Si por excepcional entendemos aquello que es singular, extraordinario y magnífico, no cabe duda de que el rifle remington 700, que ha cumplido 55 años de “vida”, pues fue lanzado al mercado en 1962, es un rifle excepcional. Este artículo que analiza las razones de su éxito y sus prestaciones y utilidad en caza.
PRIMEROS MODELOS
Inicialmente el Remington modelo 700 se lanzó al mercado en versión ADL con depósito-almacén al tresbolillo de la munición fijo (sin tapa basculante), en calibre 7 mm. Remington Magnum, que durante muchos años fue la versión básica de la gama Remington 700 hasta que, a partir de 2005, fue descatalogada.
El rifle Remington 700 ADL reemplazó a los rifles Remington modelo 721 y 722. A partir de 1962 el Remington 700 también se fabricó en versión BDL, mejor terminado. Poseía una caja de madera de nogal americano barnizada, de mayor calidad y mejor acabada, con el puntal oscuro, de color ébano, separado del resto del guardamanos por un espaciador blanco, que también llevaba en la base de la empuñadura y en la cantonera.
Además, el depósito de la munición tenía de tapa basculante (en 1995 se hizo también en versión BDL DM, con cargador de petaca), lo que permitía descargar más cómodamente los cartuchos.Este modelo BDL reemplazó al rifle Remington modelo 725.
En la 17 edición anual de Gun Digest, correspondiente al año 1963, aparecían ambos “nuevos” rifles, ADL y BDL, con cajas de madera provistas de Monte Carlo y carrillera y se indicaba que sus especificaciones eran similares, salvo por la tapa del cargador y mejor acabado de la BDL.
En concreto, el rifle Remington 700 ADL se ofrecía ya en nueve calibres: .222 Remington, .222 Remington Magnum, .243 Winchester, .270 Winchester, .280 Remington, .308 Winchester, .30.06, .264 Winchester Magnum y 7 mm, Remington Magnum. Su precio en este último calibre (el más caro) era de 129, 95 dólares.
Por su parte, el Remington 700 BDL podía adquirirse en los calibres .264 Winchester Magnum, 7 mm, Remington Magnum, .375 Holland & Holland Magnum y .458 Winchester Magnum. Su precio en los calibres más potentes era de 310 dólares y de 154 dólares en .264 Win. Mag y 7 mm, Rem. Mag., que eran precios muy competitivos comparados con el precio de los rifles Weatherby y Browning de la época, pero idénticos a los de los rifles Winchester mod. 70 de los mismos calibres, su principal competidor.
Fabricar excelentes rifles a precios moderados siempre ha sido una constante de Remington, y en particular de su modelo 700.
UN ÉXITO SIN PRECEDENTES
En 1962, sobre todo fuera de Estados Unidos, no existían muchas armas de caza que reunieran las características que ofrecía el rifle Remington 700 a los cazadores de la época porque, salvo honrosas excepciones, los rifles sistema Mauser 98 que se fabricaban entonces no poseían cerrojos bien acodados que permitieran recargar con rapidez ni, normalmente tampoco, cajas con culatas bien diseñadas para apuntar cómodamente con visor.
Y el Remington 700, además de estas dos positivas características, era un rifle muy seguro y fiable, como se ha demostrado a lo largo de sus 55 años de historia, así como muy preciso, por no decir extremadamente preciso, tal y como este autor ha podido constatar durante la prueba que ha realizado de numerosas versiones Remington 700 en los últimos 25 años.
Si a todo lo dicho sumamos que el Remington 700 fue el primer rifle que disparó el 7 mm, Remington Magnum, cartucho que también despertó un interés sin precedentes entre los cazadores de la época y que, por tanto, contribuyó, al menos en un primer momento, a popularizar el rifle que tratamos, no es de extrañar el éxito alcanzado por este arma del que desde entonces se han producido millones de ejemplares en numerosas versiones para caza (así como para tiro y para los francotiradores de fuerzas policiales y militares, que aunque no trataremos en estas notas sí creo conviene mencionarlas de pasada porque avalan lo dicho sobre la alta fiabilidad y precisión del diseño de los rifles Remington 700).
CERROJO Y ARMAZÓN
Entre 1962 y 2012 se han manufacturado numerosas versiones del rifle Remington 700 que se diferencian por el tipo de acabado de las partes metálicas, que pueden ser básicamente de acero pavonado, acero inoxidable o incluso poseer tratamientos contra la corrosión.
Igualmente, también se diferencia por el tipo de cajas, por su acabado y material con las que están hechas (de madera al aceite o barnizadas, sintéticas, de camuflaje, etc.), pero todas estas armas tienen en común que poseen una acción extraordinariamente segura y robusta, además de muy cómoda y rápida de montar y desplazar, lo que permite disparar y recargar con una gran velocidad y precisión.
El cuerpo del cerrojo es cilíndrico. Está pulido y posee dos tetones de cierre, estando uno de estos tetones provisto de una ranura que encaja perfectamente en el armazón y actúa como guía para que el cerrojo se puede deslizar de forma muy suave por la acción.
La cabeza del cerrojo posee el extractor y un expulsor activo que ejerce presión en todo momento sobre el culote de la vaina, de modo que cuando ésta es desalojada de la recámara sale siempre expulsada con fuerza.
