El auge sin precedentes que las escopetas modernas del 20 han experimentado en las dos últimas décadas, hasta el punto que muchas personas han dejado de utilizar el 12, se debe principalmente a que los cazadores han descubierto que con el calibre 20-76 consiguen los mismos resultados que con el 12-70 pero utilizando una escopeta más ligera y manejable, cómoda para todo tipo de cazadores, independientemente de su edad o sexo, y que además dispara cartuchos, que como el arma, son también más cómodos de portar.
Efectivamente, no solo la escopeta es más cómoda en el sentido de que fatiga menos durante la jornada de caza, lo que contribuye sin duda a que, después de una larga caminata o tras muchas horas de espera en el puesto, acusemos menos el cansancio y tiremos mejor.
Además las cajas de munición y los cartuchos ocupan menos volumen que los del 12, por lo que, con el mismo peso, los usuarios del 20 pueden portar una mayor cantidad de cartuchos en los morrales y chalecos.
Y esto evidentemente es otra importante ventaja que valoran especialmente los que practican el ojeo o la caza desde puesto fijo o en mano de zorzales, por poner solo dos ejemplos.
Un bucle en el tiempo.
Pero si mi abuelo o cualquier cazador de su época leyera estas notas se avergonzaría de mí. Pensaría, con razón que soy un farsante; que lo que acabo de escribir “no es cierto porque que el calibre 20 no sirve para nada en comparación con el 16 y mucho menos con el 12”. Y no le faltaría razón.
Desde que aparecieron los primeros cartuchos cargados con pólvora sin humo hasta la década de los años 70 del pasado siglo, el calibre 20 no se utilizaba para practicar la caza menor en general. No era lo suficientemente potente, en el sentido de que disparaba una carga de perdigones demasiado ligera para conseguir plomeos efectivos cuando se cargaba con perdigones más gruesos del número 7.
Y por esta razón no podía competir con el 16 mm –que durante buena parte del siglo XX fue el calibre más popular– ni mucho menos con el 12, cuya efectividad solo ha “osado” cuestionar el 20-76 mm en fechas recientes, porque tanto el 16 como el 12 ya si disparaban cargas capaces de abatir toda la fauna española en cualquier modalidad.
Efectivamente, la carga regular y prácticamente única con la que se cargaba en España el 20 era la de 23 gramos, mientras que la “moderada” del 16 era de 27 gramos y el 12, en versión 12-65 mm, se ofrecía con cargas de 28 a 32 gramos, siendo la estándar la de 30 gramos.
Cinco gramos de oro.
Pero, resumiendo mucho, en los años 60 y sobre todo en la década de los años 70 la cartuchería –y por supuesto las escopetas, sus cañones, sus recámaras, sus chokes…– comenzaron a experimentar mejoras sucesivas que culminaron en el desarrollo de nuevas pólvoras capaces de lograr lo que había frenado su evolución durante décadas: impulsar cargas más pesadas de perdigones que las utilizadas hasta entonces, sin que aumentara peligrosamente la presión en recámara.
Y las nuevas pólvoras –recuerden que estoy resumiendo mucho– en combinación con el desarrollo de escopetas más resistentes y con recámaras más largas, ha hecho posible que ciertos calibres, entre ellos el 20 hayan dejado de ser ineficaces o poco eficaces e incluso convertirse en calibres de uso general, que es lo que le ha pasado al 20.
En concreto, éste último en versión 20-76 mm –que pueden disparar todas las escopetas modernas, pues sus recámaras son de 76 mm –se ofrece con la carga de 36 gramos, que es la máxima no semi-magnum del 12-70. Y el 20-70 se carga con 28-32 gramos de perdigones y por tanto con las mismas cargas del 12-65. Y con éstas últimas cargas nuestros abuelos cazaron todas las piezas cazables en España que podamos imaginar y muchas más, pues en su época no existían limitaciones. Todas eran cinegéticas.
¿Escopeta del 12 o del 20?
Entonces y para concluir, ¿Qué es mejor? ¿Utilizar una escopeta moderna del 12 ó del 20? Pues yo creo que, si practicamos todas las modalidades de caza, hay que usar las dos, entre otras razones porque al igual que han evolucionado las armas y los cartuchos también lo hecho la caza y el 20 no deja de ser un cartucho de pequeño calibre en comparación con el 12 y desde un punto de vista balístico todo lo pequeño tiene limitaciones.
Con el 20, con sus cargas de 28 a 36 gramos, es cierto que se pueden abatir todas las especies españolas que hoy día se pueden cazar y se cobran con perdigones de plomo y en este caso utilizar una escopeta del 20 es más ventajoso porque no se necesita más y la escopeta es manejable y ligera.
Sin embargo, si necesitamos disparar perdigones gruesos o muy gruesos de plomo, por ejemplo para cazar zorros, es mejor utilizar el 12 porque en una vaina estrecha este tipo de proyectiles se apilan en una columna más larga y las cargas pesadas de este tipo de munición no entran en las vainas. Ni siguiera en las del 20-76 mm. Este efecto es notable sobre todo a partir del perdigón del número 5 en el 20- 70 y del número 4 en el 20-76.
Peor es aún si necesitamos disparar perdigones de acero. En este caso, incluso si queremos usar perdigón fino, por ejemplo para tirar al plato porque en la caza de una misma especie se usan perdigones de acero más gruesos que los de plomo, es un problema insalvable: el de acero pesa menos que el de plomo del mismo diámetro, por lo que en las cargas entran proyectiles en cantidad insuficiente.
El acero incluso representa un problema para el 12-76 cuando se desean cobrar piezas muy grandes, como ánsares, y por esta razón también se fabrica en versión 12-89 mm, pero evidentemente en caso de asistir a una tirada de azulones en un humedal es mucho mejor y efectivo cazar con una escopeta del 12- 76 que con una del 20-76. E igual sucede con los cartuchos de bala. Un bala del 20 es capaz de matar al jabalí más pintado, pero una del 12 lo hace mejor y a mayor distancia porque pesa más y tiene una superficie frontal de choke más amplia.
RESUMEN DE PROS Y CONTRAS.
En general, las escopetas de caza del 20-76 mm presentan las siguientes ventajas e inconvenientes sobre las del 12-70:
> Las escopetas del calibre 20-76, son por lo general, más ligeras y manejables que las del 12.
> Las cajas de cartuchos y los cartuchos del 20-76 ocupan menos volumen que los del 12, por lo que, con el mismo peso, se puede portar una mayor cantidad de munición en los morrales y chalecos.
> La capacidad de una vaina del calibre 20-76 es notablemente inferior a la de una del 12, por lo que no puede albergar cargas de perdigones más pesadas que 36 gramos, que es una carga corriente del 12-70.
> Por la misma razón, el 20 tampoco se puede cargar con dosis pesadas de perdigones gruesos ni tampoco de acero.
> Las balas del calibre 20-76 pesan menos y tienen un diámetro inferior a las del 12, por lo que desarrollan una energía inferior y son mucho menos efectivas en caza mayor en alcance eficaz y poder de parada.
Juan Francisco Paris