Experiencia extraordinaria cazar el White Bear en la banquisa del ártico polar. Apasionante fue el periplo de viaje para llegar a la banquisa ártica donde habitan los Nanooks.
Viajé a Canadá en avión a Iqualit (capital de Nunavut) a Igloolik, donde nos hospedamos y, al día siguiente, salida con tiro de moto nieve y sobre esquíes.
Dos horas y media de traqueteo por los baches de la nieve de banquisa, llegamos al campamento un lugar habitado por tres inuits en un chozo de pocos metros.
Tras dos días de obligación de caza montados sobre trineo tirados por 12 perros, cazador e inuit siguiendo la observación los puntos amarillentos de los osos.
La temperatura en banquisa era de -44ºC, el equipaje personal y requerido era de tres capas desde los pies hasta el cuello, siendo la primera de seda, polar y corta vientos. Yo llevaba mono de plumas de condición sobre frío cero absoluto.
El tercer día, se divisan huellas de oso y seguimos hasta alcanzarle. A 80 metros el inuit suelta una tira de perros del trineo y estos le paran y es cuando el cazador abate el animal.
Cacería extrema que sabe a gloria, por la visión absoluta del paisaje nulo de vegetación, toda la visión blanca, y un frio que atemorizaba hasta a los nativos.
El Rull de Jávea.