Como he indicado en más de una ocasión, un buen perro de caza se asienta sobre tres pilares básicos: una buena selección genética, una buena sociablización y una buena educación.
Pues bien, vamos a hablar de la sociabilización. En los últimos años, la etología canina (el estudio de la conducta del perro) ha evolucionado mucho y hemos aprendido nuevas cosas sobre el desarrollo mental y la educación de los perros. Y, probablemente, una de las más importantes es entender en profundidad lo que es la sociablización y su enorme importancia en el carácter y conducta del perro.
FORJANDO SU CARÁCTER
La sociabilización o imprinting es el periodo durante el cual el perro establece los vínculos con el mundo exterior, que serán permanentes durante el resto de su vida. Es decir, es cuando el cachorro forja su carácter y la manera de relacionarse con su entrono. Se produce desde los 20 a los 90 días de vida del animal aproximadamente (varía un poco entre las razas y los individuos). Durante este periodo, los cachorros no tienen ningún tipo de inhibición o miedo a las cosas nuevas y extrañas, y sí un fuerte instinto de exploración.
Parece que todo les interesa, pocas cosas les asustan y se adaptan de inmediato a las nuevas situaciones sin la más mínima duda o estrés. Todo lo que ven o las experiencias que tengan en este periodo les parecerán normales y familiares de mayores. Por lo tanto, cuanto más vea un cachorro a esta edad y más actividades realice con otros perros y personas, más equilibrado y menos asustadizo será de adulto.
Como indicaba, el periodo de sociabilización es de extrema importancia porque en él se puede (en cierta medida) “programar” el cerebro del cachorro, y por lo tanto su conducta, para que sea como nosotros queramos que sea. La sociabilización es una inversión de futuro. Pero hay que recordar que tenemos sólo un periodo de varias semanas para hacerlo. A partir de los tres meses de edad (más o menos) todo va a cambiar y las cosas serán muy distintas. El cachorrito se convertirá en temeroso y desconfiado de las nuevas situaciones.
UNA BUENA IDEA, ELABORAR UN PROGRAMA
¿Cómo sociabilizamos correctamente a un cachorro? Pues es realmente sencillo, y lo voy a explicar tal y como yo lo hago con mis perros. Comienzo por decidir qué cosas son las que quiero que el cachorro haga y a las que quiero que esté bien acostumbrado cuando sea mayor y, en base a ello, elaboro un programa de las actividades que voy a realizar con él este primer tramo de su educación. Por ejemplo, si deseo que sea un perro muy manejable y que se deje manipular con facilidad, todos los días dedico unos minutos a subirle a una mesa y le manipulo, le miro dentro de los oídos, los ojos, le abro y miro la boca, le toqueteo las patas y le cepillo varias veces. De mayor estará perfectamente acostumbrado a todo tipo de manipulaciones y será mucho más fácil realizarle una cura o llevarle al veterinario.
Esto es un simple ejemplo, pero hay cosas que realmente son importantes hacer en la fase de sociabilización. Por ejemplo, acostumbrarle a otros perros. Un cachorrito debe convivir con otros cachorros, con los que pasará largo tiempo jugando y estableciendo relaciones sociales importantes para el futuro. Pero también debe relacionarse con perros adultos que le enseñen jerarquía y disciplina, algo imprescindible en cualquier perro. Esto le sirve para saber convivir en grupo, es decir, a saber pertenecer a una manada y evitar que sean los molestos perros que siempre se están peleando con otros ejemplares.
LA RELACIÓN CON LOS HUMANOS
También deben aprender a convivir con las personas. Para ello deben estar con los humanos, cuanto más tiempo mejor. Esto no supone ningún problema con los perros que se crían en una vivienda, pero hay que prestar mucha atención en perros que se crían en una perrera. También es importante que se sociabilicen con los niños.
Para un perro, un niño no es una persona pequeña, es otra cosa. Los niños se mueven diferente, son más bruscos en el trato con los animales y huelen de forma peculiar. Desde el punto de vista de un perro, es una especie diferente. Por ello es muy importante que a esta edad convivan con niños para evitar que sean agresivos con ellos cuando el perro sea adulto.
Hay cosas cotidianas que también es un buen momento para enseñarles, por ejemplo, a montar en el coche o caminar de la correa. Personalmente lo suelo hacer a la vez. Que se acostumbren al coche es realmente sencillo. Les subo en el coche para llevarlos al campo o al parque a dar un buen paseo. Inmediatamente asocian el coche con algo que les gusta mucho: pasear con su dueño.
Precisamente, durante estos paseos, y especialmente a la vuelta, cuando el cachorrito ya va cansado y junto a mí, aprovecho para atarle durante unos minutos y que camine de la correa. No se suelen resistir al principio, pero en muy pocas sesiones aprenden a caminar junto a mí, en el lado izquierdo, sin dar un solo tirón, como debe hacer un perro de caza bien educado.
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