El interés por conocer más sobre la biología de la becada, calcular el estado de sus poblaciones y el número de capturas ha impulsado un nuevo avance tecnológico en forma de aplicación para móviles. Ahora, los cazadores podrán comunicar al instante dónde vieron o cazaron un ejemplar de la cada vez más esquiva becada.
Cuando Miguel Minondo era un chaval que tenía como escenario el Pirineo navarro, la becada era una pieza de caza casi desconocida. Su padre era uno de los pocos cazadores que iba tras ella en esa zona y él le acompañaba de morralero, reconociendo que fue entonces cuando se sintió atrapado por esta especie.
Unos treinta años después, Minondo es el presidente del Club de Cazadores de Becada (CCB) y el tesorero de la Federación de Asociaciones Nacionales de Cazadores de Becada del Paleártico Occidental (FANBPO).
«La caza de migratorias siempre me ha atraído de una manera especial, diría que adictiva. El misterio de sus viajes, la capacidad de encontrar temporada tras temporada los mismos pasos y lugares de parada es algo casi mágico», y añade que lo mejor de cazar becadas es poder disfrutar de los perros de muestra «a su mayor nivel».
En el CCB trabajan de manera vocacional en el seguimiento de becadas por satélite, haciendo censos en contrapasa, proyectos de anillamiento científico y en la caracterización de las becadas nidificantes en España, además de celebrar los concursos de perro de muestra o Máster CCB entre otras labores.
Minondo destaca el Proyecto Becada, que va por su vigesimosexta edición y realiza el seguimiento de las cacerías españolas de becada (16.000 horas de muestreo desde 1999) mediante los datos de horas cazadas, becadas vistas y cobradas, etc. Con esta información se obtienen unos índices de abundancia y su evolución anual.
No obstante, exceptuando estos estudios y los realizados en Asturias por el equipo de Pablo González-Quirós y en Guipúzcoa, mediante el obligatorio carné de capturas, por la Diputación Foral con la colaboración de la Federación Guipuzcoana de Caza, Minondo reconoce que en España
«no hay datos suficientes y contrastados sobre la realidad de capturas de la especie».
Esta es una de las razones por las que se ha creado una herramienta que sirva de muestreo para todo el país y que solucione «el problema que existe en la actualidad», señala el presidente del CCB.