Ha habido mucha polémica en torno a la codorniz. Desde hace unos meses no se pueden soltar codornices en los campos de tiro para luego ser abatidas. Son las tradicionales tiradas de codorniz a tubo que tiene defensores y detractores. Al parecer la codorniz que se soltaba procedía de China y no es genéticamente compatible con la codorniz autóctona.
Muchos han entendido esta decisión como el primer paso para su completa prohibición y no van del todo muy desencaminados. Desde el pasado mes de junio, las tiradas que había programadas han sido suspendidas.
Las granjas cinegéticas que hasta ahora suministraban esta ave a los campos de tiro habrán tenido que sacrificar a todos estos animales. Estamos hablando de cientos de miles. Esta codorniz se cría en las granjas para luego ser vendidas a los campos de tiro o bien para jornadas de caza que sirven de entrenamientos a nuestros perros.
Se da, además, la circunstancia de que la codorniz, según algunos estudios, es una especie amenazada y cuya población ha descendido drásticamente en los últimos. Unos estudios en los que no todos están de acuerdo.
Con todas mis reservas hacia esta modalidad deportiva que respeto, pero no comparto, tanto las tiradas de codorniz a tubo, también de pichón, como las tiradas de pichón a brazo y a caja tienen los días contados.
Portugal y España eran los únicos países hasta ahora donde se podía tirar pichón a caja. Portugal acaba de prohibirlo recientemente. Hace ya muchos años que Italia, donde se encuentran las mejores escopetas del mundo decidió prohibirlo. Muchos tiradores procedentes de estos países visitan todos los años España para poder tirar al pichón a caja.
España no tardará en prohibirlo porque al final son normativas europeas que hay que cumplir y no es tanto una decisión del propio país.
Considerado como maltrato animal por muchas asociaciones ecologistas, la nueva Ley de Bienestar Animal puede ser la puntilla que ponga punto final a las tiradas de pichón y codorniz en nuestro país.
Patricio Simó