“Forge” es el nombre de la gama de óptica más moderna y de más alta gama de Bushnell. No solo se utiliza en telescopios, sino también en binoculares y en visores, cuyas características y precios pueden consultar en la página web del distribuidor: www.borchers.es.
“Terrain” se refiere a la terminación o color del cuerpo del producto, que es de color marrón o bronce combinado con zonas de color negro que le proporcionan al telescopio un aspecto diferente. Muy original, y a mis ojos, también atractivo y adecuado para realizar observaciones en todo tipo de escenarios.
“ED” son las iniciales de “Dispersión Extrabaja” y hace referencia de forma parcial a su alta calidad óptica, pues indica que su sistema óptico, que se caracteriza por su alta transmisión de la luz, se ha fabricado con vidrio “ED Prime”, que es el de mayor calidad que utiliza Bushnell porque, según la prestigiosa empresa especializada en óptica, “ofrece un color, resolución y contraste sorprendentes, incluso en condiciones de poca luz”.
Digo de forma parcial, porque además el telescopio utiliza prismas Bak-4 de alta calidad optimizadas para mejorar la resolución y el contraste, así como lentes multitratadas protegidas por un recubrimiento denominado Exo Barrier que casi se diría que “solo le falta hablar”, como decimos en mi tierra –Almería– cuando nos quedamos impresionados ante algo.
Y no es para menos; juzguen ustedes mismos: la protección Exo Barrier se adhiere molecularmente al vidrio y repele el agua, la grasa, el polvo y otros residuos y, además, protege las superficies de los arañazos.
Realmente, es increíble lo que ha mejorado en pocos años la óptica aplicada a la fabricación no solo de telescopios, sino de binoculares y visores en los que Bushnell también utiliza esta tecnología.
El telescopio Forge también es resistente al agua –sumergible hasta tres pies, que equivalen a 91,44 centímetros, y por supuesto no se empaña.
Mandos y diseño.
El cuerpo del visor que hemos probado tiene ocular recto pero también se ofrece en versión con ocular acodado a 45 grados, que tiene el mismo precio (1.408,95 euros).
En ambos casos, la concha del ocular es giratoria y se puede situar en cuatro alturas o posiciones diferentes para satisfacer las necesidades de cualquier usuario, utilice o no gafas.
Por supuesto, la concha del ocular, así como el selector de los aumentos, está estriado para evitar que resbalen los dedos al girarlos.
Más adelante encontramos la perilla de enfoque que en realidad son dos: una principal, situada más atrás, sirve para realizar un enfoque rápido y la delantera para un enfoque de precisión si lo consideramos necesario porque si giramos despacio la perilla principal casi siempre obtenemos un enfoque correcto.
Ambas están estriadas para poder usarlas cómodamente, incluso con guantes. En la parte izquierda del cuerpo, debajo de la zona donde se ubica el sistema de enfoque, posee una zapata de enganche a trípode que permite rotar el cuerpo del telescopio al apretar o aflojar un mando –girándolo– que lleva en el costado izquierdo.
Y más adelante tenemos el generoso objetivo de 80 mm que tiene incorporado un parasol que se coloca en posición desplazando la parte delantera del objetivo hacia delante.
Si se fijan en las fotos, las tapas del ocular no se pueden perder porque quedan enganchadas de un cordón, aunque en todo momento las podemos retirar fácilmente del cuerpo del telescopio actuando sobre dos clip –uno por tapa– que los fijan.
Es un detalle práctico y de buen gusto, aunque no es el único porque este modelo se ofrece en un estupendo estuche acolchado que contiene, además del telescopio, una funda de transporte cubre telescopio y un paño limpia lentes.
Pruebas.
Siempre he utilizado telescopios pero, a diferencia de la mayoría de los usuarios de este tipo de instrumentos ópticos, prácticamente solo los he usado en el campo de tiro para ver los impactos en los blancos y es lo primero que pensé hacer, para probarlo, cuando recibí el Forge Terrain ED.
Sin embargo, luego descarté esta idea porque en una cancha de tiro no habría podido evaluarlo al anochecer, ya que “mi” campo de tiro – Club Deportivo Valdemoro– cierra a las 18:00 horas.
Además, tampoco hubiera podido comprobar otra característica descollante de este modelo y que es que enfoca a 12,5 m ¡con toda la gama de aumentos!, así que decidí probarlo en otro escenario más adecuado: desde la azotea de mi edificio, desde la que se divisa un parque y parte de la sierra y de la ciudad de Madrid.
Las pruebas las realicé una tarde-noche de un día despejado de julio entre las 20:00 y poco más de las 22:00 horas.
Primero, con la ayuda de un telémetro, que tiene un error de medida de 0,5 m, me situé a unos 12,5 metros de una de las barandillas metálicas de la terraza y, comprobé efectivamente, que era capaz de enfocarla con toda la gama de aumentos incrementando de 10x en 10x desde 20x a 60x, y no solo eso sino también que la perilla de enfoque fino es extremadamente precisa, por lo que el resultado era que podía ver todas las irregularidades del metal.
Fue la primera experiencia agradable que seguro valorarán las personas que les gusta realizar macro-observaciones de cualquier tipo. Pero lo mejor es la nitidez de las imágenes que proporciona de día, al atardecer y casi de noche debido a su calidad óptica y generoso objetivo de 80 mm.
Afirma Bushnell que “su sistema óptico de alta definición (HDOS), que combina lentes de dispersión extra baja de ED Prime, prismas BaK-4 de primera calidad y lentes totalmente multicapa, ofrece una fidelidad de color impecable, imágenes ultra nítidas y una transmisión de luz óptima”. Y francamente, no creo que exagere.
Por ponerle un “medio pero”, que según se mire ni a medio llega, el Bushnell Forge 20-60×80 es un telescopio terrestre que no se puede calificar de compacto ni de ligero, pero si no necesitamos desplazarnos permanentemente es perfecto. Producto totalmente recomendable.
Juan Francisco Paris