Tras varias décadas de cría en cautividad de las especies cinegéticas, son muchas las conclusiones que hoy se pueden sacar, entre ellas la importancia de no contaminar el campo con ejemplares genéticamente impuros.
El doctor Jesús Nadal aporta su punto de vista sobre la correcta gestión de las poblaciones de perdiz y de cómo minimizar el pernicioso impacto de la cría artificial sobre las poblaciones silvestres.
ENTREVISTA A JESÚS NADAL “LA PERDIZ ROJA Y LOS EFECTOS DE LA INTERVENCIÓN HUMANA”
Jesús Nadal García.
Doctor en Biología Animal
Catedrático de Escuela Universitaria
Pregunta. Díganos una frase que resumiera lo que está pasando con la perdiz.
Respuesta. Defaunación ocasionada por la actividad humana.
P. Todos los entendidos dicen que las perdices han descendido en todos los ecosistemas. Me figuro que cada ecosistema tiene sus razones, pero en general enumere las causas de este descenso.
R.
1) La pérdida de hábitat debida al abandono rural, la contaminación –biológica, química y física (la sonora, la lumínica)–, la intoxicación –biológica y química–, la transformación de los paisajes y los sistemas naturales y seminaturales (agrosistemas) en sistemas xenobióticos*, por el uso que hacemos del agua y la tierra, que no considera la existencia de la naturaleza.
2) El impacto de la maquinaria, los vehículos y las infraestructuras, debido a las colisiones, atropellos, aplastamientos y ahogamientos mediante coches, camiones, vehículos agrícolas, autopistas, AVE, canales, vallados, edificios, invernaderos, telas agrícolas, desagües, balsas de purín, basureros, escombreras, etc.
3) Impacto de la predación y sobreexplotación cinegética.
* Xenobiótico. Del griego xeno (‘extraño’) y bio (‘vida’). Son compuestos químicos presentes en el medio ambiente cuya estructura química es poco frecuente o inexistente de forma natural, y extraños al metabolismo natural de los seres vivos, por ser sintetizados artificialmente. La mayoría han aparecido en el medio ambiente durante los últimos 200 años.
P. También es cierto que antaño muchas poblaciones eran en cierto modo artificiales pues se conseguían, aparte de aplicar una agricultura tradicional, eliminando, con el beneplácito de la propia Administración, todos los predadores, ¿no?
R. La historia de nuestra especie, de la humanidad, es el resultado del triunfo en el control de los predadores. Sí es cierto que con la revolución industrial y el desarrollo de la industria química fue posible el envenenamiento masivo y la extinción de los predadores.
Esto se utilizó sin la inteligencia que debe caracterizar las actuaciones del hombre, porque solo se pensó en que el impacto de los predadores era directamente proporcional a las pérdidas económicas, y sin conocer qué iba a pasar cuando se introducían venenos potentes y duraderos de forma intensiva en la naturaleza. Este mismo problema existe actualmente con la producción ganadera y agrícola.
P. La ausencia de conejos también es muy importante, en tanto en cuanto todos los predadores acuden a la perdiz, ¿no? Le puedo asegurar que todos los cotos que conozco que tienen mucha perdiz también tienen conejos.
R. El conejo es la pieza clave que permite a los ecosistemas hispanos producir mucha biodiversidad, disponer de abundancia y diversidad de especies predadoras y protegidas en muchos ambientes naturales. También es clave en nuestra historia cinegética, gastronomía y economía rural (el cazador resulta imprescindible para el control del conejo).
Actualmente las cuadrillas oficiales de control dejan los conejos muertos en el campo, lo que incrementa las poblaciones de predadores. Hay lugares sin conejos donde las perdices, si están cuidadas, son abundantes.
P. ¿Cómo está afectando la suelta de perdices de granja?
R. Depende de qué perdiz de granja se suelte, la cantidad que se suelta, de cómo se hacen las repoblaciones y del aprovechamiento cinegético. Los cotos intensivos tienen esta herramienta para proveer oportunidades de caza a sus clientes.
