El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) tiene previsto desarrollar una estrategia para «gestionar» el lobo de manera que «conviva» con las actividades del medio rural. Partiendo de su área de distribución y considerando nuevas zonas de expansión, el Miteco se ha marcado cuatro objetivos: asegurar la conservación favorable a largo plazo y favorecer su recuperación natural; potenciar la coexistencia de las explotaciones ganaderas con el lobo; aumentar el conocimiento sobre la especie y promover actuaciones que mejoren su imagen social.
La Estrategia para la Conservación y Gestión del Lobo (Canis lupus) y su Convivencia con las Actividades del Medio Rural es la hoja de ruta que define estos propósitos que se establecen desde el ministerio que encabeza Teresa Ribera, pero que no son de obligado cumplimiento para las comunidades autónomas. Uno de los propósitos es «favorecer la expansión del lobo en aquellas zonas con mayor presencia de ungulados silvestres y donde las prácticas ganaderas en extensivo se han reducido o desaparecido, reduciendo así los conflictos con ésta». El Miteco deduce el aumento de ungulados silvestres de los datos de caza de las últimas temporadas, en las que se ha experimentado un incremento en capturas de jabalí, ciervo, corzo y otras especies, como se recoge en la Estrategia.
Uno de los principales objetivos de la Estrategia es el de aumentar tanto el área de distribución actual como la población en el año 2030 «para que la especie mantenga o alcance un estado de conservación». El Miteco quiere «favorecer» que se establezcan manadas en las áreas de expansión, fomentando para ello su distribución «hacia el este y sur peninsular, en territorios donde exista hábitat suficiente y adecuado, fomentando y promoviendo las medidas oportunas para ello».
Otro de los objetivos marcados es el de reducir «significativamente» los daños al ganado. Para ello, se promoverá la implantación de «sistemas de protección de ganado eficaces de manera generalizada en las zonas de mayor conflictividad», facilitando a los ganaderos ayudas públicas para que apliquen en sus explotaciones sistemas de protección eficaces y de «viabilidad demostradas». Con la finalidad de que el lobo cause los menores daños posibles en las explotaciones ganaderas, la Estrategia del Miteco propone que se aumente la disponibilidad de alimento en el campo mediante el abandono de cadáveres de ganado en extensivo. Además, se darán subvenciones para la cría de mastines y otros perros guardianes.
Con el fin de proteger a vacas, ovejas y demás animales, también se fomentará la contratación de pastores profesionales que permanezcan con el ganado en aquellas zonas o épocas del año en las que podrían aumentar los daños, lo que resulta «prácticamente inviable» para Unión de Uniones «debido a la mínima rentabilidad con la que cuentan los ganaderos de ovino y caprino en extensivo».
Otro de los objetivos de la Estrategia del Gobierno es el de «promover actuaciones para la mejora de la percepción social y difusión de los valores ecológicos de aquellos espacios en los que conviven el lobo y la ganadería extensiva». Se quiere «sensibilizar a la población urbana» para que conozcan las dificultades diarias de los ganaderos que tienen sus explotaciones en territorios loberos, y también se quiere «mejorar la formación respecto de la especie para los periodistas especializados en difusión de temas ambientales».
Por último, la Estrategia dedica un apartado a las «extracciones de ejemplares», haciendo referencia a que la Directiva 92/43/CE, relativa a la conservación de los hábitats naturales y de la fauna y flora silvestres, «contempla la posibilidad de exceptuar el régimen de protección, ya sea general o especial, a las especies animales en el caso de que se evidencien y cumplan una serie de circunstancias y requisitos técnicos y administrativos». Estas circunstancias están relacionadas con la generación de «daños graves al ganado y la inexistencia demostrada de soluciones satisfactorias».