Los artilugios de los aguardos

Junio. Arrecian los calores, especialmente este año que no hemos tenido tregua con la falta de lluvias. El campo está seco, sequísimo. La cosecha de alimento en el monte bajo, y no tan bajo, será floja. Los animales buscan los lodos y las aguas, y ya empiezan a agradecer el «soporte alimenticio» que les dan los comederos que los cazadores les ponemos en preparación al verano.

Temporada en auge de aguardos nocturnos con las piaras ya numerosas de rayones, bermejos y escuderos de años pasados. Otro año más vemos que las normativas no pueden ser más dispares, y muchas veces disparatadas, sobre todo en las fronteras entre comunidades, que a veces más parecen fronteras entre países y continentes que tierra de la misma España.

Y es que hay comunidades que permiten el uso de térmicos, nocturnos, puestos sobre comederos y otras que no permiten ni el uso de rifle ni focos o linternas. Por no hablar de fechas y permisos que regulan al cazador, pero que el macareno ni entiende ni le gobiernan, que a un lado de la finca le puedan atizar un balazo desde hace dos meses y en la otra parte aún no se le pueda ni mirar hasta dentro de quince días…

Aunque sea inútil, es bueno recordar que las normas son necesarias, pero las normas sólo son útiles cuando tienen sentido. Las normas deberían regular zonas y no líneas en mapas por muy históricas que sean, puesto que los ciclos de los animales no son los mismos en Ávila o en León, o en el norte de Extremadura o en el sur de la misma.

Vamos a hacer un breve repaso de los tan comentados elementos, muy usados en otros países y que aquí algunos son ilegales en toda España y otros en función de la comunidad o la fecha.

El atenuador o silenciador

Básicamente, se trata de un tubo con una serie de anillos y cavidades internas que se acopla mediante rosca en la boca del cañón del rifle y que reduce el sonido del disparo. De uso ilegal en toda España.

Ciertamente reduce el sonido de la detonación, pero para que sea realmente silencioso deberíamos (si fuera legal) emplear munición subsónica. Esta munición viaja por debajo de la velocidad del sonido, lo que hace que su alcance sea mucho más reducido que una bala supersónica en un mismo calibre y, por supuesto, que caiga mucho antes en su trayectoria.

Las dos principales ventajas son que no produce tanta contaminación acústica (no espantando a otros animales) y que, obviamente, hace mucho menos daño al oído de quien dispara.

En esta tierra nuestra es ilegal tanto su tenencia como su uso porque se presupone que facilita la ilegalidad: sea por matar lo que no se debe, por matar donde no se puede o más de lo que se permite. Supongo…

El ‘nocturno’

El conocido como «nocturno», sea monocular, prismático o visor, es un dispositivo electrónico de visión nocturna que, básicamente, amplifica la imagen mediante la iluminación de una luz infrarroja. Esta luz infrarroja es «invisible» para el ser humano, pero no tanto para los animales ya que todo apunta a que sí la perciben.

Como reglas generales, a mayor potencia de la luz infrarroja, mayor alcance de visión, y a mejor calidad óptica, más nitidez y detalle de la imagen. Sin entrar en mucho más detalle técnico, lo importante es consultar la normativa de la comunidad en la que vas a cazar para ver si puedes usarlo o no.

El ‘térmico’

Se trata de un dispositivo (de nuevo monocular, prismático o visor) que mide las diferencias de temperatura de los elementos en el campo de visión, generando una imagen (que a veces sobreponen sobre la imagen óptica normal) en la que podemos diferenciar unos objetos de otros. Y a mayor calidad del sensor y la óptica, mayor nitidez de la imagen.

Hay que acostumbrarse y aprender a usarlo, puesto que, tras un día de altas temperaturas, por ejemplo, las rocas se enfrían más lentamente que el resto de elementos y las veremos resaltadas sobre el resto. Es particularmente útil para detectar animales en la distancia o en zonas de bosque sucio. Lo mismo que sucede con el uso del «nocturno», es importante consultar si se puede utilizar en la zona donde vamos a cazar para evitar disgustos con la autoridad competente o no tan competente.

Defensores y detractores

Habiéndolo probado todo legalmente donde sí se puede utilizar cada uno de estos elementos, entiendo a defensores y detractores de estos.

En el caso de las ayudas ópticas, son muy útiles en casos donde queramos y podamos valorar la pieza a abatir. Adicionalmente, son entretenidas en aquellos puestos donde tenemos un gran campo de visión y podemos distraernos observando y localizando animales en la distancia, que de otra manera serían imposibles de detectar.

Tanto «nocturnos» como «térmicos» tienen retroiluminación, lo que implica que cuando dejemos de usarlos, estaremos deslumbrados durante unos segundos. Los hay que aconsejan usar el ojo izquierdo, siendo diestros, para conservar la adaptación a la oscuridad en el ojo que utilicemos en el disparo.

En el caso del silenciador es importante destacar que no es completamente silencioso y que la detonación hará ruido, unos 20 – 40 decibelios menos.

Esto implica que es menos perjudicial para el cazador, pero todavía hará ruido.

Algunas conclusiones

Las ayudas ópticas hacen más entretenidas esas noches donde los animales entran tarde o no entran a la zona de disparo y hacen que el disparo sea mucho más selectivo en ocasiones donde lo que se busca es abatir un ejemplar en concreto.

Por otro lado, lo cierto es que le roban parte de la «magia» que tiene un aguardo con poca luz en la que nuestros sentidos se agudizan al máximo y el oído pasa a ser la herramienta principal de detección.

Lo de la prohibición del silenciador no lo entiendo. El que quiere cometer una fechoría lo hace ahora y lo hará después. Pero mucho me temo que es ilegal únicamente para poder multar a aquel fulano que, sabiendo que ha cometido un acto delictivo, no hay prueba para inculparlo y solo queda la posesión de un «artefacto ilegal».

Joaquín De Lapatza.