, son sanos y no demandan demasiadas atenciones.
La población de esta raza es escasa: se puede estimar que en los últimos 30 años se han criado unos mil perros, lo que nos permite tener una información muy exhaustiva de las enfermedades que les aquejan.
A pesar de ello, una gran parte de los perros nacidos son del afijo Alajú o descendientes de él, propiedad de Carlos Contera, que, como buen veterinario, no pasa por alto ningún tipo de patología que en la raza pudiese aparecer.
En estos perros puede observarse algún caso de displasia de cadera, pero son realmente raros, como también son infrecuentes las alteraciones de los párpados, como por ejemplo los párpados excesivamente caídos (ectropión) o los vueltos hacia dentro (entropión) que rozan en la córnea.
¿Y SI LA TIENE PARTIDA?

De mayores, la nariz partida no supone ningún problema, aunque en estos ejemplares son frecuentes las heridas e infecciones en sus fosas nasales provocadas por la introducción en ellas de hierbas y pajas mientras cazan o campean.
La nariz partida, característica única en la raza que presentan un importante número de ejemplares, es en realidad lo que en los humanos se denomina labio leporino. En los cachorros tiene importancia por dos razones.
La primera de ellas es que un número de cachorros que presentan esta característica nacen con el paladar hendido, un defecto que provoca que la bóveda superior de la boca presente una fisura que comunica con la cavidad nasal.
Muy a menudo, por lo problemas que conlleva esta patología y su difícil solución, estos cachorros tienen que ser sacrificados. La segunda cuestión es que estos cachorritos también tienen problemas para succionar, pues les entra aire por la fisura de la nariz y, por lo tanto, tienen dificultades para mamar correctamente de la ubre materna.
Aunque se tiran horas enganchados al pezón, no consiguen sacar leche y, si no se les ayuda, mueren por inanición. De mayores, la nariz partida no supone ningún problema, aunque a algunos ejemplares con nariz marcada y una ranura muy pronunciada y que cazan en sitios de hierba espesa es frecuente que se les introduzcan pajas y restos de hierbas que les provocan irritaciones.
En numerosas ocasiones he oído decir a Carlos Contera que uno de los hándicaps que ha tenido con la raza es la falta de lívido en los machos, que muestran poco interés en las perras en celo, perdiendo así algunas cubriciones.
A pesar de ello, las hembras, en general, son buenas reproductoras y magníficas madres.