Pueden diseñarse cotos intensivos que mantengan poblaciones silvestres. El problema son las sueltas masivas generalizadas –resulta muy similar al veneno masivo generalizado–, sin habernos ocupado de conocer las características de la materia activa y de sus efectos sobre la naturaleza.
P. Dicen que donde se sueltan perdices de granja termina desapareciendo la salvaje. ¿Por qué?
R. Son casos con sueltas masivas generalizadas de animales de calidad no apta para introducirlos en la naturaleza. Llegan al campo en condiciones de estrés absoluto, con su sistema inmunitario vencido, cargados de enfermedades y parásitos.
Los predadores disparan su abundancia, la sobrepresión cinegética que se ejerce en estos lugares esquilma a las poblaciones silvestres. No nos hemos ocupado de desarrollar las técnicas necesarias para que la caza artificial sea compatible con la naturaleza. Solo nos preocupa coger el dinero y salir corriendo.
Si creamos instituciones para la mejora de la gestión de la caza podemos corregir estos problemas.
P. ¿Y está demostrado que la perdiz de granja no cría en la naturaleza?
R. Las cosas en realidad son bastante más complicadas. Con una perdiz de granja que críe en el campo ya hemos refutado el sentido de la pregunta. Hay muchas perdices de granja que crían cada año en el campo. Podemos trabajar bien con las repoblaciones; el cabildo de Tenerife y las sociedades de cazadores tinerfeños son un ejemplo: ellos han reconstruido la población de perdiz moruna silvestre de la isla.
P. Hace unos años muchas fincas de caza mayor tenían bastantes perdices, pero ahora escasean, cuando a grandes rasgos el ecosistema es parecido. ¿Qué está pasando?
R. No debemos generalizar, la naturaleza es compleja y existen miles de situaciones distintas que necesitan diagnósticos concretos. Las fincas con caza mayor se gestionan de formas muy diversas, con diferentes especies, desiguales hábitats y gestores.
Fácilmente los problemas serán los contrarios en dos fincas similares y colindantes. Muchas veces los problemas que sufre la naturaleza tienen su origen en aspectos de dimensión social muy complejos. El abandono del campo, del cuidado de las dehesas, la falta de control de predadores, la excesiva forestación y carga de reses (cinegéticas y ganaderas) son problemas bastante comunes en estos lugares.
https://trofeocaza.com/caza-de-perdiz-en-cotos-de-caza-mayor/
P. Si en un coto, a medida que avanza el verano, las polladas tienen cada vez menos individuos, ¿es claramente culpa de la predación?
R. En los sistemas naturales que no están deteriorados la misión de los predadores es ejercer de policías sanitarios en el más amplio de los sentidos. Por tanto les corresponde a ellos vigilar y hacer desaparecer los problemas.
Si una perdiz de granja se ha apareado con un macho silvestre y tiene descendencia, posiblemente los pollos no tengan la vitalidad ni los apoyos que necesitan para sobrevivir. Fácilmente por ello llamen la atención de algún predador que se ocupe de consumirlos.
Cualquier elemento adverso en el hábitat (camino muy transitado, gato que hace paseos largos, trituradora de hierbas, fumigación quincenal, etc.) puede explicar la pérdida progresiva de pollos.
P. Algunos viejos guardas me cuentan que antes cada coto, de alguna forma, controlaba a sus predadores y esto hacía que muchas hectáreas tuvieran una gestión parecida, mientras que ahora existen muchas fincas ‘abandonadas’ a su suerte que se convierten en refugio de muchos predadores. ¿Comparte de algún modo esta reflexión?
R. No es una reflexión, es un hecho. Desde el Ministerio se han impulsado normas para extinguir las herramientas necesarias para el control de predadores. Las comunidades autónomas, la Federación y otras instituciones han picado de lleno en esta estrategia, por lo que han acabado dando la puntilla a la labor tradicional del guarda de caza.
