A quien le pueda parecer que entrar a estas alturas de la partida en el segmento SUV es cuando menos tardío, hay que decirle que el Renault Kadjar entra con las cartas marcadas, pues es un Nissan Qasqai disfrazado. Ser igual que el modelo más vendido del mercado es como sentarse al tapete con un as en la manga.
No es la primera vez que Renault hace una incursión en el segmento de moda desde hace unos años, el de los recreacionales o todo camino. La primera intentona le salió fallida, el éxito del Koleos fue nulo, no entró siquiera por los ojos de los compradores que tampoco se acercaron a describir las virtudes de este vehículo, quizá porque el gusto predomina siempre ante la decisión de compra.
El Koleos era algo más que un Nissan Qashqai pero menos que un X-Trail, más campero que el primero y más asfáltico que el segundo. No olvidemos que Renault, que es propietaria de la reputada casa japonesa en todo terrenos, quiere ganar mercado pero no afectar a productos de la marca hermana.
En esta ocasión, la fórmula empleada ha querido apostar por el éxito desde el primer momento. La fórmula era fácil, tómese un Qashqai y adáptese lo suficiente como para que sea un Renault. Y así es. Comparten más del 60 por ciento de sus órganos mecánicos lo que a priori hace que ambos sean iguales.
Pero donde Renault no escatima es en equipamiento y pone al Kadjar en solfa con un argumento todopoderoso: el precio. El acceso al Kadjar es de los mejores de su categoría y si alguien pretende darle batalla responde con un equipamiento más que completo, lo que hace que ante una compra racional la balanza tienda a inclinarse en favor suyo.
Hay modelos 4×4 más potentes, pero están peor equipados, y los que apuestan por una calidad mayor o un equipo más completo se escapan de precio. Vamos que el Kadjar ha estudiado muy bien a sus rivales a la hora de sentarse a la mesa y jugar sus cartas.
MOTOR 1.600 DE 130 CABALLOS
El motor que anima al Renault Kadjar es el mismo que conocemos del Nissan Qashqai, bueno y de otros muchos modelos de Renault, es un motor omnipresente en muchas gamas y en todas con excelentes resultados por rendimiento y consumos.
No es menos en el Kadjar, este 1.6 dCi de 130 caballos esta aderezado con un modo ECO, desconectable, que nos permite aquilatar algo más los consumos y situarlos en torno a los 5 litros a los 100 km en carretera (en ciudad el consumo se ha disparado poco, no llegando a los 6.5 l/100 km.). Y eso que hemos probado la versión 4×4 que teóricamente es más “tragona2 que la 4×2 de tracción delantera.
Los 65 litros de su depósito, cifra poco usual para su tamaño, le permiten tener una autonomía de unos 1.200 kilómetros, suficientes para casi cruzarse la península, o al menos para que se nos olvide donde se encuentra la boca del depósito de combustible. Por otro lado, llenarlo ahora sale algo más barato dado el precio del barril de petróleo.
Uno de los secretos de este Kadjar para ser tan frugal en consumos es su bajo peso, sus poco más de 1.500 kilos le ponen en posición de referencia frente a otros rivales, como Ford Kuga o Volkswagen Tiguan, en los que el peso les pasa factura, sobre todo en consumo aunque no en prestaciones, un apartado donde le Kadjar no sobresale pero mantiene el tipo. Este motor dCi en la puesta a punto para Kadjar demuestra tener un efecto turbo mayor que en otros modelos, algo que en los primeros momentos a sus mandos nos sorprende.
NOTA ALTA EN CONFORT
Para esos viajes tan largos el Kadjar pone al servicio de sus ocupantes un confort que merece nota alta. Los asientos son cómodos, las plazas amplias, y la conectividad a bordo una preocupación de la marca que está solventando con un sobresaliente. El R-Link de segunda generación está muy bien presentado y su funcionamiento es intuitivo, algo que se agradece a la hora de enfrentarse a la nueva tecnología.
El Kadjar es un coche amplio, más largo que un Qashqai, por lo que la amplitud de su habitáculo es buena como decimos, y pensada para la comodidad de sus ocupantes. Por ejemplo, no existe un túnel de transmisión muy prominente, lo que agradecen los pasajeros traseros (especialmente el del centro), y techo no cae en la parte posterior, lo que hace que la altura para las cabezas no se vea comprometida.
Lo único que he echado en falta es una banqueta trasera con regulación en longitud, algo que sí ofrecen algunos rivales, y aunque no es determinante en la decisión de compra sí ayuda en muchos momentos.
Sin esta banqueta, que nos permitiría jugar con la capacidad de maletero, tenemos una capacidad de carga de 475 litros, no es brillante pero si buena. Este volumen se completa con soluciones interesantes, como el doble piso mediante dos tapas, sistema Easy Break para reclinar fácilmente los respaldos traseros mediante tiradores accionables desde el maletero o la posibilidad de llevar hasta la horizontal el respaldo del acompañante para poder cargar objetos muy largos, soluciones que en conjunto dotan al Kadjar de una elevada versatilidad.
De nuevo aquí obtiene una posición ventajosa frente a otros rivales.
PROVISTO DEL SISTEMA AL MODE 4X4i
A pesar del considerable inferior peso del Renault Kadjar puestos al volante no tenemos la sensación de estar conduciendo un coche poco pesado. No destaca, por tanto, en agilidad, evidentemente no es torpe simplemente no saca partido a ese inferior peso en cuestiones de comportamiento.
La sensación de aplomo en vías rápidas, como autopista o autovía, es destacable, igual que su capacidad de filtrado de baches no dejando que las irregularidades se traduzcan en vibraciones en el interior; así pues, el muy cómodo y confortable para los viajes. Los balanceos de carrocería son algo más acusados especialmente en los primeros momentos a su volante, pero luego descubrimos que es muy preciso en la trayectoria y no se le atragantan en absoluto las curvas.
Para fuera del asfalto o en incursiones campestres, el Kadjar ofrece un altura de 16 centímetros respecto al suelo que le valen para salvar algunos obstáculos, o mejor dicho, para no dejarse los bajos ante la primera piedra.
Cumple, como otros muchos, con los mínimos exigibles para su eventual uso en campo, gracias al sistema All Mode 4x4i, que aunque dispone de varios modos de tracción, 2WD, Auto 4×4 y 4×4 Lock (sólo hasta 40 km/h por lo que solo es aconsejable para salvar un obstáculo algo más difícil de la cuenta), parte de su éxito en el campo depende del neumático elegido y de la habilidad del conductor.