Introducido en 2002, el cartucho .17 HMR es actualmente el cartucho de percusión anular que más éxito tiene entre los cazadores españoles. Este artículo trata sobre sus prestaciones y analiza las razones de su popularidad en nuestro país.
El primer modelo de cartucho .17 HMR (Hornady Magnum Rimfire) fue presentado por Hornady al mercado cargado con un diminuto proyectil semiblindado del calibre .17 (tiene 4,3 mm. de diámetro) montado en una vaina del calibre .22 Magnum modificada.
Inicialmente, Hornady utilizó un proyectil V-Max (punta aguda terminada en una inserción de polímero) de tan solo 17 grains de peso (1,1 gramos) que desarrollaba 777 metros por segundo, una velocidad altísima si se compara con cualquier otro cartucho de percusión anular del calibre .22, lo que provocó que la nueva munición despertara desde el primer momento un gran interés entre todos los cazadores y fabricantes de armas y en particular por los norteamericanos, que siempre han utilizado en caza menor y varmint (caza de predadores) armas de percusión anular del calibre .22, a diferencia de los cazadores españoles, que no podemos usar el .22 desde hace muchos años.
La munición Hornady V-Max de 17 grains desarrolla una energía muy alta (teniendo en cuenta el calibre), del orden de 332 julios. Se continúa produciendo actualmente y es muy expansiva y adecuada para cazar predadores a los que no importa destrozar su piel o su carne.
Pero con el tiempo el calibre se cargó con balas algo más pesadas y ¡también más ligeras aún! Así, entre otros, actualmente Hornady sigue ofreciendo su V-Max de 17 grains y cartuchos cargados con bala XTP de 20 grains y bala NTX de 15,5 grains que desarrollan 724 y 769 metros por segundo respectivamente (nótese que la velocidad de la de 15,5 grains es inferior a la que desarrolla la de 17 grains para evitar la expansión excesiva de la bala).
OTROS FABRICANTES
Las demás empresas cartucheras no tardaron en reaccionar y adoptaron también el .17 HMR, pudiéndose decir que no existe ninguna empresa norteamericana importante que no fabrique armas o cartuchos de este calibre, que también han adoptado muchas otras europeas, como CZ o Anschütz.
Así, Remington, que fue uno de los primeros fabricantes en producir armas y cartuchos de este calibre, carga el cartucho con bala Accutip de 17 grains, que, aunque genera una velocidad idéntica a la munición Hornady, es una bala más “dura”, por lo que tiene tendencia a fragmentarse menos cuando impacta en animales más grandes y no rompe tanto los pequeños.
CCI fabrica tres tipos de cartuchos en este calibre diseñados para caza varmint (cargados con V-Max de 17 grains; TNT de 17 grains y TNT Green de 16 grains), así como dos para caza menor con balas más “duras” y “pesadas” para que no destrocen tanto la carne (la bala blindada FMJ y la semiblinda JSP de 20 grains).
Federal manufactura dos cargas para varmint con bala V-Max y Super TNT, ambas de 17 grains y Winchester también lo ofrece con bala V-Max de este peso y XTP de punta hueca de 20 grains, etc.
TENSA TRAYECTORIA Y ALTA PRECISIÓN
Debido a la alta velocidad inicial que desarrolla con cualquiera de las balas que monta y al diseño aerodinámico de éstas, la cartuchería .17 HMR no sólo genera más energía, sino que mejora notablemente la trayectoria de la munición del calibre .22 de percusión anular, incluida el .22 Magnum.
Así, por ejemplo, la bala de 17 grains V-Max disparada en un rifle con el visor regulado para que haga blanco a 100 metros (que es la mejor distancia de uso del calibre para cazar predadores o practicar la caza menor) sólo cae unas 9-10 pulgadas (23-25 centímetros) a 200 metros, si bien a partir de los 100 metros la energía remanente a esa distancia ya es muy pobre (menos de 90 julios).
No sucede lo mismo a 100 metros, distancia a la que la balita llega con unos 180 julios, que son suficientes para que expanda y se puedan abatir bien los animales para los que ha sido diseñada.
También se trata de un calibre extremadamente preciso, como podrá suponer el lector, debido al uso para el que fue diseñado: abatir pequeñas piezas. Y en efecto lo es; con un buen rifle y el visor bien regulado no te sales del 10 de un blanco reglamentario de tiro a 100 metros e incluso he probado armas con las que he conseguido agrupaciones más cerradas con todos los impactos en el super-10 o círculo central que tiene el 10 y que mide 2,5 cm de diámetro.
