El perro de sangre honra la actividad cinegética. Facilita al cazador la recuperación de las piezas abatidas de caza mayor e impide que estas acaben desahuciadas en vano en el monte. Por ello, cada vez son más los aficionados conscientes de la necesidad de seleccionar más y mejores perros, y una mayor preparación de estos para dar con las reses.
Analizamos las principales características de algunas de las razas más populares que pistean y marcan las piezas, aun vivas o ya muertas, en los cotos. Desde las especialistas consumadas y seleccionadas exclusivamente para esta finalidad, como es el caso del sabueso de Baviera, hasta las más polivalentes —entre cuyas pruebas de trabajo se encuentra el rastro de sangre—, como el drahthaar, el teckel o el jagd terrier.
Sabedores de que existen diferentes opiniones al respecto, nos hemos acercado a varios cazadores y criadores a pedirles sus valiosos consejos sobre las características de estas razas, basada en la conservación de sus cualidades morfológicas, psíquicas e instintivas para la venatoria.
El “cabecilla del grupo” en esta modalidad de rastreo del corzo se encuentran especialmente predispuesto para la búsqueda de la caza herida. No en vano, exhibe un significativo hocico y unas especialmente desarrolladas fosas nasales.
Es un perro tranquilo y dócil, elegante y con temple, muy funcional —como buen perro de trabajo— y muy perseverante, capaz de seguir sujeto por una traílla de gran longitud (de este modo evitaremos que se produzca el alejamiento del can) el rastro dejado por la res herida, y pistearlo durante largas distancia. Manifiesta un destacado instinto de captura, poder de parada (capacidad para retener y bloquear al corzo sin muchos problemas), y unas dotes prodigiosas para el rastreo, algo en lo que resaltan por encima de otras razas.
Junto a su pasión por la caza, valentía, rápida inteligencia y firmeza, la gran condición del drahthaar es que, con el adiestramiento adecuado, vale prácticamente para todo: la búsqueda, la muestra, el cobro…, incluso para seguir el rastro de sangre de una pieza herida de caza mayor.
Sus seguidores lo definen, en términos generales, como un perro tranquilo y sereno. No le tiene miedo al frío, ni al agua helada; les hemos visto cobrar patos rompiendo placas de hielo en medio de una charca y seguir cazando como si nada. Pero seguir los rastros de sangre pisteando animales heridos y conseguir cobrarlos, incluso saliendo de noche del monte, es de las experiencias que produce mayores satisfacciones a sus conductores. «Si hay algo que no soportamos es la dejadez en el cobro de una pieza herida, ya sea de caza mayor o de menor. Para evitar esto, el drahthaar es el mejor colaborador», señalan varios cazadores y criadores de la raza.
Ambas razas comparten muchas y buenas aptitudes para la venatoria, destacando su tenacidad y afición por la caza, y su poderoso olfato.
El teckel, o también llamado daschshund (Perro de tejón), es un perro de caza, de rastro, apasionado y resistente que trabaja con voluntad y seguridad. De extremidades cortas, cuerpo alargado y musculado, cuenta con un olfato excepcional capaz de localizar y encontrar la caza —herida o abatida— después del tiro. Sus cortas extremidades, con relación a su cuerpo alargado, no nos deben inducir a pensar que está limitado ni subestimarle, ¡todo lo contrario!, está admirablemente capacitado para localizar y seguir rastros de sangre. Son precisamente sus características anatómicas las que le permiten poder desenvolverse con extrema soltura en túneles bajo tierra y sobre tierra, y poder seguir con precisión los rastros, ayudado por su prodigioso olfato.
Su maravillosa nariz y fuerte constitución, hacen que sea una de las razas más empleadas en rastros de sangre, aunque también ha sido seleccionado en otras pruebas específicas de trabajo como pueden ser: el latido de liebre, la búsqueda en bosque y el adiestramiento, el cobro en agua, etc. «Igual te echan un guarro de 100 kilos de un zarzal cerrado o cubierto de abundante maleza jugándose el tipo, que persiguen durante horas a un corzo herido hasta dar con él. Gracias a su ayuda recuperaremos la totalidad de esas piezas que en caso contrario se perderían. También harán las delicias del cazador de conejo en el monte más espeso y del aficionado a la venatoria del zorro en madriguera», resaltan varios criadores de la raza.
