Sin duda, este cordobés es uno de los grandes fotógrafos de nuestro país. Tras descubrir el campo y la naturaleza de la mano de sus padres, lo tuvo muy claro: quería ser “como Félix Rodríguez de la Fuente”. Y en cuanto pudo, con apenas 15 años, comenzó a perseguir a animales para inmortalizarlos con su cámara fotográfica.
Posteriormente, estudiaría Magisterio, aunque en ningún momento dejó de lado la fotografía. Su pasión por la naturaleza y el medio ambiente le llevaría a decantarse por la Biología, más concretamente por la rama de la Zoología, que cursaría en la Universidad de Córdoba. Tras terminar sus estudios, comenzó a ejercer como maestro… ¡y también como biólogo!
Así, actualmente se dedica a impartir clases en la Universidad y en el Centro de Magisterio Sagrado Corazón, en donde prepara a futuros profesores de Ciencias Naturales. Fue en su Córdoba natal donde empezó a disfrutar de la fotografía captando instantáneas de diferentes especies de nuestra fauna. Y unos años después, su buen amigo Rafael Ruiz, un apasionado cazador, le pidió que le ayudase con un nuevo proyecto que acababa de poner en marcha: la revista Cazadores. Desde entonces no ha parado de colaborar con las más importantes publicaciones del sector de nuestro país, entre las que se encuentra la revista TROFEO.
Una carrera repleta de reconocimientos
Alfonso Roldán ha publicado, y aún sigue haciéndolo, sus fotografías en las más prestigiosas revistas de naturaleza y caza, entre las que se encuentra TROFEO, además de en otros medios, como libros, enciclopedias, carteles…
Y ello le ha llevado a ganar numerosos premios de los más importantes concursos fotográficos: Concurso Nacional de Fotografía y Medio Ambiente, INTERCAZA, Concurso de la Cátedra de Recursos Cinegéticos y Piscícolas, FICAP, FERCAR-IREC, los de Montphoto y Transfoto, el de la RFEC, la Feria de Turismo y Caza…
Y también ha expuesto su trabajo en diferentes exposiciones, tanto individuales como colectivas, en toda España, aunque la mayoría de sus muestras se han expuesto en Córdoba, su tierra natal. Allí fue el fundador de la asociación de Fotógrafos de Naturaleza de Córdoba (FONACOR), que anualmente organiza una exposición colectiva que recorre diputaciones, ayuntamientos y universidades, en la que participan todos los socios.
La importancia de un buen equipo
La especialidad fotográfica de Alfonso Roldán es la fauna, fundamentalmente aves y mamíferos. Y para este tipo de fotografías se requieren teleobjetivos grandes, ya que las especies de nuestra Península son muy huidizas y el acercamiento a ellas no es sencillo.
Actualmente, dispone de dos cuerpos de cámara Canon (1D Mark IV y 7D) y de tres teleobjetivos (uno de 500 mm, otro de 120-300 mm y también un 70-200 mm). Y también utiliza dos convertidores (X2 y X1,4). A ello hay que sumarle flashes, filtros, disparadores, barreras de infrarrojos, un buen trípode (resistente, equilibrado y no muy pesado) con una excelente rótula, un hide, una silla cómoda para esperar sentado…
Alfonso reconoce que el cambio de analógico a digital ha sido trascendental en la fotografia: “Antes, a la hora de capturar el momento preciso, influía mucho la suerte. Aunque tengo buenas fotos de escenas tomadas con película, ahora disparas una ráfaga y seguro que pillas el momento justo”.
También destaca el gran avance que ha supuesto la posibilidad de retocar las fotos: “Se pueden hacer barbaridades. Por ejemplo, a un venado le podemos poner los cuernos que quieras… Eso sí, yo soy contrario de ello, pues mi única intención es plasmar la realidad, y solamente hago pequeños retoques para corregir detalles menores…”.
Asimismo, Alfonso utiliza la más alta tecnología aplicada a la fotografía para obtener resultados impresionantes: “Para instantáneas muy complicadas, como por ejemplo murciélagos de noche, uso barreras de infrarrojos, que situamos a la entrada de su cueva. Así, cuando el animales las rompe, activa una serie de flashes que lo iluminan y la cámara se dispara”.