ÉXITO CLARO EN EE.UU
Está claro que en un país como EE.UU., tan aficionado a la caza menor y de predadores con rifles de percusión anular, un cartucho como el .17 HMR no sólo no podía pasar desapercibido, sino que estaba abocado al éxito.
De hecho, en este país ya se había experimentado antes con otras municiones de percusión anular que intentaban mejorar, usando balas más veloces y ligeras, las prestaciones de la cartuchería calibre .22, sin conseguir hacerse populares entre los cazadores. Es el caso, por ejemplo, del .17 Match 2, diseñado a partir de una vaina del .22 Long Rifle, entre otros.
Y TAMBIÉN EN ESPAÑA
Sin embargo, he de reconocer que cuando Hornady lanzó al mercado su .17 HMR nunca pensé que en España llegaría a convertirse en un cartucho de caza tan popular, aun valorando el hecho de la gran aceptación que tuvo en EE.UU desde el primer momento de su lanzamiento y que, por tanto, sabía que las grandes firmas americanas intentarían introducirlo en nuestro país.
Por eso, en 2004 quedé gratamente sorprendido cuando probé el primer rifle de este calibre para la revista TROFEO. Se trataba, curiosamente, de un rifle Remington 597 semiautomático, hoy descatalogado. Digo curiosamente porque en calibre .17 HMR no se han fabricado, ni se fabrican, que yo sepa, otros rifles semiautomáticos.
Sólo lo disparan armas de repetición y también monotiros, caso del H&R Sportster que distribuye Borchers.
Después de 2004, poco a poco fueron llegando a nuestro país otras marcas de armas y municiones de este calibre de las marcas Marlin, Anschütz, CZ, Winchester, etc, por citar solo algunas que he probado para TROFEO, por lo que cabe preguntarse ¿qué tiene este diminuto calibre para haber alcanzado tanta popularidad en un país como el nuestro donde la caza menor y de predadores con rifle no es nuestra principal afición, entre otras razones porque no se podía cazar con el .22?
ESPAÑA ES DIFERENTE
Pienso que no se trata de uno, sino de varios factores los que justifican su buena aceptación. Por un lado, ni los rifles ni los cartuchos son caros; los cartuchos cuestan poco más de 50 céntimos de euro, lo que permite por poco dinero entrenarse pegando de vez en cuando unos tiros con un calibre de bajo retroceso que, además, es muy preciso y hace poco ruido.
Pero, sin duda, la principal causa de su popularidad es que, al no ser un calibre .22 de percusión anular, se puede utilizar para cazar en muchas comunidades (en otras se prohíbe expresamente el uso de municiones de percusión anular). Y éramos muchos los españoles que teníamos ganas de cazar con un rifle de percusión anular.
Además, quizás por el hecho de que las armas que lo disparan se documentan con la licencia D, para rifles de caza mayor, algunos cazadores lo han llegado a probar en caza mayor a rececho a cortas distancias, quedándose gratamente sorprendidos por los resultados obtenidos, lo que ha aumentado su fama como cartucho de caza.
Dicho esto, es muy importante puntualizar que, aunque ciertamente, a corta distancia y colocando muy bien el tiro, pueda acabar con cualquiera de las especies de caza mayor españolas, no se trata de un calibre adecuado para ese fin.
También puede dejarlas heridas en el campo (a penas tiremos un poco lejos, la bala toque en un gran hueso o no coloquemos perfectamente el disparo), razón por la que este autor no recomienda su uso.
Más de un lector me ha preguntado cómo es posible que un calibre tan diminuto pueda hacer tanto daño.
La razón es que, debido a la alta velocidad, su “afilada” balita a corta distancia es capaz de penetrar lo suficiente y alcanzar los órganos vitales antes de expandir (más bien romperse) totalmente y frenarse en seco, quedando detenida dentro del cuerpo del animal.
Y, aunque genera muy poca energía comparada con la potencia de cualquier rifle de caza mayor (un .30-06 es 10 veces más potente), como el proyectil no llega a salir del animal, ni uno de los pocos julios que genera se desperdicia.
A veces las especies mayores ni se inmutan cuando reciben la “picadura”, pero poco después caen. •
Juan Francisco París