En este artículo vamos a comentar algunas de las disciplinas de tiro deportivo más recomendables para prepararnos para el descaste y la media veda, la munición y los choques adecuados y algunos consejos para disfrutar al máximo a la vez que entrenamos.
Existen distintas modalidades de tiro deportivo con escopeta y hay algunas que se asemejan más que otras al disparo de caza. Probablemente, la más similar es la modalidad de recorrido de caza o el compak sporting, seguidas de las dos variedades de foso y, finalmente, el skeet o las hélices.
Vaya por delante que, en condiciones normales, los platos siempre siguen una misma trayectoria y una velocidad igual, por lo que, a diferencia de la caza, tras unos cuantos disparos, aprendemos a “cazar” los platos. Esto no quita para que, además de ser una actividad divertida, nos aporte mucho en cuanto a la mecánica de disparo. Centrándonos en las modalidades de recorrido de caza, ojeo y en el compak sporting, cubriremos aspectos como la munición y los chokes, la técnica y el entrenamiento para la caza.
En primer lugar, cabe destacar que estas modalidades de tiro al plato se realizan con la guardia baja, lo cual asemeja mucho al disparo de caza en el que, o bien caminamos con la escopeta o bien esperamos con la guardia baja en puesto fijo. El encare de un tirador deportivo y de un cazador es bastante distinto, ya que el primero apoya la escopeta en el hombro y después introduce la cara desde arriba hacia abajo y hacia adelante en la culata, mientras que el encare de caza es más rápido e intuitivo, lo que comúnmente se conoce como “echarse la escopeta a la cara”, permaneciendo la cara prácticamente inmóvil durante la maniobra.
Cabe destacar que las escopetas específicas de tiro tienen principalmente tres características que las diferencian de las escopetas de caza y hay que tener en cuenta.
La primera de las diferencias radica en la forma de la culata, que suele ser recta en las escopetas de tiro mientras que es algo más curvada en las escopetas de caza.
La segunda es que, junto con la forma de la culata, la posición de encare nos deja ver la banda y, por tanto, en los disparos a objetivos inmóviles veremos que nos vamos altos. Esto se debe a que, en las modalidades de foso, esto nos aporta una ventaja porque el plato mantiene una distancia ascendente y nos permite no tener que cubrir con el cañón el plato perdiéndolo de vista.
La tercera diferencia se centra en el ánima de los cañones y en los choques de la escopeta. Habitualmente las escopetas de plato tienen ánimas de 18,7 décimas de diámetro o, incluso, superior, mientras que las escopetas de caza suelen tener diámetros de 18,5, 18,3 o, a veces, inferior. A menor número, mayor presión dentro del cañón y habitualmente algo más de velocidad, pero mayor retroceso también. Finalmente, tenemos los chokes que, habitualmente, en las escopetas de trap (si son fijos) suelen ser el equivalente a 2 estrellas el primer caño y de 1 estrella en el segundo (en el caso de escopetas de dos cañones).
Hoy en día se comercializan escopetas, principalmente superpuestas, que son denominadas sporting y se trata de un híbrido entre escopeta de caza y de tiro, aumentando la versatilidad de estas.
Para practicar las modalidades recomendadas es perfectamente correcto emplear nuestras escopetas de caza, con chokes intermedios (equivalente a 3 estrellas). Si montamos chokes más abiertos, ganaremos ventaja en disparos más cercanos, pero aquellos platos más lejanos se nos escaparán con mayor facilidad. Por el contrario, si montamos chokes más cerrados, tendremos que ir más finos en los platos cercanos.
Personalmente disfruto mucho cuando hago pequeñas tiradas entre amigos y aunque es inevitable cierto pique y jugarse alguna cerveza, el elemento principal es tomarlo como un ejercicio entretenido y que el objetivo sea disfrutar. Como en toda actividad, la observación previa es muy importante y se puede subir el número de aciertos viendo la trayectoria de los platos y donde fallan los tiradores.
Una vez colocados en el puesto de tiro, empezaremos, primeramente, observando la posición de los pies en función al recorrido del plato, encarando nuestros pies y nuestra cintura a la zona de rotura del plato. Esto implica que no debemos enfocar nuestro cuerpo hacia la máquina que suelta los platos (salvo para aquellos que nos vengan de la máquina a nosotros o “huyan” de nuestra postura), ya que, al salir el plato, nos obligaría a tener que girarnos rápidamente haciendo más complejo el encare.
Pediremos el plato con la guardia baja, incluso con el seguro accionado, como si se tratase de un lance de caza. Realizaremos la maniobra de encare sin perder de vista el plato e iremos acompañando al plato con nuestra cintura mientras metemos la escopeta en la cara. Evitaremos levantar la cara al realizar el primer disparo, dar tirones en el swing y parar una vez hemos realizado el disparo.
Habitualmente los fallos son por disparos traseros, y suelen verlo mejor los compañeros de escuadra o alguna persona que no esté tirando. Si ese es el caso, tiene una solución más o menos sencilla y se trata del famoso “correr la mano”. En el caso de disparos bajos o altos, casi siempre es cuestión de encare y encaje con la escopeta.
Para que, además de divertido sea un buen entrenamiento, se trata de hacerlo lo más parecido a la caza. Claro que otras modalidades de tiro al plato, como el foso olímpico o el universal, también son buenos ejercicios, pero se trata de disparos más repetitivos y quizás algo más técnicos. En el caso del skeet, también es una buena disciplina ya que implica swings y adelantos muy largos, pero, por el contrario, se trata de disparos más cercanos.
Para los amantes de la menuda, son meses de cierto parón y una buena jornada de plato, además de divertida, hará que estemos más “finos” en los primeros días de caza.
La munición para tiro al plato normalmente oscila entre los 24 y los 28 gramos y con perdigón de 7,5, pudiendo emplearse perdigones más pequeños, aportándonos cierta ventaja por tener mayor número de perdigones, pero, por el contrario, habitualmente siendo algo más lentos.
Lo cierto es que los cartuchos de 24 gramos suelen ser algo más rápidos que los de 28, pero, al tener menor cantidad de perdigones, cambiamos velocidad por cantidad de proyectiles.
Sobre las marcas, los cartuchos y sus características, cada tirador seguramente podría escribir un libro, ya que, salvo la velocidad, retroceso, humos y suciedad producidas, habitualmente es complicado comparar un cartucho con otro sin abrirlos.
Joaquín de Lapatza