Una rara patología ósea denominada osteodistrofia y una reacción inmunitaria excesiva a la vacunación suelen ser los principales problemas que esta raza padece más a menudo. Los analizamos de la mano de nuestro experto veterinario.
Revisando los datos sobre la afección de las enfermedades en las diferentes razas, llama la atención que el braco de Weimar (weimaraner) está considerado como un perro con una alta predisposición a sufrir reacciones alérgicas tras una vacunación.
Hasta tal punto es así que el Club del weimaraner de América y otros clubes internacionales recomiendan que las vacunas de parvovirosis y moquillo se apliquen por separado y con un intervalo de dos semanas.
Esto me trae a la memoria un artículo que leí hace años sobre los protocolos de vacunas y la respuesta inmunitaria provocada en los perros. Decía que, en el tema de las vacunas, hay tres variables a tener en cuenta: la enfermedad, la vacuna y el perro.
Las enfermedades contra las que vacunamos a los perros (la mayoría de ellas muy graves y contra las que no se suele tener más tratamiento que la prevención) están muy estudiadas y siguen un patrón más o menos previsible. Las vacunas son, de estas tres variables, las más exactas de todas, y muy especialmente con la tecnología que se utiliza actualmente.
La aparición de la vacuna fue un hito en la medicina, y desde entonces se han desarrollado productos cada vez más eficientes y seguros. Las vacunas actuales, comparadas con las que utilizábamos hace simplemente unos años, han dado pasos de gigantes.
La variable más inexacta de todas ellas es el perro, ya que no todos responden igual ante la vacunación. Al fin y al cabo, una vacuna es el virus, o parte del virus, con el que se ha trabajado para que induzca una respuesta inmunitaria que proteja al animal sin que se produzcan los síntomas de la enfermedad.
En la mayoría de los perros, este Las razas de caza y sus enfermedades estímulo funciona correctamente y el can crea los anticuerpos que le protegen. En algunos ejemplares –muy pocos– esta respuesta no es correcta y el perro no queda protegido por la vacuna.
También algunos canes tienen una respuesta anormal y la vacuna les provoca una reacción alérgica.
LA OSTEODISTROFIA, BASTANTE HABITUAL
Los bracos de Weimar padecen una rara enfermedad que se denomina osteodistrofia hipertorfiante y que afecta a perros en crecimiento. Aunque es una enfermedad común a todos los canes de gran tamaño y crecimiento rápido, el weimaraner lo padece un 20% más que otras razas.
Esta patología se presenta en animales jóvenes, entre dos y ocho meses, y cursa con un cuadro inflamatorio no infeccioso de las extremidades anteriores a nivel de la articulación del carpo. Concretamente, la parte que se ve afectada es el extremo final de los huesos largos de los brazos, cúbito y radio, en los que se produce un proceso que cursa con dolor, tumefacción, calor en la zona y cojera. Los carpos se engrosan, el animal se resiste a caminar y, en muchas ocasiones, aparece fiebre.
El origen de la enfermedad es desconocido, aunque se sugieren diferentes motivos por los cuales ocurre. Se ha especulado que problemas metabólicos o una dieta pobre en determinados elementos, como el calcio, puedan tener que ver, aunque el motivo que más se valora es una reacción a las vacunas.
Parece que las que provocan mayores reacciones son las fabricadas con virus vivos modificados polivalentes, de ahí que el plan de vacunación tenga mucha importancia en esta raza.
Se han propuesto diferentes posibilidades, como protocolos vacunales, de los que destacaría poner solamente las vacunas imprescindibles, como moquillo, parvovirus y adenovirus, y evitar las menos importantes.
Además, hay que confeccionar un plan de vacunación separando moquillo de parvovirosis cada 14 días y se deben utilizar vacunas con tecnología recombinante en lugar de las de virus vivo, ya que son más seguras para los bracos de Weimar y otras razas que padecen esta enfermedad.
Pero lo que parece claro es que hay una base genética en la predisposición de la aparición de esta enfermedad y que aproximadamente un 5% de los ejemplares de esta raza la van a padecer.
Esto se ve reforzado por la prevalencia de esta patología en este perro, y más concretamente en determinadas líneas dentro de la raza. Por ello, además del protocolo antes indicado, es conveniente buscar ejemplares que provengan de líneas genéticas que no tengan antecedentes de padecer osteodistrofia.