La media veda se abrirá a mediados de agosto y permitirá que muchos aficionados vuelvan a disfrutar de los lances a sus especies favoritas: la codorniz y la torcaz, además de otro tipo de aves. El calor aprieta y, para soportar las altas temperaturas en esta época, tener a nuestro perro físicamente y psicológicamente a punto es fundamental, si queremos disfrutar con él de unas buenas jornadas en el campo.
De toda la vida se ha venido llamando a la media veda «la escuela del perro de muestra». Sin embargo, hoy muchos creen que esta frase ha perdido gran parte de su sentido debido a las bajas densidades de codornices que encontramos en los rastrojos y regatos de nuestros campos. Cada vez son más, por tanto, los que consideran que se necesitan mejores perros y mejor preparados para dar con ellas. Sabedores de que existen diferentes opiniones al respecto, nos hemos acercado a cazadores y criadores a pedirles sus valiosos consejos sobre las características de las distintas razas de perros, la mejor manera de entrenarlos y de mantenerlos en forma.
Acabada la temporada oficial, entramos en un tiempo muerto en el que los cotos se cierran para respetar la cría. Es entonces cuando en muchas comunidades autónomas se hace muy complicado poder encontrar cotos intensivos y terrenos donde poder entrenar con el tiempo suficiente para lograr que los perros lleguen a la media veda con un alto grado de desarrollo físico y psíquico, adecuadamente musculados y bien preparados.
La preparación de los perros de cara a la media veda se caracteriza por realizarse en una época con temperaturas muy altas y coincidir, por lo general, con un periodo de alta inactividad para el perro.
Por ello se recomienda que la preparación física se desarrolle de una manera muy progresiva, al menos un mes y medio antes de que comience su apertura. Al principio este trabajo debe hacerse muy suavemente, comenzando con ligeros paseos al atardecer, campeando a los perros poco a poco para que vayan cogiendo fondo, recuperando su masa muscular y acostumbrándose a lo que va a ser su peor enemigo: el calor.
Paulatinamente se les debe ir aumentando el tiempo de entrenamiento, hasta que aguantan 3 o 4 horas, e introduciéndoles –con sumo cuidado– en las horas del día en las que hace más calor para mejorar su resistencia, ya que, cuando llegue el momento, tendrán que cazar entre las rastrojeras al amanecer, desde las 6 hasta las 11:30, aproximadamente, y deberán estar suficientemente preparados para rendir al máximo de sus posibilidades.
En este sentido, además, debemos mostrar especial interés a la hora de prevenir los golpes de calor, producidos por una insuficiencia por parte del perro para eliminar todo el calor generado en su cuerpo. Habrá que hidratarlos frecuentemente, así que, por favor, ¡proveed de agua al perro cada cierto tiempo!
La media veda es utilizada por muchos cazadores y criadores, también, para iniciar a los cachorros y preparar a los perros jóvenes, de 5, 6 y 7 meses, generalmente acompañados de un perro adulto y, excepcionalmente, de dos, cuando se quiere fijar el patrón rápidamente. Si hasta ese momento han sido entrenados con codorniz de granja, puede ser suficiente con que estos empiecen a identificar la codorniz salvaje.
Cuando finalice la media veda, los que se interesaron con sus jornadas de campo en poner a punto a sus perros, a la vez que en practicar la venatoria, tendrán a sus ejemplares plenamente preparados para comenzar la general.
Cada raza tiene sus particularidades y las grandes castas mantienen unas características propias ya fijadas, de tal manera que son realmente excelentes cada una de ellas.
El grupo de los perros de muestra conocidos como continentales, por ejemplo, unifica una serie de estas excelentes particularidades: la polivalencia, el tesón, su mayor proximidad con el cazador y la preferencia al cobro, aparte de sus cualidades propias como razas diferentes.
En su libro El braco alemán, Gilles Tournier habla del porqué de esta polivalencia y como conseguirla. De manera muy resumida, viene a decir que, si se utiliza un sistema de selección que denomina «continental», basada en perros polivalentes, que deben pasar pruebas tanto de búsqueda de ave en campo, como búsqueda y cobro en agua, rastro de sangre, etc., se obtendrá un perro que, con el adiestramiento oportuno, pueda resolver satisfactoriamente diversas situaciones de caza.
Si, por el contrario, seleccionamos con un sistema parecido al denominado «británico», en el cual prima la especialización, y en el que tradicionalmente y desde antaño se utilizaba un tipo de perro para cada situación, se obtendrá un perro que resolverá de una manera muy satisfactoria, el lance propio de su especialidad.
Esto no significa que pueda haber perros que, perteneciendo a una raza más especializada, no sean capaces de realizar otras tareas, pero es menos frecuente, puesto que la selección en su cría a lo largo del tiempo ha tenido como fin la especialización.
Raza polivalente y sencilla de adiestrar son las cualidades que más definen al braco alemán. Fuerte y resistente, adaptable a cualquier tipo de terreno, vegetación y climatología, unido a una increíble capacidad olfativa, son motivos suficientes para que sea una de las razas de muestra preferida por multitud de cazadores que buscan ejemplares con un carácter equilibrado, buen instinto de búsqueda, muestra innata y firme, cobro dulce y natural, y con gran pasión por la caza.
A estas cualidades debe ir unida, además, a una buena estructura morfológica, elegante y equilibrada, típica de un galopador medio que le permita aguantar largas y duras jornadas de caza, galopando mucho tiempo y cubriendo mucho terreno, a un ritmo constante de búsqueda.
Es probablemente una de las razas más adaptadas a la caza de la codorniz ya que aguanta muy bien el calor y caza con mucho detalle, rindiendo perfectamente en cualquier tipo de terreno. A la par, es una gran raza de muestra muy útil para el cazador moderno que no dispone de demasiado tiempo para adiestrar.
Como principales características mantiene que caza siempre cercano, realiza el cobro de una forma impecable y, aunque no tan espectacular como un perro inglés, resulta muy bello durante la acción de caza, siendo su muestra muy expresiva.
El cobro es uno de sus fuertes, de modo que pocas codornices perderemos por enmarañados que estén los regueros o linderos donde caigan.
Es, además, el primer perro de muestra que acompañó a los halconeros en la caza, respetando perfectamente a cualquier animal que tenga en casa.
Mucho más conocido por los cazadores españoles, es de muestra mucho más amplia, firme y más rápido. Si bien es sabido que el calor y la ausencia de humedad en verano dificultan la labor olfativa de los perros, el setter aguanta generalmente bien estas condiciones desfavorables cazando con la nariz en alto, confiado en sus buenos vientos.
Sin embargo, tiene el hándicap de su manto en plena época de calor que condicionará su máximo rendimiento. Pero, además, es importante tener en cuenta en la preparación del perro arreglarles bien el pelo para que no se les peguen en las orejas las espigas o bolitas enredaderas, lo que les es muy incómodo.
Pablo A. Montiel