Se han extinguido la función y el puesto de trabajo, sin que nadie se haya atrevido a decir nada ¿Cómo vamos a controlar a los gatos, que son la mayor amenaza para la biodiversidad del planeta.
P. Se habla también del cambio climático. ¿En qué sentido estaría afectando, o es un bulo infundado?
R. El calentamiento global afecta a todo el planeta y sus seres vivos. Como nosotros estaremos muertos cuando sus nefastas consecuencias se manifiesten plenamente, no nos preocupa. Hace 250 millones de años la erupción de un volcán en Siberia calentó de forma similar la tierra. Sus consecuencias fueron la desaparición del 90 de las especies marinas y del 66 de las terrestres.
P. En qué medida la escopeta puede afectar?
R. Depende de la inteligencia y de la formación de quien la use. Necesitamos una verdadera escuela de caza, que sea una institución libre e independiente, no sometida a los intereses de la corrupción.
P. Recuerdo que en alguna autonomía se prohibía tirar a bandos con menos de cinco individuos. ¿Es razonable esta medida?
R. El aprovechamiento racional siempre es razonable, el problema es la pasión que mueve al cazador que controla el arma. Cualquier cazador que cumpla esa norma tan sencilla puede asegurar que su actividad no afecta a la dinámica de la población de la especie.
Por tanto puede sentirse a gusto consigo mismo porque está alineado con la conservación de la naturaleza del planeta. En los cazadores sin formación solo prima el número que has matado como referencia comparativa. En la caza sostenible es lo contrario, el número de animales que queda en el campo es lo que realmente importa.
P. He oído que hay cotos en los que se sueltan pollos de granja, más o menos de su mismo tamaño, a bandos salvajes para que así la perdiz salvaje les enseñe a sobrevivir. ¿Conoce esta práctica? Y lo más importante, ¿tiene sentido? ¿Realmente esos pollos son adoptados?
R. En España, Francia, Italia, Inglaterra, Irlanda, Hungría, Rumanía, Bulgaria, Chequia, Canadá, EE. U., Nueva Zelanda, en casi todos los países del mundo se sueltan y repueblan perdices con muy distintos métodos y resultados. Si lo que se persigue es una mayor adaptación al medio esta fórmula es mejor, aunque obviamente implica unas tasas muy altas de mortalidad, con los problemas asociados.
P. ¿Conoce alguna experiencia de repoblación con perdiz salvaje? ¿Podría ser una alternativa cuando la población autóctona es ya muy baja?
R. Hicimos un proyecto en tres zonas: una de Cuenca, otra de Soria, y una más de Valencia. Con mucho esfuerzo y trabajo en las tres tuvimos éxito y reconstituimos las poblaciones silvestres. Sin embargo, en los tres cotos, los problemas de dimensión social hicieron que se dejase de aplicar la gestión necesaria para mantener a las poblaciones silvestres.
P. Los comederos y bebederos artificiales, ¿son deseables o terminan convirtiéndose en focos de contagio y predación?
R. Cualquier instalación en el campo que no es cuidada y atendida deseablemente es mejor que no esté, porque constituye un problema en lugar de una ayuda.

Las mejoras como comederos o bebederos, si no están debidamente atendidas, es preferible no realizarlas, ya que conllevan más problemas que ventajas.
P. Independientemente de cómo sea un coto y los problemas que tenga: ¿qué mejoras benefician más a la perdiz?
R. Regulación adecuada de la caza, siembras para la fauna silvestre y control de predadores.
P. ¿Qué reflexión podría hacer de cara al buen futuro de la perdiz?
R. Aprender a cuidar la naturaleza es imprescindible, pero eso no es suficiente, necesitamos aliarnos con todo el mundo para conseguir algún progreso en este sentido.
Necesitamos a los agricultores, ganaderos, silvicultores, naturalistas, ecologistas y cualquier persona, institución, organización, entidad, empresa, que tenga la menor sensibilidad hacia la naturaleza, para forjar alianzas en el cuidado y defensa de la misma.
Tío Calañas