Los vehículos destinados al trabajo no tienen por qué ser espartanos, así lo demuestra Mitsubishi con su L200, un modelo de diseño atractivo, confortable para el uso diario, potente y con un equipamiento de primera línea. Vamos, de esos que hacen el trabajo más llevadero.
El segmento de los vehículos pick-up tuvo en España mucha fuerza hace unos años, incluso se llegaron a poner muy de moda, pero la carga de impuestos a la que se los sometió, entre otras muchas razones, les hizo perder fuelle en ventas y quedar, de nuevo, relegados a vehículos destinados al trabajo. Todavía sigue habiendo un cierto interés por ellos, un interés que se centra en ser una forma algo más económica de hacerse con un buen todoterreno sin tener que pagar sumas desorbitadas.
A pesar de la pérdida de interés comercial que han padecido los pick-ups en España la L200 supone para Mitsubishi casi el 25 por ciento de sus ventas, siendo, por tanto, un modelo muy importante. Por ello, recientemente ha recibido pequeñas actualizaciones que le hacen permanecer en la brecha.
La L200 ya no es un vehículo destinado al trabajo exclusivamente, se ha dulcificado en todos los aspectos con el único interés de ser más útil; pretende ser un coche para todos los días, aunque para ello haya que vencer ciertos hándicaps, como pueden ser unas dimensiones extraordinarias para las que cuesta encontrar aparcamiento. Este puede ser su mayor inconveniente, pero porque una vez dentro hay que mirar a la caja trasera para convencerse de que estamos dentro de un pick-up.
Su línea fluida y moderna nos anuncia que no estamos ante algo rudo; todo lo contrario, se trata de un coche cuidado con todo detalle, los espejos cromados, las llantas de aleación, los pasos de rueda, los paragolpes, el peldaño de acceso a la caja trasera nos indican que es un coche que se puede vivir a diario, aunque nos cueste convivir con esos 5,2 metros de longitud que a la hora de aparcar llenan la plaza o que hacen que ‘medio coche’ sobresalga si aparcamos en batería.
El interior está cuidado como el de un turismo, cómodo, amplio y de diseño funcional, aspectos que en la versión Kaiteki se completan con la tapicería de cuero, la regulación eléctrica del asiento del conductor, faros de xenón, luces día led, arranque sin llave y cámara trasera para aparcamiento, entre otros detalles. Es cierto que son elementos prescindibles en un coche de trabajo, pero tenerlos hace la vida más cómoda y el trabajo más llevadero.