La tracción total da mucha más seguridad y agarre en firmes donde se reduce la adherencia, como cuando llueve, y para el uso de remolques, pues se le exige al neumático menor capacidad de tracción ya que la fuerza del motor se reparte entre cuatro neumáticos y no solo entre dos.
De ahí que siempre se haya dicho que este tipo de tracciones son las ideales para cuando las carreteras están en muy mal estado, mucha lluvia (o los primeros momentos de agua que son los más complicados), nieve o pendientes muy pronunciadas ya que el reparto de potencia se hace entre cuatro ruedas. Cuando son cuatro ruedas las encargadas de mover el vehículo es muy posible que al menos una de ellas tenga motricidad.
La motricidad de un neumático depende de la potencia que le llegue y de su capacidad de agarre con la superficie con la que esté en contacto. Si le llega mucha potencia no es capaz de convertirla en movimiento ‘controlado’, de igual modo que si la superficie de contacto es muy resbaladiza.
Cuando hay hielo, por ejemplo, el neumático tiene la misma motricidad en un tracción delantera que en un total, pero no es lo mismo que cada rueda reciba 50 caballos que 100, si tomamos como ejemplo un coche de 200 caballos. En cada rueda hay diferente coeficiente de fricción, cuanto mayor sea la potencia que le llega más posibilidades hay de que sea incapaz de transmitirla para generar movimiento del vehículo.
En situaciones de emergencia, como dicta la lógica, es mejor tener cuatro puntos de apoyo que no solo dos; el coche se muestra más estable y seguro pues tiene más puntos de agarre con el asfalto.
La tracción total permite una aceleración más rápida al aumentarse la capacidad de motricidad, pudiendo alcanzarse menores tiempos en unas aceleraciones puras y duras donde lo que hace falta es capacidad de adherencia para transmitir en movimiento toda la potencia que es capaz de desarrollar el motor.
Un vehículo con tracción a las cuatro ruedas tiene muchas ventajas sobre uno de tracción solo a un eje, independientemente si es delantera o posterior. Pero esas diferencias se acortan cuando el asfalto está en perfecto estado o la carretera es muy plana (terreno llano).
Las ventajas que puede tener un vehículo de tracción a las cuatro ruedas a la salida de las curvas se compensan con la mayor capacidad de aceleración a igualdad de potencia puesto que los que disponen de tracción integral pesan más.
Pero el umbral entre el control y la pérdida de control es mucho más fino (depende del reparto), añaden peso, gasta más y reduce el espacio del maletero, o el depósito de combustible, o la habitabilidad interior. Eso a modo de resumen.
LIGEROS INCONVENIENTES
Siempre hay peros. Y es que no todo son ventajas. La primera desventaja está en el precio. Los vehículos de tracción integral son más caros. La diferencia de precio depende de los modelos pero es lo suficientemente abultada como para que no siempre compense la inversión extra.
Además, los coches aumentan su complejidad mecánica, son más puntos a controlar y verificar, pueden aparecer ruidos y vibraciones; y, por tanto, el mantenimiento de un tracción total es más caro que el de uno con tracción a un solo eje.
La tracción total hace que el peso del coche sea mayor, entre 60 y 100 kilogramos más. Es como ir siempre con alguien en el coche, lo que se transforma en mayores inercias a la hora de abordar curvas y mayor peso que arrastrar a la hora de acelerar. El mayor peso tiene también su repercusión en el consumo, este aumenta más o menos medio litro a los 100 km aproximadamente.
FALSEDADES DE LA TRACCIÓN INTEGRAL
No hacen falta cadenas. Falso. En un coche con tracción integral también hacen falta cadenas, que pueden sustituirse por neumáticos M+S, pero siempre uno de los dos es necesario. Una cosa es que la tracción integral dé mayor facilidad porque cada rueda tiene que transmitir menos potencia al suelo, y otra que no hagan falta cadenas.
El paso por curva es más rápido. Falso. Es más, su paso por curva es más lento pues pesa más y tiene más inercias. Tiene ventajas a la hora de la salida pues la tracción total permite acelerar antes al tener más puntos sobre los que repartir la potencia y de agarre al asfalto.
El desgaste de neumáticos es igual. Falso a medias. Los de tracción delantera desgastan mucho más los neumáticos delanteros que los traseros pero los de tracción a las cuatro ruedas también. Cuando o donde más se desgastan los neumáticos es en las maniobras de aparcamiento; los neumáticos delanteros tienen el motor encima y su peso hace que cada movimiento a la hora de estacionar friccione el neumático contra el asfalto como si fuese lija. En los de tracción total el desgaste es más igual pero superior en el delantero.