Pero además, la cabeza del cerrojo tiene un detalle interesantísimo que ha sido adoptado por muchos otros fabricantes de rifles: no es plana, sino que envuelve el culote del cartucho y como consecuencia el tirador se ve protegido durante el disparo por tres anillos de acero: por el cañón (recámara), por el puente delantero de la acción (donde rosca el conjunto recámara-cañón) y por la cabeza del cerrojo.
Cabe añadir que numerosos fabricantes de armas custon. Han utilizado o tomado como base el armazón (mecanizado a partir de un bloque macizo de acero) y el cerrojo del rifle Remington 700 para fabricar sus modelos artesanales, lo que avala la alta calidad de esta acción.
CAJAS ERGONÓMICAS Y BIEN DISEÑADAS.
Como hemos apuntado, los rifles Remington 700 han utilizado numerosos tipos de cajas de madera, sintéticas o de camuflaje, en ocasiones con culatas provistas de Monte Carlo y en otras sólo de carrillera.
Incluso se han manufacturado modelos Youth. (introducidos a partir de 1998) con cajas más cortas, para personas jóvenes o adultas de talla pequeña.
Ahora bien, independientemente del material utilizado en su construcción, de sus medidas y de la época de fabricación, todas las cajas de los Remington 700 se caracterizan porque no tocan en el cañón para evitar que la precisión se altere cuando el rifle se calienta y porque permiten apuntar perfectamente a través del visor telescópico o bien con las miras abiertas del rifle (alza ajustable en altura y deriva combinado con un punto de mira provisto o no de cubrepunto), si es que las lleva porque muchas versiones Remington 700 poseen cañones sin miras.
Desde hace unos años se ha dotado a estas cajas con modernas cantoneras antiretroceso R3, que son especialmente efectivas cuando se dispara con calibres potentes, y además muchos modelos provistos de cajas sintéticas poseen inserciones antideslizantes en el guardamanos y pistolet que mejoran notablemente su ergonomía, el confort y el control durante el tiro.
PRECISIÓN LEGENDARIA.
Por muy buena que sea la acción y bien hecho que esté el cañón de un rifle, no tirará bien si no posee un buen disparador, bien regulado, que impida que se produzca un gatillazo.
En un primer momento los rifles de caza Remington 700, incluso las versiones de caza ADL más básicas, además de fiables, se granjearon la fama de ser muy precisos porque poseían un disparador regulado de fábrica a una presión adecuada, que permitía “extraer” del rifle toda la precisión del arma.
Sin embargo, más adelante y durante décadas Remington, así como en general todos los fabricantes norteamericanos, para evitar que se produjeran accidentes por disparos fortuitos y tener que hacer frente a fuertes indemnizaciones por responsabilidad civil, incorporaron gatillos más duros con los que no se podían conseguir buenos resultados en precisión si no se manipulaban los disparadores o bien se sustituían por otros gatillos hechos por firmas especializadas en la fabricación de este tipo de mecanismos, caso de la empresa Timney Triggers.
Concretamente, en esta segunda época Remington utilizó en sus modelos 700 gatillos que tenían los tornillos de ajuste sellados y que no se podían regular desde el exterior del arma. Para hacerlo había que desarmar el rifle y eliminar el sello de los tomillos, de modo que en caso de producirse un accidente se podía saber si el disparador había sido manipulado.
En un país como EE. UU. y en general en países con más cultura armera que en España, esta moda de fabricar armas con gatillos poco sensibles, aunque no gustó a los cazadores, no supuso ningún problema. Sabían que los Remington agrupaban muy bien por lo que, tras adquirirlos, tiraban directamente su disparador a la basura y les colocaban otro regulable o bien eliminaban el sello de los tornillos de ajuste y lo regulaban manualmente hasta dejarlo a su gusto.
Sin embargo, y pese a que Borchers, S.A. (importador de la marca Remington en España) siempre ha ofrecido estas armas con un disparador mejor, bien por desconocimiento o por dejadez, en España pocos cazadores y armeros se han preocupado por este tema, lo que explicaría que en ocasiones se haya criticado injustamente la precisión de los Remington 700.
Si usted posee un rifle de esta época, cámbiele el disparador y podrá comprobar lo bien que agrupa. Por fortuna, a partir de 2008 los Remington 700 (y las carabinas Remington Seven) se equiparon con el nuevo disparador regulable X-Mark Pro, ajustable desde el exterior (3,5-2 libras), sin tener que desmontar el rifle.
Mejora notablemente los resultados en precisión, aunque tal como viene de fábrica sigue siendo “duro“, al menos para cazar a rececho, por lo que es necesario ajustarlo mientras ponemos el rifle a tiro.
EXCELENTE EN RECECHO y MONTERÍA
La mejor aplicación que se le puede dar a un rifle de cerrojo es la caza a rececho, donde particularmente el Remington 700 destaca por su alta precisión. Sin embargo, al poseer este arma un cerrojo bien acodado, fácil de montar y desplazar, también proporciona excelentes resultados en montería, donde además, tirando con visor, se encara fácil y rápidamente al poseer su culata un diseño apropiado para apuntar con miras ópticas.
Por otro lado, el rifle se comercializa en numerosos calibres y algunos de estos calibres se pueden utilizar perfectamente en ambas modalidades, caso por ejemplo del .30-06, 7 mm, Rem. Mag., .300 Win. Mag., etcétera, por lo que utilizando un visor con aumentos adecuados (por ejemplo, un 1,5-6×42) se puede utilizar con éxito el mismo rifle en ambas modalidades.