El Gobierno de la Comunidad de Madrid quiere reducir a la mitad la población de cabras montesas del Parque Nacional de Guadarrama. Desde la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Agricultura explican que pretenden hacer esta reducción de la población existente, estimada en más de 6.000 ejemplares, en un periodo de cinco años. Además, dado que el plan de 2016 para controlar la sobrepoblación mediante la caza fue denunciado por el Partido Animalista Contra el Maltrato Animal (Pacma), el procedimiento ahora será «la extracción en vivo de ejemplares para repoblaciones», ha desvelado la consejera Paloma Martín.
La sobrepoblación de cabras montesas origina una degradación de la flora y del suelo, con una pérdida de anual de 4.000 metros cúbicos, y el desplazamiento de especies como la mariposa Apolo, cuya fuente de alimentación está siendo reducida por la población de rumiantes salvajes. El nuevo plan de gestión que quiere poner en marcha la Comunidad madrileña tiene por objeto «paliar los daños a la biodiversidad que origina la superpoblación de cabra montés». La población actual sobrepasa los 6.000 ejemplares, cuando lo idóneo sería que no llegase a los 2.000 ejemplares.
La reducción de población se realizarán mediante la extracción en vivo para repoblar otros espacios naturales, como Pirineos, aunque también se contempla la caza, pero con las restricciones que tiene en espacios protegidos. Cuando las cabras se introdujeron en Madrid hacia 1990, con ejemplares procedentes de Gredos y Las Batuecas, el número se disparó en pocos años creando una exceso poblacional que quiso controlarse en 2016 mediante la caza. Aquel plan de gestión se detuvo por una denuncia presentada por Pacma, «poniendo en peligro a otras especies animales, al ser humano y al propio futuro del Parque Nacional», como denunciaba entonces la Oficina Nacional de la Caza (ONC).
El modelo de «extracción mixta», según adelantan desde la Consejería, «contará con el apoyo o colaboración de sociedades locales, debido al gran conocimiento que tienen del territorio, y de asociaciones expertas en caza para que, bajo la dirección del equipo técnico del Plan Nacional de la sierra de Guadarrama, formen parte del control de la especie». Las capturas en vivo para repoblar se vienen haciendo desde 2010 con un total de 600 cabras extraídas del entorno protegido.
La sobrepoblación está causando efectos negativos como un «decaimiento en el bienestar» de los ejemplares, que ha sido detectado por indicadores biométricos y de estructura que muestran «cambios en los rasgos taxonómicos respecto al patrón propio de la especie, en hechura y tamaño de las extremidades».
El Gobierno autonómico pretende con este nuevo plan de gestión «ir mitigando los daños y lograr en la etapa final una pirámide poblacional más racional», tal como establece el documento en el que ha participado el Centro de Investigación, Seguimiento y Evaluación de Guadarrama y en el que se recoge la intención de repoblar zonas como la Reserva Nacional de Caza de Sonsaz. Si se llega a reducir la población de cabras a la cantidad buscada, inferior a 2.000 ejemplares, se trabajará en nuevas fases para mantener la densidad óptima.