Su forma de caza es análoga al de los terriers, aunque de forma más prudente y sabiendo guardar mejor las distancias, y pistea como los sabuesos sin ser un sabueso, lo que le confiere una polivalencia y ductilidad muy estimada por los cazadores
Otras de sus cualidades destacables son su versatilidad, la comodidad de su tamaño, su adaptabilidad a cualquier tipo de medio, temperatura y situación, su capacidad de aguantar largas jornadas de caza sin desanimarse, su fácil adiestramiento (aunque a veces son algo testarudos), sus enormes pulsiones para la caza y un elevadísimo potencial olfativo, con búsquedas muy apasionadas e intensas —pero a su vez con templanza—, latiendo con fuerza y sonoridad. Esa “voz” del teckel conserva gran variedad de modulaciones bucales como respuesta a las distintas eventualidades en la acción de cazar, y son una de las mejores ayudas para el cazador, permitiéndole estar “informado”, tanto en el caso de los recechos como en la caza de cualquier otra especie, de la evolución de pieza fugada en el interior del monte y a pesar de la distancia.
El jagd terrier alemán, por su parte, es un es un perro polivalente y perfectamente adiestrable para cualquier tipo de caza a la que se le quiera dedicar: rastro de sangre, conejo, liebre, perdiz, jabalí, zorro… Solo es cuestión de tiempo y dedicación. Y eso que el jagd terrier que mayoritariamente se ha seleccionado en España ha sido para la caza en madriguera, sin ofrecerle otro tipo de concesiones y sin tener en cuenta el resto de sus aptitudes (el club alemán de la raza sí que cuida entre sus pruebas el pisteo de sangre). Además, el jagd mantiene la ventaja del tamaño, tanto para su manejo y transporte, como para su alojamiento.
Su gran diferencia con el resto de razas es su fuerte temperamento, valentía y coraje, cualidades que si no son bien dirigidas por su dueño con un correcto adiestramiento —como con cualquier otra raza— puede causarnos, a veces, más de un disgusto.
Referente a su educación, al ser perros con un fuerte carácter, desde muy temprana edad hay que empezar a sociabilizar a los cachorros, ya que esto nos evitará problemas posteriores. Conviene juntarlos desde muy pequeños con otros perros de diferentes tamaños y edades, habituarlos a ruidos, personas y a otros animales con los que tenga que convivir. Si se hace esto correctamente tendremos mucho trabajo ganado de cara al futuro.
Su valentía, coraje, tesón y el hecho de ser incansables hasta lograr su objetivo, los hacen únicos.
Los seguidores del patterdale terrier defienden entre sus principales diferencias, con respecto a los otros terrier, su excelente carácter, demostrando mayor nivel de concentración en la búsqueda (recordemos que lo más complicado para un perro es que se centre exclusivamente en el olor de la sangre, desechando los otros olores del campo) y con mucha menor agresividad entre los ejemplares.
A pesar de ser una raza muy poco conocida en España, pues contamos aún con muy pocos ejemplares, en ella se expresan muchas características comunes a otras razas punteras en la caza de madriguera y en el rastro de sangre, como son su valentía, coraje, tesón y el hecho de ser incansables hasta lograr su objetivo.
Por otra parte, quienes tienen la oportunidad de convivir y cazar con un parson terrier, lo describen como un perro tremendamente versátil, valiente como nadie, atrevido, incansable, divertido, “chulo”, gran compañero y muy listo. Tiene una altura de o entre 33 y 36 cm. a la cruz, con una capa de pelo en la que predomine el color blanco y en ocasiones con manchas pequeñas de color negro, fuego o una combinación de estas tres, llamada tricolor. Verdadero cazador de madriguera, como buen polivalente también es perfecto para la caza menor, levantar a los jabalís de sus encames y, por supuesto, el rastro de sangre.
Una acción importante a destacar en el mundo de los perros de rastro es la labor que realiza la Asociación Española del Perro de Sangre. Desde AEPES, y muy especialmente a través de su página web, desarrollan un gran esfuerzo por «divulgar y promocionar el rastreo de animales heridos de caza mayor, con ayuda de perros, como contribución a una forma de entender la caza en la que se valoren los aspectos éticos y tradicionales de la actividad cazadora, así como el respeto a los animales abatidos».
Su principal objetivo es elevar al máximo el nivel en España. Para lograrlo se trabajan en diversas líneas de acción:
Si deseáis obtener mayor información, os recomendamos visitar su web.
Texto y fotos | Pablo A. Montiel