La importancia del conejo en los ecosistemas peninsulares mediterráneos va más allá de ser el eslabón clave en la cadena trófica de muchos predadores, algunos tan emblemáticos como el lince o el águila imperial; es, además, un factor fundamental para la configuración y transformación de este entorno y su paisaje, y sin él el monte mediterráneo sería distinto.
Si hubiera que elegir una especie como representativa del campo hispano, esta tendría que ser indudablemente el conejo, y así debieron pensarlo quienes dieron nombre a la península en sus orígenes, que advirtieron ya entonces su importancia. Aún hoy, su abundancia o escasez tiene repercusiones que trascienden las cinegéticas y que son también ecológicas, económicas y sociales.
Una de esas implicaciones, ligada a sus explosiones poblacionales, es el daño que produce a los cultivos, tan debatido en los últimos tiempos, ya que mientras en muchas zonas tradicionalmente conejeras preocupa su escasez, en otras colonizadas por el lagomorfo en las últimas décadas es considerado una auténtica plaga que quita el sueño al agricultor.
Analizamos estos fenómenos en este número de enero del 2018 de Trofeo Caza y Conservación a través de dos artículos:
Si bien medidas como la mejora del hábitat, la reducción de otros factores de mortalidad como la depredación o la caza, o incluso el refuerzo poblacional mediante translocaciones o repoblaciones, ateniéndonos a las conclusiones del trabajo citado no se puede decir que sean soluciones por sí mismas para evitar los efectos de la RHD, aunque sí puedan ayudar a paliarlos, para terminar pasamos a describir la forma más adecuada para repoblar un coto con conejos, tal y como entienden los autores del artículo que hay que realizarlas para minimizar en lo posible el riesgo de fracaso.
Al cierre de esta edición de Trofeo, recibimos la triste noticia de la muerte de Paco Basarán, quien fuera presidente del Real Club de Monteros y presidente de honor del Club de Monteros de Toledo, todo un referente en la caza de nuestro tiempo y sobre todo un buen amigo.
Le echaremos de menos.
Pablo Capote